El ICBF es, se supone, la entidad que por excelencia vela por los derechos de la niñez en Colombia, tarea en la que tiene un desempeño ejemplar en algunos casos, mientras que en otros llega a ser algo particularmente cuestionable. De hecho, un ejemplo de esta última situación es el choque de posiciones entre el ICBF y una menor presuntamente víctima de abuso sexual, en el que la entidad curiosamente parece estar en contravía del testimonio de la menor.
El caso en cuestión llegó a hacerse viral hace unos días, por un audio en el que la niña literalmente explota en llanto al ser entregada en custodia a su padre, acusado de presuntamente haberla violentado sexualmente. Una escena en la que la niña grita desconsoladamente “¡no mami, quiero estar contigo!”, mientras se escucha la voz de un hombre en el fondo diciendo “tienes que hacerlo”.
Lo que se sabe del caso, por cuenta del propio ICBF, es que la custodia de la niña la obtuvo el padre luego de un proceso judicial en el que se evaluaron las circunstancias en la que este la habría perdido, revirtiendo la decisión inicial de un juez. Generando de esta manera una tormenta de reacciones desde todos los ámbitos, que piden una investigación a profundidad de los funcionarios y los procedimientos del caso.
“¿De verdad los funcionarios no sienten el miedo y desespero de esta menor? Escucharla es desgarrador, exijo al ICBF medidas para proteger y restablecer sus derechos de inmediato. Estos funcionarios deben ser investigados”, señaló la congresista Carolina Arbelaez frente al audio revelado por activistas de la niñez.
Como respuesta a la denuncia, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar precisó las acciones que se habían tomado en este caso, en el que el padre apeló con éxito una decisión inicial de la Defensoría de Familia de darle la custodia a la madre de la menor.
“La decisión del defensor de familia en su momento fue que la custodia se mantuviera en cabeza de la madre. Al haber algún tipo de oposición de la otra parte, el proceso se remite al juzgado de familia y es el juez quien decide entregarle la custodia al papá”, señaló a periodistas Diana Patricia Arboleda, directora regional Bogotá del ICBF.
Sumado a ello, la funcionaria aseguró que Medicina Legal “descarta la existencia de abuso sexual” y recordó que el juez no necesita ningún tipo de aval del ICBF para tomar decisiones sobre la niñez, así como los defensores de familia no tienen la capacidad para presentar ningún tipo de recurso legal. Una tarea que está en manos de la madre o padre de familia, según corresponda.
Choque de versiones: la menor y el ICBF
La situación de esta menor puso todos los reflectores sobre el ICBF, pues el hecho de entregarle la niña a un padre con semejantes acusaciones generó mucho ruido (aún con el dictamen del juez que determinó la ausencia de una conducta sexual). Por esa razón, el ICBF volvió a pararse en la raya en su defensa de haber hecho lo correcto, añadiendo que el acompañamiento a la menor en su nuevo hogar ha sido total y constante.
“El ICBF acató la orden judicial y realizó el acompañamiento psicológico a la menor de edad y sus progenitores durante el proceso de la entrega de la nueva custodia”, insiste la entidad, añadiendo que “desde que la niña fue ubicada en su nuevo núcleo familiar, ha brindado acompañamiento en la verificación de sus derechos para que sean garantizados”.
Sin embargo, organizaciones de la niñez aseguran que la posición del ICBF es contraria a su tarea de proteger los derechos de la niña, pues consideran que se han asegurado en una verdad que desconoce el testimonio de la menor.
De acuerdo con documentos revelados del caso, específicamente de Medicina Legal, al momento de ser examinada en 2019 la menor señaló: “Mi papá me echó crema en la vagina, fue porque la tenía rojita pero mi vagina es así de rojita. Eso fue cuando me estaba vistiendo, siempre lo hace. Lo que me molesta es que no me deja hablar con mi mamá”.
En ese mismo examen, cabe aclarar que los expertos no encontraron alteraciones en la parte mental o física de la menor, descartando de paso una violación. No obstante, también se dejó claro que ninguna de sus conclusiones “contradicen una historia de otro tipo de actividad sexual que no haya dejado lesión física”.
Según las definiciones del ICBF, violencia sexual se refiere a “todo acto o comportamiento de tipo sexual ejercido sobre un niño, niña o adolescente, utilizando la fuerza o cualquier forma de coerción física, psicológica o emocional, aprovechando las condiciones de indefensión, de desigualdad y las relaciones de poder existentes entre la víctima y agresor”. Y es por esta definición que, a pesar de la decisión de la justicia, diversas organizaciones siguen defendiendo que se debería revisar con lupa este caso.
En ese sentido, son dos versiones: una oficial y la de una menor que aún está en incapacidad legal para tomar sus propias decisiones, que solo tiene el llanto para exteriorizar lo que siente y desea. Habrá que ver el desenlace de esta historia, de la que solo queda esperar un final en el que los derechos de la menor queden completamente restituidos y protegidos en virtud de asegurar su bienestar.
