El sexo en la ducha es símbolo de erotismo. Solo de imaginar el agua caliente rodando sobre la piel, haciéndola lucir brillante y sensual, los vidrios y los espejos empañados se eriza la piel. Sin embargo, esto solo pasa en sueños, fantasías y en el cine. En la vida real varios son los factores que intervienen a la hora de disfrutar de una relación sexual en la ducha, tales como que el champú caiga en los ojos, tragar agua o un terrible resbalón que acaben por completo con la magia del erotismo.
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Para evitar este tipo de inconvenientes y no lucir torpes a la hora de llevar a cabo el actos sexual en la ducha,
El Confidencial recomienda algunos tips.
Sexo en la ducha: ¿Cómo disfrutarlo?
Primero, no todas las poses son cómodas para hacerlas en la ducha, el equilibrio ocupa un papel fundamental por lo que es muy importante encontrar un punto de apoyo, si el baño no lo tiene, sería bueno poner un par de agarraderas que no llamen mucho la atención, pero que serán de gran ayuda cuando el sexo toque a la puerta del baño.
También es muy importante tener alfombras antideslizantes, estrellas o pescaditos, todo este tipo de cosas que se ponen en el piso y maten cualquier posibilidad de resbalarse.
El champú, como enemigo número uno del sexo debe evitarse a toda costa. Nadie quiere que le ardan los ojos mientras está tratando de tener un orgasmo. Si usted se está bañando con su pareja antes de tener una relación sexual, lávese bien el champú, o aplíquelo una vez termine el acto y así da por bien terminado el baño. Pero nunca, tenga sexo mientras tenga champú en la cabeza.
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El condón no es un buen aliado del sexo en la ducha, por lo que es necesario usar otro tipo de anticonceptivos, además de un buen lubricante, los que están hechos a base de silicona funcionan bastante bien en estas condiciones porque tardan más en secarse.
Ahora, las poses que se practiquen las dejamos a la imaginación y al espacio que cada quien tenga en su ducha.