
La esperanza se desvaneció en la madrugada de este viernes 6 de junio cuando las autoridades confirmaron el fallecimiento de los tres mineros que habían quedado atrapados desde la noche del miércoles 4 de junio en una mina de carbón de operación ilegal, ubicada en la vereda El Empalizado del municipio de Zipaquirá.
Pese a los intensos esfuerzos desplegados por equipos de rescate durante más de 20 horas, los trabajadores fueron hallados sin vida a unos 180 metros de profundidad.
“Tras más de 20 horas de labores de rescate, lamentamos confirmar la muerte de los tres mineros que quedaron atrapados en el derrumbe ocurrido en una mina del municipio de Zipaquirá”, informó con pesar el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, a través de su cuenta en la red social X.
Un operativo contrarreloj que no logró evitar el desenlace fatal
Desde el momento de la emergencia, ocurrida por un derrumbe en una galería interna del socavón, las autoridades activaron un amplio operativo de rescate. La mina, que no contaba con los permisos legales para operar, representaba un alto riesgo por su profundidad y la acumulación de gases tóxicos, lo que dificultó severamente el acceso de los rescatistas.
En el lugar hicieron presencia unidades del Cuerpo de Bomberos de Zipaquirá, Cruz Roja, Defensa Civil, Policía Nacional, Agencia Nacional de Minería (ANM) y la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Todos trabajaron a contrarreloj en labores de ventilación auxiliar y estabilización del terreno.
“La prioridad siempre fue garantizar la vida de los trabajadores, pero las condiciones en el interior de la mina eran extremadamente peligrosas”, explicó Natalia Gómez Díaz, directora de la Unidad de Gestión del Riesgo de Cundinamarca. “La inestabilidad del terreno y los gases acumulados impidieron un rescate más ágil”.
Un llamado a la legalidad
Tras confirmarse el deceso de los trabajadores, las autoridades departamentales han dispuesto acompañamiento psicosocial a las familias afectadas, que desde el miércoles mantenían una vigilia a las afueras de la zona de intervención.
Este trágico hecho reabre el debate nacional sobre los peligros de la minería ilegal en Colombia, una actividad que, además de infringir la ley, expone a los trabajadores a condiciones extremas sin protocolos de seguridad ni supervisión técnica adecuada.
“La informalidad minera no puede seguir cobrando vidas”, sentenció el gobernador Rey, quien también reiteró la urgencia de formalizar la actividad extractiva en zonas rurales del país.
Fiscalía asume investigación para establecer responsabilidades
La Fiscalía General de la Nación anunció que asumirá la investigación del caso con el objetivo de establecer las condiciones en las que operaba la mina y determinar eventuales responsabilidades penales por la tragedia.
Este lamentable desenlace se suma a la preocupante estadística de accidentes en minas ilegales en Colombia. Solo en lo corrido del año, se han reportado múltiples emergencias similares, con víctimas fatales en varios departamentos del país.
Dolor en la comunidad y exigencia de acciones concretas
La comunidad de Zipaquirá, profundamente conmocionada, ha expresado su indignación y dolor ante lo sucedido. Vecinos y familiares exigen respuestas y acciones concretas por parte del Estado para prevenir futuras tragedias y garantizar que se cumpla la legislación minera en todos los niveles.
Mientras se preparan los actos fúnebres de los tres trabajadores fallecidos, este caso se convierte en un símbolo del costo humano de la ilegalidad y de la urgente necesidad de fortalecer la supervisión y control de las actividades mineras en Colombia.