Como en la mayoría de los temas de la vida, la comunicación es fundamental. Y también lo más difícil de entender. En una familia, en un matrimonio, entre amigos, en el trabajo, entre colegas, de jefe a subalterno, en el Gobierno, siempre la comunicación marca la base para sostener relaciones de cualquier tipo.
Y entre parejas el tema adquiere aún más importancia porque el ingrediente "amor" puede mejorar o complicar mucho todo. El estar enamorado también nubla algunas cosas y no deja ver bien el panorama. Y luego cuando pasa el tiempo y la relación "madura" la rutina, los problemas, el cansancio, el trabajo y los niños -en caso de que los haya- pueden ser los peores enemigos, y si no hay comunicación, aun cuando haya amor, la relación correrá peligro.
Incluso el sexo como tal puede sufrir en la relación porque con más o menos frecuencia puede incidir y si no hay comunicación podría acabarse del todo. De sexo también hay que hablar, conversar sobre la sexualidad de la relación puede dar más confianza e intimidad a la pareja.
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Según los expertos, algunas recomendaciones para tener una comunicación saludable sobre sexo entre las parejas incluyen hablar en plural, siempre de dos, para así sentir al otro casi un cómplice en la relación. Decir siempre los que nos gusta que nos haga nuestra pareja, para disfrutar más del sexo; de la misma manera, decir lo que no nos gusta o incomoda.
Proponer nuevas cosas, como posturas o juegos eróticos, le dan al momento un poco de diversión y sensualidad, pero siempre es saludable preguntar a la pareja sobre sus gustos, para saber qué le parecería probar o lo que definitivamente no le gustaría. Hablarlo de frente, sin tabúes, aumenta la confianza entre la pareja y potenciará la relación física cuando se tengan relaciones sexuales.
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Por otro lado, nunca se debe llegar a la violencia o la agresividad; cuando exista el mínimo indicio de que algo se impone sin consentimiento del otro pueden surgir problemas. Igual ocurre cuando prejuzgamos, generalizamos o estereotipamos tanto a la pareja como a prácticas sexuales o propuestas que nos haga nuestra pareja.
Hay que tener en cuenta que a veces nos pueden parecer extrañas algunas propuestas pero son solo eso, propuestas, pero siempre que sean planteadas con respeto y sean consensuadas entre ambas partes serán fructíferas.
Las relaciones sanas son aquellas basadas en la confianza que brinda una comunicación clara, con respeto y amor que permita el desarrollo emocional, físico y sexual en la pareja.