Cuando te enfermas o te sucede algo difícil que no comprendes, es muy usual que uses expresiones como “por qué a mí”, “por qué yo” “por qué sólo me pasa a mí”. Ya que hacen parte de las respuestas previamente programadas en tu mente. Las cuales van acompañadas de un sentimiento de frustración, ira, tristeza o impotencia.
Si esto de la mente y las emociones preprogramadas no te es muy claro, puedes profundizarlo en el artículo sobre la mente para que comprendas mejor cómo es que que respondes ante cada situación. Ahora miremos qué ha generado que automáticamente surja el “por qué, por qué, por qué”.
A partir de la interacción con tu familia, la educación y la sociedad, has podido adquirir creencias que lo alimentan. Por ejemplo:
-“Soy perfecto y todo lo hago bien, ¿por qué a mí?”
-“¿Por qué todos están en mi contra?"
-“¿Por qué si yo tengo la razón?”
-“¿Por qué soy víctima de las circunstancias o las personas?”
-“¿Por qué todo lo malo me pasa a mí y no a los demás?”
Aquí hay una larga lista que ayudará a reconocer qué creencias te acercan a la negatividad y la tendencia a hacerte sentir como víctima.
Identificarlo es la clave porque son las creencias las que fijan las respuestas automáticas en tu mente y las que pueden sanarte o enfermarte. Al ser negativas alimentan el “por qué” desde la mente y los sentimientos nocivos que lo acompañan, que a medida que toman fuerza en ti, se terminan manifestando en tu cuerpo, enfermándote.
Pero si tus creencias son positivas o aprendes a transformarlas con la ayuda de la sabiduría y la inteligencia, puedes sanarte. Porque en esta reside la sabiduría y todo lo que necesitas para afrontar lo que vives, en especial la enfermedad. Ya que es la inteligencia la que te previene, quien te aconseja y ayuda a sobrellevarla cuando la padeces. Es como si fuera el maestro que viene a mostrarte el “para qué” o el sentido de lo que vives.
La clave reside en cambiar el “por qué” víctima de la mente y toda su nociva carga emocional por el “Para qué” Aprendiz de la inteligencia. Cuando tomas la posición de víctima (mente), ves sólo lo malo, agrandas el problema, entras en un ciclo interminable de reproches, rencores y agravas la enfermedad.
Pero si tomas la actitud de aprendiz (inteligencia), ves el problema desde afuera, contemplas posibilidades, te enriqueces, aprendes, te haces más fuerte y sabio. Como dicen, aprendes en la adversidad, tomas la enfermedad como camino y los problemas como maestros.
Como ves, la inteligencia es fundamental para vivir bien y transformar tus creencias nocivas en creencias saludables. Esto se puede lograr con ayuda de la intuición o el sentido común, que hacen parte de una dimensión muy especial que exploraremos en el próximo artículo, porque es la que permite entender mejor el para qué.
Por lo pronto sigue fortaleciendo tu inteligencia, enriquece tus tiempos libres con lecturas diarias o meditaciones. Te comparto un link en el que puedes encontrar valiosos libros como el Bhagavad Gita y el Sri Isopanisad, recomendados anteriormente. Y te invito a que te tomes unos minutos para que medites en la siguiente frase para que te animes a ser un gran aprendiz de la vida.
Shanti Om - Armonía, salud y paz para tu vida
Andrea Rodríguez González
Instructora de Yoga y Terapeuta Alternativa
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El inconveniente de preguntarse “por qué yo”
Vie, 24/07/2015 - 08:21
Cuando te enfermas o te sucede algo difícil que no comprendes, es muy usual que uses expresiones como “por qué a mí”, “por qué yo” “por qué sólo me pasa a mí”. Ya que hacen parte de