A diario se hacen actividades que a simple vista parecen no tener alguna connotación o valor cultural como caminar, hablar o comer. Sobre esta última se han realizado algunos estudios sociólogos que registrados en varias cumbres como la ‘Conferencia de Estudios Alimentarios’ realizada por la red internacional Food Studies y liderada por universidades de Italia, Dinamarca, Taiwan y Estados Unidos.
Este año, ante los ojos de conferencistas especializados en el campo de la producción sostenible de alimentos y nutrición humana, una joven socióloga de la Universidad Santo Tomás, recibió por parte de la red internacional Food Studies, un Emerging Scholar Award por su trabajo de grado titulado ‘Comer y beber lejos de casa: identidad, actividades, actitudes y espacios. La configuración de la práctica alimentaria de migrantes españoles en la ciudad de Bogotá’.
Los esfuerzos, investigación y pasión de la joven tomasina en este tema se vieron reflejados en su tesis de grado. Esto la llevó a obtener el reconocimiento de tesis honorífica por parte de su Universidad, y también una distinción por parte de la red internacional entre un selecto grupo de nueve estudiantes de maestría y doctorado de Estados Unidos, Turquía, Francia, Nepal y Canadá, convirtiéndola en la única estudiante latinoamericana y la participante más joven en obtener este reconocimiento.
De esta experiencia, María Paula amplió su panorama y una de sus grandes conclusiones se basó en el hecho de que la simple acción de comer tiene una connotación política, económica, social y cultural. La joven seguirá trabajando en la relación que existe entre las prácticas alimentarias y la sociología, es por esto que planea profundizar su conocimiento a través de una maestría en estudios de alimentación en el exterior, puesto que esta área es poco explorada en Colombia.
- Le puede interesar: Universidad Santo Tomás: 440 años liderando procesos innovadores desde la academia
Con un tono soñador y bastante seguro, María Paula Neira expresó que desea especializarse en temas como identidad, migraciones, el hambre y los ecosistemas.
“En Colombia no hay muchos académicos y me gustaría contribuir y ser parte de un grupo que se especialice en la sociología de la alimentación tanto en Colombia como en el mundo.”
Escuche la entrevista completa con la socióloga de la Universidad Santo Tomás, María Paula Neira:
Más allá de un trabajo y una comida
Años atrás, si se le hubiese preguntado a María Paula Neira, qué estudiaría o qué quería ser cuando grande, muy probablemente hubiera hecho alusión a alguna carrera relacionada con la gastronomía, sin embargo, por diferentes circunstancias, en 2020 recibió su título en pregrado como socióloga de la Universidad Santo Tomás.
A pesar de que hace 5 años tomó un rumbo diferente al mundo culinario, 3 semestres atrás reanudó su amor por la comida al converger este tema con lo que había estudiado durante su carrera. “Cuando llegó el momento de pensar mi tesis y analizarla, quise volver a este tema que no había podido desarrollar. Siempre me ha interesado el tema de las migraciones, pero yo quería ver un tema más allá, un tema específico que fuera poco estudiado”, expresó María Paula Neira.
Fue así como empezó a cocinar a fuego lento lo que sería en unos meses un trabajo meritorio de varias distinciones a nivel internacional. El primer y principal ingrediente que agregó a su plato fuerte fue un enfoque en la práctica alimentaria de los migrantes españoles en Bogotá, debido a dos razones principales: una analítica y otra personal. “Es el primer grupo poblacional proveniente de Europa que se establece acá en Colombia y además tenía una conexión con algunas personas de España acá en la ciudad.”
Durante su investigación se dio cuenta de las grandes diferencias de sabor y sensaciones producidos por la comida en la comunidad migrante española establecida en Colombia, pues como ella lo afirma en su investigación ‘Comer y beber lejos de casa: identidad, actividades, actitudes y espacios. La configuración de la práctica alimentaria de migrantes españoles en la ciudad de Bogotá: “a donde quiera que vayamos nuestro paladar juzga, analiza y rechaza, la comida es un camino eterno en el que nos aventuramos.”
La práctica alimentaria que fue analizada por la joven tomasina se basó en una receta compuesta por cuatro campos específicos: la identidad de las personas, los espacios, las normas y las diferentes variables que pueden afectar la alimentación. Durante el transcurso de su investigación, se analizaron factores emocionales y racionales que justifican por qué le es tan difícil al residente español encontrar una ‘comanda’ que refleje su cultura.
Para dar solución ha dicho planteamiento se desarrollaron “encuestas, entrevistas, pero también la visita a restaurantes españoles. Esto fue algo muy interesante, porque tuve la oportunidad de degustar los sabores españoles e identificar las diferencias entre el sabor español real y el colombionizado: Son olores y sabores que vienen de allá pero que se han adoptado y adaptado.”
¿En qué se diferencia el sabor auténtico español y el sabor adaptado en Colombia?, según la explicación de la socióloga María Paula Neira, los ingredientes no son lo mismo; los alimentos como el aceite de oliva, la paprika, el ajo y demás sabores mediterráneos característicos de la cocina española tienen diferentes texturas y formas de preparación en España y en Colombia. “El sabor español colombianizado sabe artificial, tiene sabores más locales con especias que se cultivan acá como el cilantro.”
Además de las diferencias de sabores, texturas y formas de preparar la comida, los españoles radicados en Bogotá enfrentan un factor determinante por el cual no pueden tener una relación directa con este tipo de espacios “ese costo que tienen que pagar para acceder a los restaurantes españoles de Bogotá, es bastante alto e impide una relación y una conexión con este tipo de espacios”, explicó.
A pesar de los distintos factores económicos y culturales en la cocción de alimentos, la cocina española ha sido bien recibida en el país, pues el primer pensamiento que tienen los españoles al llegar a Colombia es replicar esa comida que los hace sentir en casa y que les permite identificarse y sentirse parte de su país a pesar de los 8.004 km que los separan.
Llevar los sabores de casa no solo es una práctica de los españoles sino de la mayoría de los migrantes, por ejemplo los colombianos que llegan a naciones como Estados Unidos con el propósito de replicar su cultura y defender su identidad a través de sus platos típicos: “la comida es primer medio tangible de la cultura. Todos esos platos se vuelven una conexión con algo que no está. La alimentación y sus diferentes variables es el único elemento que le queda al migrante para sobrellevar una nueva vida en otro territorio”.
A su corta edad, María Paula se ha propuesta continuar su carrera como socióloga y aportar a los procesos de construcción de sociedad y de identidad a través del estudio de las prácticas alimentarias, sin duda esta joven tomasina seguirá trabajando en lo que le apasiona, con pasos de gigante.
