Los concejales de Kerry, un poblado del suroeste de Irlanda, aprobaron una moción para pedirle al Gobierno una licencia que le permite a los agricultores, que viven en zonas lejanas, beber alcohol y regresar a su casa conduciendo. Los defensores aludieron que la medida era importante para combatir una epidemia de aburrimiento y depresión que se inició con los nuevos límites de control a conductores durante el 2011. Sin embargo, ya hay opositores como el ministro de Justicia, Alan Shatter, quien tachó la propuesta de "sumamente irresponsable".
Aunque en Irlanda conducir ebrio era habitual, se comenzaron a hacer pruebas de alcoholemia para reducir las muertes en los caminos. De 400 muertes en 1990, la tasa se redujo a 162 muertes en 2012, en un país de 4,6 millones de habitantes.
