Gustavo Álvarez Gardeazábal invitó a Porce, la finca donde vive en Tuluá a celebrar el triunfo de Rodrigo Gurrero, alcalde de Cali, pues fue a él a quien se le ocurrió el nombre de Guerrero antes de que éste lo hubiera considerado siquiera. El periodista consideraba que Cali estaba lista para votar por un candidato sereno, maduro, formado, sin perfil político. La apuesta que ganó Gardeazábal la tuvo que pagar el ex gobernador del Valle Juan Fernando Bonilla, quien no acompañó su tesis por considerar que Guerrero podría polizar. El concejal Nelson Garcés, otro de los invitados al festejo, ayudó a convencer a Guerrero, quien ya en campaña lo nombró asesor suyo en la sombra. Las viandas corrieron por cuenta del periodista de ‘La Luciérnaga’, con el río Cauca como testigo, que está a punto de inundar la finca por aquello de la ola invernal.
La apuesta de Gardeazábal
Lun, 19/12/2011 - 15:30
Gustavo Álvarez Gardeazábal invitó a Porce, la finca donde vive en Tuluá a celebrar el triunfo de Rodrigo Gurrero, alcalde de Cali, pues fue a él a quien se le ocurrió el nombre de Guerrero ante