El bangover está asociado a la resaca qué se siente luego de haber tenido una noche intensa de intimidad con su pareja, sin embargo, no es tan mala como parece ser la de haberse pasado con unos cuantos tragos.
La palabra ‘Bangover’ proviene de la jerga inglés del ‘Bang’ y ‘Hangover’ que quiere decir resaca. Esta práctica es usualmente para aquellas personas que les gusta tener relaciones sexuales desmedidamente sin parar en ningún momento del encuentro.
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Aunque parezca que todo en exceso es malo, el bangover para quienes tienen una adicción por el sexo no lo es. Pues, por más que la otra persona al día siguiente despierte con dolor muscular sin poder movilizarse, pase una noche sedienta y su cansancio sea muy alto, se sentirá satisfecha.
En esta práctica sexual intensa, los que están en ella pueden hacer uso de todo tipo de ideas, lo que quiere decir que, pueden explotar su imaginación y hacer uso de juegos eróticos, juguetes sensuales, cumplir sus fetiches y demás, puesto que, el bangover consiste en estar allí varias horas.
No obstante, recuperarse de esta va ligada a la resaca habitual que ya la mayoría conoce, y se trata de descansar un momento, hidratarse bien y guardar reposo, mientras transcurre el día.
Además, una de las características que más resaltan los que practican esta tendencia, es que su aura es diferente y pasan el día sintiéndose con una energía esplendorosa.
La página web de ‘PsicoActiva’ dice que: Es una técnica muy efectiva para la reconciliación en las parejas cuando no pueden tener sexo muy a menudo, son amantes de las sensaciones intensas y el morbo o simplemente han entrado en la rutina y el aburrimiento sexual. Es un tiempo que la pareja reserva a la sexualidad y que para realizarlo correctamente en un principio no está permitido tomarse descansos para comer o echarse una siesta. La interacción es otro aspecto fundamental de esta técnica”.
Además, agrega que: “Cuando la pareja lleva tiempo junto es normal que aparezca la rutina y acaban repitiendo posturas y roles. Así el bangover puede ayudar a que la llama de la pasión se mantenga encendida, rompiendo clichés y saliendo de la zona de confort (y si se puede, del dormitorio). Cualquier rincón de la casa es válido, la mesa del comedor, la encimera de la cocina, el suelo. Se trata de innovar, así que se han de evitar las posiciones sexuales más comunes (muy importante, sin hacernos daño)”.
