A propósito del Premio Nobel de Paz otorgado a María Corina Machado, volvió a ponerse sobre la mesa una pregunta recurrente: además de la medalla y el reconocimiento simbólico, el galardón incluye una retribución económica importante. Muchos se preguntan en qué se puede usar ese dinero y qué han hecho otros ganadores con esos recursos. En el caso colombiano, el antecedente más cercano es el de Juan Manuel Santos, y vale la pena recordar cómo decidió emplear el dinero que recibió en 2016.
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La promesa hecha a las víctimas
En 2016, Santos recibió el Premio Nobel de Paz por su papel en el acuerdo con las FARC. El premio incluía alrededor de 8 millones de coronas suecas (cerca de US$930.000, unos 3.000 millones de pesos de la época). Desde el primer momento anunció que no se quedaría con el dinero y que lo destinaría a las víctimas del conflicto armado.
Pocos días después del anuncio del Nobel, el entonces presidente viajó a Bojayá, uno de los municipios más golpeados por la guerra. Allí dijo que los recursos del premio se usarían para apoyar obras y fundaciones de paz y reconciliación en territorios afectados por la violencia. Reiteró que el Nobel era “de las víctimas” y que la plata debía convertirse en apoyo concreto para ellas.
Del anuncio a la Fundación Compaz
Tras dejar la Presidencia en 2018, Santos materializó esa promesa con la creación de la Fundación Compaz, una organización privada sin ánimo de lucro dedicada a la construcción de paz en Colombia. El dinero del Nobel funcionó como capital semilla para poner en marcha la entidad.
La fundación quedó encabezada por Santos en el consejo directivo y fue dirigida inicialmente por Paula Gaviria, exdirectora de la Unidad para las Víctimas. En la junta se sumaron académicos, exnegociadores y empresarios, con el objetivo de asegurar sostenibilidad financiera y respaldo institucional al proyecto.
En qué se usa hoy ese dinero
La Fundación Compaz concentra su trabajo en tres grandes frentes: apoyo a líderes regionales, reducción de la pobreza con enfoque incluyente y reconciliación con el medioambiente. Entre sus iniciativas está la Academia de Liderazgo para la Paz, donde se han formado líderes comunitarios, víctimas y excombatientes en temas de liderazgo, resolución de conflictos y reconciliación.
Otra línea de acción es el impulso a emprendimientos sociales en zonas afectadas por la violencia, para que la paz también se sostenga con oportunidades económicas legales. Además, Compaz participa en proyectos de memoria y pedagogía, como una biblioteca digital sobre el proceso de paz con las FARC, que recopila documentos, videos y material histórico para investigación y formación.
En términos simples, Juan Manuel Santos usó el dinero del Nobel de Paz 2016 como base para crear y financiar la Fundación Compaz, que canaliza esos recursos y otros aportes en programas de formación, apoyo a proyectos comunitarios y trabajo con víctimas. Es uno de los ejemplos recientes de cómo ese premio, más allá del prestigio, puede traducirse en inversión social de largo plazo.
