Un emprendedor antioqueño montó su propio negocio a partir del aire embotellado que recoge lo mejor de la esencia natural de la zona rural de Medellín. Parece algo insólito, pero sacó a la venta una pequeña botella marcada con el nombre de ‘Aire de Medellín’ y mediante un envase pequeño tapado con un corcho, vende este particular suvenir a turistas y locales que se sorprenden al ver su producto.
Su creador es Juan Carlos Alvarado, un joven de 24 años de edad que desde el pasado 9 de agosto lanzó su producto único en Antioquia: el aire embotellado. Y es que campañas de consciencia ambiental habían anticipado de que el aire o el oxígeno lo iban a vender en botella debido a tanta contaminación, pero jamás se llegó a pensar que fuera tan pronto.
El producto se llama ‘Real Aire de Medellín’ y cada botella contiene la esencia del Cerro de la Tres Cruces, Nutibara y el Alto de Palmas, según indica su creador en su cuenta de Instagram. Al producto se le ha visto de venta en zonas bastante concurridas por turistas como El Poblado, la 70 o cerca de las escaleras eléctricas de la Comuna 13.
“Diseñé un dispositivo de recolección y captura de aire natural, que todavía no he mostrado al público por temas de patentes. Las botellas tienen un lavado especial para que queden completamente sin olor. Luego viene otro proceso en el que agregamos unos componentes que capturan la esencia de lo que es el aire de Medellín. Queremos resaltar nuestra ciudad, capturamos un olor a primavera”, dijo Alvarado a El Colombiano.
¿Cuánto cuesta el aire embotellado de Medellín?
El precio del aire embotellado aún no ha sido revelado en redes sociales y pidió a los medios de comunicación no revelarlo como estrategia para que todo el que le dé curiosidad de este producto vaya y pregunte por él en su punto de venta principal en el Boulevard de la 70 en Medellín, cerca al Estadio Atanasio Girardot.
Vale la pena resaltar que el producto ha levantado críticas puesto que la calidad del aire que se respira en Medellín ha sido cuestionada por la contaminación y las contingencias ambientales que ha vivido el Valle de Aburrá en épocas recientes.
Para otros en cambio, no es más que un bonito recuerdo o regalo que se le puede llevar a parientes o amigos en el exterior de una manera original y que demuestra que el antioqueño nunca se vara y es capaz de vender hasta lo más impensado.
