Un director de vuelo de la NASA reveló que personal en Tierra del Johnson Space Center en Houston, Texas, sabía que el transbordador espacial Columbia no iba a sobrevivir a una nueva entrada a la atmósfera terrestre, pero se decidió no informar de ello a la tripulación. Las opciones eran solo dos: dejarlos orbitar hasta que se les acabara el oxígeno (sabiendo lo que les esperaba), o intentar que entraran a la atmósfera terrestre y que se enfrentaran a la muerte sin saberlo. La decisión fue dejarlos tener un viaje aparentemente exitoso y que murieran sin advertirlo, pues la tripulación del Columbia nunca supo sobre las imágenes que se vieron en la Tierra del daño ocasionado al transbordador en el momento del despegue, que fue la causa de la terrible tragedia que acabó con las vidas de siete astronautas.
