
Nuevas revelaciones han sacudido el caso del atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay. La investigación apunta directamente a Élder José Arteaga, conocido como alias ‘El Costeño’ o ‘Chipi’, quien habría sido, hasta el momento, el autor intelectual del ataque perpetrado el pasado 7 de junio en el parque El Golfito, barrio Modelia, al occidente de Bogotá.
Una fachada cuidadosamente construida
Durante años, ‘El Costeño’ logró esquivar el radar de las autoridades ocultándose detrás de una aparente vida normal como barbero. Su peluquería, llamada Barber Shop Capital del Mundo, ubicada en el barrio El Muelle, fue más que un negocio: era una fachada para operaciones clandestinas. Este local funcionaba incluso después de que Arteaga purgara una condena de cuatro años por porte ilegal de armas y hurto.
Los vecinos del sector recuerdan su presencia, aunque pocos se atreven a hablar. La peluquería y una boutique cercana, también vinculada a personas de su círculo, formaban parte del andamiaje empresarial con el que ‘Chipi’ se camuflaba para mover sus influencias dentro del crimen organizado.
Rastros digitales y redes sociales eliminadas
Luego de que la Fiscalía publicara un cartel con su rostro, alias ‘El Costeño’ cerró sus redes sociales. Sin embargo, su error fue dejar fotografías y rastros en los perfiles de allegados, incluyendo uno que pertenecía a una persona ya fallecida. Estas pistas digitales están hoy en poder de las autoridades, que trabajan intensamente para dar con su paradero.
Además, se identificó una relación estrecha con William Fernando González Cruz, alias ‘Hermano’, capturado recientemente y quien compartió celda con Arteaga en 2012. Ambos purgaron penas por delitos similares y habrían mantenido vínculos hasta la actualidad. González Cruz fue identificado como el conductor del vehículo desde el cual se ejecutó el atentado contra Uribe.
Un plan meticuloso, con menores implicados
La fiscal general Luz Adriana Camargo reveló que al menos cinco personas participaron en la ejecución del ataque, incluyendo a un menor de tan solo 14 años. La crueldad del plan no termina allí. Según declaraciones de Katerine Andrea Martínez, alias ‘Gabriela’ —quien colabora con la justicia—, ‘El Costeño’ pretendía eliminar a todos los implicados tras el atentado para “quitarse la cola” y no dejar testigos.
El nivel de frialdad de Arteaga sorprendió incluso a los investigadores. Gabriela, quien también estuvo involucrada en la operación y afirma haber recibido propuestas sentimentales del criminal mientras organizaban el atentado, describió a Arteaga como calculador y despiadado.
Posibles conexiones con estructuras más grandes
Las investigaciones de la Fiscalía apuntan a que esta célula criminal operaba bajo una estructura compleja que podría tener vínculos con organizaciones extranjeras. Aunque inicialmente se consideró una conexión con las disidencias de las FARC, específicamente con la facción de ‘Iván Márquez’ conocida como Segunda Marquetalia, esto aún está en proceso de verificación.
El motivo detrás del ataque a Miguel Uribe no ha sido completamente esclarecido, pero se barajan varias hipótesis: intereses políticos, disputas entre bandas criminales o represalias por posiciones públicas del senador. Lo cierto es que el atentado fue cuidadosamente planeado y ejecutado con una precisión alarmante.
Las autoridades tienen como prioridad la captura de alias ‘El Costeño’, pieza clave para desmantelar la red criminal que atentó contra el senador Uribe. Mientras tanto, la opinión pública sigue consternada.