La inflación sigue siendo ese fantasma de la economía colombiana que sigue asustando a casi todos los colombianos, pues el costo de vida se ha vuelto insostenible en muchos casos. Los precios de las cenas navideñas son un claro ejemplo de ello.
Se habla de un aumento que promedia un 120 %, cifra alarmante, pues supera el umbral de la racionalidad matemática aplicada a las finanzas de la ciudadanía común y corriente.
Expertos financieros y analistas económicos han detectado que el aumento en los precios de los insumos de la canasta básica han provocado un proporcional aumento en el coste de construcciones gastronómicas más elaboradas como la cena navideña.
En la mayoría de los barrios se evidencia que, por ejemplo, un tamal que costaba 4.000 pesos ahora sale por 5.000. Eso, multiplicado por todos los asistentes a una cena, representa un significativo gasto.
La lechona, cuya porción grande costaba cerca de 10.000, ahora vale 12.000, todavía más. Expertos sugieren elaborar platos en casa y con ingredientes sencillos pero del gusto de los comensales.