Uno de los destinos más apetecidos alrededor del mundo es el mar Caribe, exactamente, las islas ubicadas sobre él, populares por paisajes encantadores, selvas montañosas y verdes, playas cristalinas y temperatura agradable, Martinica es una opción que se sale de lo predecible y enamora a cualquiera.
Es una isla que posee estatus de departamento ultramar francés, fue conquistada por Cristobal Colón en 1502 cuando era habitada por los caribes, desde 1635 pertenece a Francia, es montañosa y de origen volcánico, también es popular por sus playas de arena negra, como St. Pierre.
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Para aprovechar el máximo verde de Martinica, diríjase al bosque llamado Forêt de Rabuchon, ideal para el senderismo, aquí encontrará árboles de caoba que datan desde hace más de cien años, helechos impresionantes, bambú y una exposición diversa de flores silvestres, como la ixora, heliconia y porcelana rosa, más adelante, al adentrarse, debe visitar las cinco cimas volcánicas, Pitons du Carbet.
La isla sureña del caribe ofrece una gran serie de sorpresas, no solo sus playas, diferentes lugares para almorzar, largos campos de caña de azúcar, pero no olvide conocer Château Dubuc, una plantación de café y azúcar del siglo XVIII, ubicada antes de una escuela muy hipster de surf llamada Bliss.
Para seguir recorriendo Martinica, al otro lado de la isla está Les Trois-Îlets, donde se encuentran varias ciudades elegantes, aunque también de las más concurridas en la costa caribeña ya que las aguas son más tranquilas. En esta zona también existen varios bares de vino, restaurantes gourmet y panaderías de panadería francesa clásica.
La capital de la isla, Fort de France, tiene el Grand Marché (Plaza de mercado), originario del año 1885, aquí su ojo y paladar se deleitarán con la gran variedad de frutas y verduras, especias criollas y ron nacional. En el parque central de la ciudad ocurre el carnaval anual, dependiendo del año cae en febrero o marzo.
Como Martinica es un departamento de Francia, es decir, formalmente hace parte del país europeo, esto quiere decir que hay un nivel de vida más alto en comparación a las otras islas del Caribe, la isla es lo suficientemente poblada como para sentirse en la Francia continental, con supermercados Carrefour, concesionarios Renault y Citroën, también la tienda departamental Galleries Lafayette en el centro de Fort de France.
Fort de France es diferente a otras ciudades de la región, en el medio está la Biblioteca Schoelcher, una biblioteca de hierro, madera y vidrio del siglo XIX, fue construida originalmente en París para la Feria Mundial de 1889, luego se cayó a pedazos y fue enviada a Martinica y se ubicó en el parque central de la ciudad, La Savane.
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Aproximadamente, Martinica tiene el mismo tamaño de la ciudad de Nueva York, solo que en la isla el 40% es puro bosque. Otro dato curioso, básicamente está libre de resorts (del estilo "todo incluido"), solo hay uno, el Club Med Buccaneer's Creek, lo que significa que sus visitantes deben salir por su propia cuenta para explorarla.
La isla sureña del caribe ofrece una gran serie de sorpresas, no solo sus playas, diferentes lugares para almorzar, largos campos de caña de azúcar, pero no olvide conocer Château Dubuc, una plantación de café y azúcar del siglo XVIII, ubicada antes de una escuela muy hipster de surf llamada Bliss.
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La capital de la isla, Fort de France, tiene el Grand Marché (Plaza de mercado), originario del año 1885, aquí su ojo y paladar se deleitarán con la gran variedad de frutas y verduras, especias criollas y ron nacional. En el parque central de la ciudad ocurre el carnaval anual, dependiendo del año cae en febrero o marzo.
Como Martinica es un departamento de Francia, es decir, formalmente hace parte del país europeo, esto quiere decir que hay un nivel de vida más alto en comparación a las otras islas del Caribe, la isla es lo suficientemente poblada como para sentirse en la Francia continental, con supermercados Carrefour, concesionarios Renault y Citroën, también la tienda departamental Galleries Lafayette en el centro de Fort de France.
Fort de France es diferente a otras ciudades de la región, en el medio está la Biblioteca Schoelcher, una biblioteca de hierro, madera y vidrio del siglo XIX, fue construida originalmente en París para la Feria Mundial de 1889, luego se cayó a pedazos y fue enviada a Martinica y se ubicó en el parque central de la ciudad, La Savane.
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