Jade, una joven de 23 años de Manchester, Reino Unido, llegó a la industria del porno por "casualidades de la vida". Como muchos estudiantes tuvo que buscar alternativas para ayudarse con los gastos que implica ir a la universidad y decidió, sin tener otra alternativa rentable, vender material para adultos a una página web.
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A punta de fotografías y videos con contenido sexual, Carly Rae, como la conocen sus seguidores en redes sociales, llegó a recibir inicialmente hasta 400 mil pesos colombianos por semana. Así que, antes de terminar sus estudios en diseño de modas, ya había decidido abandonar el sueño de crear su propia marca de ropa para dedicar sus días al porno.
Tras el éxito en sus ventas, el sitio web le propuso "hacer una película de verdad", lo que tomó por sorpresa a sus amigos y familiares, quienes le criticaban la decisión de vivir de unas de las industrias más cuestionadas, pero al mismo tiempo, con mayor demanda en el mundo.
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Según informó la BBC, la joven participó en un documental conocido como "Jade: por qué escogí el porno", que buscaba aclarar las dudas de quienes pensaban que esta no era una buena opción de vida. Según declaró ella al mismo medio, "no se arrepiente de sus decisiones" y piensa que dedicarse a la pornografía "mejoró su vida".
Sus ingresos por fin de semana están cerca de los 4 millones de pesos y, a pesar de ser bueno, Jade cuenta que hay cosas en la industria que le molestan. Dice que le incomodan las escenas donde le piden que personalice a una colegiala y lo cataloga como "un fetiche muy extendido, pero hay que tener claro que en la realidad quienes llevan esos uniformes son unas niñas".
En cuanto a las escenas de sumisión agrega: "Para mí rodarlas no es un problema. Me gusta esa actitud dominante del hombre en las películas. Es el jefe y tienes que hacer lo que quiere. Es divertido", afirma.
¿Pasados llenos de violencia sexual?
Mucho se ha dicho de la relación que puedan tener las estrellas del porno con pasados oscuros donde hubo presencia de daños psicológicos. De Jade, se dice que fue víctima de abuso sexual hace unos años y como consecuencia de este desafortunado hecho, sufrió algunos problemas psicológicos. Según expertos como James Griffith, "esos son dos factores altamente relacionados con las "estrellas" del negocio de las películas para adultos".
