La Universidad de Stirling realizó un estudio en el que encontró lo que podría ser la salvación para los hombres que se perciben con bajos niveles de masculinidad. Este factor puede aumentar de manera significativa la percepción de las mujeres en el hombre. Sin embargo, para los hombres que tienen un alto nivel de testosterona, o masculinidad, este "truco" no va a funcionar.
Se trata de un producto que todos tienen hoy en día a la mano y se puede conseguir en cualquier supermercado o tienda naturista. Desodorante.
El estudio de esta entidad educativa analizó cuál es el efecto que tiene el uso del desodorante tanto en hombres como mujeres.
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260 personas (130 hombres y 130 mujeres) participaron en este experimento en el que tenían que calificar la masculinidad facial, y feminidad en caso de los hombres. Además, otros 239 hombres y mujeres evaluaron muestras de olor del sexo opuesto. Este fue el resultado.
Una vez realizado el análisis, las mujeres mostraron ser más sensibles a las señales de olor de los hombres.
Los hombres que no se aplicaron desodorante y que tenían una masculinidad facial, y baja, marcada (barba), recibieron calificaciones diferentes cuando ellas calificaron su masculinidad por el olor.
Una vez que se aplicaba un desodorante, estos dos grupos de hombres se volvían indistinguibles en términos de sus niveles de masculinidad.La buena noticia para los hombres que recibieron una baja calificación por la masculinidad marcada en su rostro, fue que el olor, del desodorante aplicado, les ayudó a que las participantes cambiaran de opinión y su puntuación aumentara de manera considerable. Sin embargo, los hombres con buena calificación por su masculinidad facial no tuvieron aumento alguno en la calificación por las mujeres luego de aplicarse desodorante. [single-related post_id="801447"] En diálogo con KIENYKE.COM, el sexólogo Fernando Rosero aseguró que puede haber un margen de error ya que entre más productos estéticos se apliquen los seres humanos, menos probabilidades hay de los olores corporales sean detectados por el sexo opuesto.
"Lo que hacen los productos, en este caso el desodorante, es obstruir los poros del cuerpo evitando que los olores sean detectados con mayor facilidad".La Dra. Caroline Allen, investigadora de Psicología en la Universidad de Stirling, aseguró en el estudio que. " los hombres pueden usar desodorante para elevar artificialmente su juego, por así decirlo, nivelando el campo de juego haciéndose comparables, al menos en lo que se refiere al olor, a hombres más masculinos (facialmente hablando)".
"Los resultados de la investigación muestran que en realidad no nos gustan los altos niveles de masculinidad que a menudo están asociados con la agresividad y la hostilidad, pero no mostramos un límite superior en nuestras preferencias de feminidad".