Carmen es un restaurante sencillo y de detalles en donde se busca la perfección, como cuentan sus creadores: Diego, Carmen y Lencsi Ángel, y Rob Pevitts, una familia con una historia particular que ahora lleva su negocio al hotel boutique Anandá de Cartagena después de trabajar tres años y medio en Medellín.
Diego, colombiano, estudió cine y artes plásticas en California. En 1985 fundó su compañía Angel Studios, creadora de distintos videojuegos como Midnight Club, Smugglers Run, Midtown Madness –uno de los juegos con más ventas para PC-, Transworld Surf o Red Dead Redemption u otros proyectos interactivos como Savae Quest y Virtual Jungle Cruis para Disney Imagineering. Después de trabajar con Nintendo, EA, Microsoft, Sony y otras empresas, en el 2003 decidió vender su compañía y dedicarse a dos pasiones: la buena mesa, tras conocer varios de los mejores restaurantes del mundo, y a su finca en Antioquia, donde colecciona palmas, además de producir algunos ingredientes que van directo a la cocina de Carmen.
Rob Pevitts, junto a su esposa Carmen, idearon una carta que conjugara la cocina francesa, con ingredientes autóctonos que le dieran frescura a los platos.
Por eso Diego, padre de Carmen y de Lencsi, fue el cómplice de este proyecto, después de una noche de vino y tertulia con su hija mayor y su novio, Rob Pevitts, quienes habían estudiado cocina en la academia Le Cordon Blue de San Francisco, California. Ambos ya tenían la experiencia de trabajar en restaurantes como Hawthorne Lane y Gialina.
“Culpemos al licor. A mí me encanta comer y ellos dijeron que su sueño era tener un restaurante y dije pues pongamos uno. Al otro día Rob me pregunta: ¿salimos a buscar local en San Francisco? y yo le respondí: no, no, nos vamos para Medellín”, cuenta Diego, quien hoy está emocionado por la inauguración de su restaurante en el Caribe.
Lencsi, Diego y Carmen Ángel, y Rob Pevitts, son los creadores de Carmen; un restaurante que hace 3 años y medio comenzó en Medellín y que ahora llega a Cartagena.
Tanto Carmen como Rob tienen una sola idea para lograr un restaurante de alta gama: excelente calidad en los ingredientes y mucha creatividad para lograr desarrollar platos que combinen distintas técnicas. “Desde que fundamos Carmen pensamos en una carta que conjugara la cocina francesa, con ingredientes autóctonos que le dieran frescura a los platos. Eso se convirtió en todo un reto. Al principio teníamos que rechazar el 70 por ciento de los productos que nos llegaban, porque el éxito de Carmen es la frescura. No importa si cocinas con la mejor técnica, la calidad del ingrediente se va a notar”, afirma Rob, quien aún hoy habla poco español, pero comparte la pasión por lo colombiano.
Mientras se bebe una cerveza, en medio de un calor asfixiante, explica que en Carmen ha desarrollado una especie de fascinación por algunos ingredientes colombianos como la papa criolla, la panela molida –que usa en casi todos sus platos-, el mango, el corozo, el coco y el tamarindo, entre otros.
En la carta tradicional de Carmen algunos de los platos más conocidos entre su público paisa han sido De bahía solano: el pescado del día, con costra de polvo de plátano, rissotto de coco, limón asado, puré de uvas pasas con ron, salsa de uvas verdes y hierbas frescas, y Cerdo dos veces: un solomito cocinado en leche y chicharrón 12 horas glaseado en tamarindo y azúcar de palma, puré de camote peruano, salsa de cerdo especiada y habichuelinas al ajillo.
Aunque muchos de los platos se mantienen en el nuevo restaurante, también se presentarán recetas más cercanas a la comida de mar como el Pulpo joven y el Pescado negro, que puede ser corvina, mero o róbalo –dependiendo de la pesca del día- y que se baña en una salsa de aceite de oliva español con aceitunas negras. Otros de los platos que continúan en Cartagena son los sándwiches vietnamitas o la ensalada Carmen.
De igual forma, en el nuevo restaurante, que se llena del aire mágico de la ciudad amurallada en Cartagena, se puede encontrar un ambiente más íntimo. Cuenta con una terraza desde donde se pueden mirar las noches cartageneras.
“Esta fue una mezcla de fusión y varias influencias. Le dimos nuestro toque, gustos y una mezcla de inspiraciones que hacen que el concepto de Carmen sea muy amplio. Acá se siente la pasión porque cada plato es pensado y desarrollado a partir de un análisis de sabores, ingredientes y texturas: esa es nuestra labor de amor”, dice Carmen antes de volver a la cocina, a donde pertenece y de donde no es muy fácil sacarla.
www.carmenmedellin.com
Rob Pevitts, junto a su esposa Carmen, idearon una carta que conjugara la cocina francesa, con ingredientes autóctonos que le dieran frescura a los platos.
Por eso Diego, padre de Carmen y de Lencsi, fue el cómplice de este proyecto, después de una noche de vino y tertulia con su hija mayor y su novio, Rob Pevitts, quienes habían estudiado cocina en la academia Le Cordon Blue de San Francisco, California. Ambos ya tenían la experiencia de trabajar en restaurantes como Hawthorne Lane y Gialina.
“Culpemos al licor. A mí me encanta comer y ellos dijeron que su sueño era tener un restaurante y dije pues pongamos uno. Al otro día Rob me pregunta: ¿salimos a buscar local en San Francisco? y yo le respondí: no, no, nos vamos para Medellín”, cuenta Diego, quien hoy está emocionado por la inauguración de su restaurante en el Caribe.
Lencsi, Diego y Carmen Ángel, y Rob Pevitts, son los creadores de Carmen; un restaurante que hace 3 años y medio comenzó en Medellín y que ahora llega a Cartagena.
Tanto Carmen como Rob tienen una sola idea para lograr un restaurante de alta gama: excelente calidad en los ingredientes y mucha creatividad para lograr desarrollar platos que combinen distintas técnicas. “Desde que fundamos Carmen pensamos en una carta que conjugara la cocina francesa, con ingredientes autóctonos que le dieran frescura a los platos. Eso se convirtió en todo un reto. Al principio teníamos que rechazar el 70 por ciento de los productos que nos llegaban, porque el éxito de Carmen es la frescura. No importa si cocinas con la mejor técnica, la calidad del ingrediente se va a notar”, afirma Rob, quien aún hoy habla poco español, pero comparte la pasión por lo colombiano.
Mientras se bebe una cerveza, en medio de un calor asfixiante, explica que en Carmen ha desarrollado una especie de fascinación por algunos ingredientes colombianos como la papa criolla, la panela molida –que usa en casi todos sus platos-, el mango, el corozo, el coco y el tamarindo, entre otros.
En la carta tradicional de Carmen algunos de los platos más conocidos entre su público paisa han sido De bahía solano: el pescado del día, con costra de polvo de plátano, rissotto de coco, limón asado, puré de uvas pasas con ron, salsa de uvas verdes y hierbas frescas, y Cerdo dos veces: un solomito cocinado en leche y chicharrón 12 horas glaseado en tamarindo y azúcar de palma, puré de camote peruano, salsa de cerdo especiada y habichuelinas al ajillo.
Aunque muchos de los platos se mantienen en el nuevo restaurante, también se presentarán recetas más cercanas a la comida de mar como el Pulpo joven y el Pescado negro, que puede ser corvina, mero o róbalo –dependiendo de la pesca del día- y que se baña en una salsa de aceite de oliva español con aceitunas negras. Otros de los platos que continúan en Cartagena son los sándwiches vietnamitas o la ensalada Carmen.
De igual forma, en el nuevo restaurante, que se llena del aire mágico de la ciudad amurallada en Cartagena, se puede encontrar un ambiente más íntimo. Cuenta con una terraza desde donde se pueden mirar las noches cartageneras.
“Esta fue una mezcla de fusión y varias influencias. Le dimos nuestro toque, gustos y una mezcla de inspiraciones que hacen que el concepto de Carmen sea muy amplio. Acá se siente la pasión porque cada plato es pensado y desarrollado a partir de un análisis de sabores, ingredientes y texturas: esa es nuestra labor de amor”, dice Carmen antes de volver a la cocina, a donde pertenece y de donde no es muy fácil sacarla.
www.carmenmedellin.com
