El tikuna que se convirtió en actor de cine

Dom, 31/05/2015 - 08:44
El Abrazo de la Serpiente es la nueva película por la que el director colombiano, Ciro Guerra, fue recientemente aclamado en el Festival de Cannes en Francia.

El Abrazo de la Serpiente es la nueva película por la que el director colombiano, Ciro Guerra, fue recientemente aclamado en el Festival de Cannes en Francia. Lea también: Ciro Guerra hizo un pacto con la selva para filmar una película El filme cuenta la experiencia de los primeros exploradores europeos de la Amazonía colombiana y su encuentro con los indígenas que la habitaban a comienzos del siglo XX. Estos últimos personajes fueron encarnados por actores naturales, pertenecientes a pueblos indígenas del sur del país. Durante el estreno en Bogotá, KienyKe.com habló con el actor tikuna, protagonista de esta historia, para conocer su experiencia con el último proyecto de Guerra. Su nombre en lengua nativa es Yauenku, aunque su cédula lo identifica como Miguel Dionisio Ramos. Encarna a ‘Manduca’, el personaje que se convierte en el protector de un alemán que busca una planta sagrada para curar su enfermedad. Así resumió su historia: -¿Cuándo y dónde nació? Nací hace 26 años en el refugio indígena de Nazareth, ubicado en la ciudad de Leticia del trapecio amazónico. Allá vivía con mi mamá, mi papá, dos hermanos, una hermana y las hijas de ella. -¿Qué hacía antes de trabajar en El Abrazo de la Serpiente? Estaba estudiando educación física en la Universidad Pedagógica de Bogotá y ahora estoy en octavo semestre. Pero antes de meterme en El Abrazo de la Serpiente había participado en El Origen del Pueblo Tikuna, un largometraje dirigido por Gustavo de la Hoz que me sirvió de preparación. Ciro Guerra me vio ahí, habló con el director y luego me llamó. -¿Qué es lo que más le ha gustado de la actuación? Sentir la vida, el mundo de otra persona, vivir lo que nunca he hecho en la vida real. -¿Cómo fue su relación con Ciro Guerra? Desde el comienzo vi que Ciro era una persona confiable y trabajé con él como si fuera un amigo más. Él respeta las diferencias en la forma de pensar y de hacer las cosas. Y como me hablaba de que su proyecto era social, de tolerancia y de interculturalidad, pensé que me iba a fortalecer como persona. El abrazo de la serpiente -¿Cuál es el rol de ‘Manduca’? Él es un mensajero de su pueblo y un puente entre culturas, una muestra de respeto por la diversidad. Estuvo mucho tiempo esclavizado por los caucheros, pero cuando llega Theodor –el etnólogo alemán– y lo libera, se da cuenta de que los blancos también tienen buenas intenciones. Además, el rol de ‘Manduca’ es muy importante porque sin su colaboración no existirían los libros en los que se basa la película; él es quien los envía a Alemania para dar testimonio del recorrido de Theodor. -¿Dónde se filmó la película? En el Vaupés. Fue mi primera vez allá. Yo tenía miedo porque es una zona de conflicto y mi hermano me decía que tuviera mucho cuidado, pero cuando llegué me encontré con muchas personas, muchas culturas, muchos idiomas y eso me llenó de energía, de ganas de estar allá, me sentí en casa. -¿Por qué no se filmó en el departamento del Amazonas? Porque el Amazonas ahora es una zona de explotación de madera y de aguas contaminadas. La película intenta mostrar lo que ya no existe y despertar conciencia sobre lo que queda por proteger. -¿En el Vaupés hay otros pueblos indígenas que todavía desconocemos? Pues hay otras culturas que, por lo menos, yo desconocía. Por ejemplo, los cubeos, los wananos y otros que se encuentran muy lejos de la zona urbana. Esa fue mi primera interacción con ellos y la considero un regalo. -¿En la película habla su propio idioma? Sí, hablo tikuna, mi lengua materna. Pero además unas pequeñas frases en alemán y español porque mi personaje así lo requería. -¿Qué otras tradiciones indígenas, que el filme rescata, conserva usted? Como lo muestra la película, la yakruna –enredadera del árbol de caucho buscada por los exploradores– se extinguió, pero todavía hacemos una ceremonia con la planta sagrada del yagé, junto con los paisanos indígenas kamsá y cofanes, para limpiar el cuerpo. También, dentro de mi pueblo tikuna, los chamanes usan el tabaco como un elemento de protección. -Para usted, ¿cuál es el mensaje de la película y por qué la gente debería verla? El mensaje es sobre el respeto a la madre tierra y a la diversidad cultural. Hay mucha gente que todavía no conoce la selva ni la riqueza natural de Colombia, eso es lo que muestra la película y eso es lo que la gente debe ver. -¿Qué diría si lo criticaran por participar en este tipo de proyectos “occidentales”? Les diría que esto del cine se trata de una construcción conjunta de conocimiento y no de crear diferencias entre razas o culturas. Todos, tanto los del mundo occidental como nosotros los indígenas, tenemos conocimientos que podemos intercambiar para desarrollarnos como personas y en eso me enfoco cuando participo en estos proyectos. -¿Le gustaría participar en otra película? La intención es terminar mis estudios y seguir actuando. Un preparador de actores ya me ha invitado a entrar a su escuela. Entonces, la idea es continuar con ese trabajo si las oportunidades llegan.
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