Entre julio y octubre de cada año, la costa pacífica de Panamá es testigo del apareamiento entre ballenas jorobadas, un espectáculo natural sin igual que por la accesibilidad que tiene el país al mar Caribe y el océano Pacífico a través de todo el Canal de Panamá se convierte en una actividad de gran importancia turística, según la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP).
La especie Yubarta de ballenas viaja más de ocho mil kilómetros desde la Antártida para aparearse entre las costas pacíficas de Panamá, Colombia y Ecuador. Las crías de los mamíferos permanecen allí desde el proceso de lactancia hasta los dos meses de nacimiento, gracias a las condiciones climáticas y temperatura del agua. Se estima que más de tres mil ejemplares visiten las costas panameñas.
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El recorrido de las ballenas jorobadas en Panamá va desde el Golfo de la provincia Chiriquí hacia el sur, pasando por la provincia Varaguas hasta llegar al Archipiélago de Las Perlas en la capital panameña, donde finalmente los cetáceos se aparean y descansan luego del parto a las crías que por su bajo volumen de grasa aún no podrían vivir en el hemisferio sur.
En 2017, según la ATP, el avistamiento de ballenas, junto con la observación de tortugas marinas, incrementó la ocupación hotelera en la zona costera e islas en un 80% en una época tradicionalmente baja por la estación lluviosa.
En las islas Taboga, Iguana, Paridas, Cañas y Cambutal, los golfos de Chiriquí y Montijo y Puerto Mutis y Mariato son los principales lugares turísticos promocionados por al Autoridad de Turismo de Panamá (ATP) desde 2017 cuando el avistamiento de ballenas, junto a la observación de tortugas marinas, incrementó la ocupación hotelera en esas zonas un 80%.
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Sin embargo, gracias a la buena promoción internacional y local que realiza la ATP, la temporada de ballenas del año pasado atrajo un 50% de panameños y un 50% de extranjeros, en su mayoría estadounidenses, canadienses y europeos, ya que en agosto y septiembre son meses de vacaciones en Europa y Norteamérica.
El costo del recorrido en una lancha con capacidad para 6 personas oscila entre 60 y 70 balboas (dólares) por persona y las principales recomendaciones por parte de la autoridad turística es que la embarcación que realiza la actividad debe mantenerse al menos a 250 metros de las ballenas y no interrumpir el curso de los cetáceos ni dispersarse cuando nadan en grupo.
