Luego de lo sucedido con el ingeniero Camilo Restrepo, que fue hallado sin vida en Bogotá la semana pasada, luego de ser dopado con la “Droga z”, las autoridades iniciaron toda una búsqueda sobre este nuevo medicamento que está siendo utilizado para hurtar a las personas en Colombia.
“Droga Z” o fármacos Z (Zopiclona, Zolpidem y Zaleplon), son medicamentos empleados como una alternativa a las benzodiacepinas, medicamentos que disminuyen la excitación neuronal y que tienen un efecto antiepiléptico, ansiolítico, hipnótico y relajante muscular.
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En este sentido, los fármacos z, que se sintetizaron a partir de los primeros años de la década de 1980, tienen una función hipnótico-sedante similar al de las benzodiacepinas, pero carecen de efectos secundarios discernibles sobre la conciencia, la memoria y el aprendizaje.
Aunado a ello, se halló que este tipo de medicamentos se usan para el tratamiento de pacientes con insomnio. Sin embargo, los expertos aseguran que está indicado solamente cuando el trastorno es severo, incapacitante o que causa una angustia extrema al individuo.
No obstante, los medicamentos Z también pueden causar reacciones psiquiátricas, como la ira, irritabilidad, agitación, agresividad, delirio, pesadillas y alucinaciones.
Efectos conocidos en las víctimas
Se ha conocido que la “Droga Z” suele suministrarse en bebidas y alimentos, por lo que puede llegar a pasar desapercibido.
Asimismo, se ha indicado que al momento de ingerir esta droga, la sustancia ocasiona un estado de adormecimiento o inhibición cerebral que imposibilita tener memoria durante lapsos de tiempo. Adicionalmente, comprobaron que la droga produce un estado de complacencia, con lo cual pueden llegar a manipular completamente a la persona.
En este sentido, el doctor Ubier Eduardo Gómez, profesor de farmacología y Toxicología de la Universidad de Antioquia, dijo al medio de comunicación Caracol Radio que “El cerebro funciona como una radiograbadora, entonces lo que hace el medicamento z es apagar la grabadora y dejar el radio”.
Y agregó, “La persona obedece, pierde la voluntad, mantiene un diálogo, pero no va a recordar nada de lo que hizo, porque la grabadora estaba apagada, es decir, produce una amnesia que no la va a poder recuperar, ni siquiera bajo hipnosis”.
