Quién es Ricardo Leyva: su legado y las denuncias de su exesposa

Lun, 01/12/2025 - 10:12
Ricardo Leyva revivió la salsa en El Campín, pero su historia dio un giro con las graves denuncias de violencia doméstica hechas por su exesposa.
Créditos:
Captura de video / Archivo particular

Durante décadas, el nombre de Ricardo Leyva fue sinónimo de grandeza en la industria musical colombiana. El hombre que logró lo que parecía improbable: devolverle a la salsa el protagonismo perdido, hacer temblar el Estadio El Campín con trompetas y timbales, y demostrar que un género que muchos daban por nostálgico podía volver a llenar un coloso. Su marca, Viva la Salsa, se convirtió en un fenómeno que revivió pasiones y reivindicó una tradición musical.

Pero la historia del empresario que movía multitudes dio un giro abrupto cuando su vida privada irrumpió con la fuerza de una denuncia. La misma energía que levantó conciertos monumentales quedó atrás por el relato estremecedor de quien compartió años a su lado: Karen Santos, su exesposa.

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El Rey Midas de los conciertos

Antes del escándalo, Leyva era visto como el arquitecto de los grandes espectáculos.
Comenzó hace cuarenta años, cuando aún era un joven que prefería las melodías a la odontología, carrera que su padre lo obligaba a estudiar. En Venezuela trabajó en una disquera y regresó a Colombia con una idea que cambió su destino: una sección musical llamada Los Triunfadores. Su padre escribía los textos; él firmaba. La columna se volvió referencia obligada en la industria.

Esa visibilidad lo llevó a su primer concierto en Melgar, de la mano de Alfredo Gutiérrez. Y desde ahí no paró: Celia Cruz, El Gran Combo, Wilfrido Vargas, Vicente Fernández, Paul McCartney, Juan Gabriel, Shakira, Bocelli. De clubes pequeños pasó a coliseos, luego a estadios. En los años 90 y 2000 dominaba el mapa de los eventos masivos en Colombia y, por una década, desde Miami, movía giras por Europa y Latinoamérica.

 

Fue él quien ideó carteles con múltiples artistas por noche, quien reinventó formatos como los palcos en conciertos populares y quien demostró que un espectáculo no es solo música, sino experiencia.

En 2024, con Viva la Salsa, volvió a romper un paradigma: 42.000 entradas vendidas para un género que muchos creían relegado. Y el 4 de julio volvería a intentarlo. Parecía invencible.

La grieta que nadie veía

Pero fuera de los estadios, otra historia se contaba.

El 30 de noviembre de 2025, en una entrevista con Cambio, Karen Santos compartió un testimonio que sacudió el país. Aseguró haber vivido “años de violencia física y psicológica” durante su matrimonio con el empresario. Respaldó sus palabras con videos, fotografías de lesiones, partes médicos y audios.

Según su relato, las agresiones comenzaron desde los primeros años de convivencia. Dijo que emigró desde Australia para casarse en Colombia y que, al llegar, encontró no solo una mansión en obra gris, sino un entorno que —según su versión— se convirtió en un espacio de miedo, control y golpes.

Ricardo me reventaba a puños”, afirmó. “En algunos momentos sentí una corriente por el cerebro”. También aseguró haber requerido cirugías de reconstrucción facial y tratamiento permanente, incluso mencionando riesgo de perder la visión en un ojo.

La denuncia incluye episodios que, de ser verificados por las autoridades, resultarían gravísimos: persecuciones, amenazas, intimidación y un incidente en el que, según ella, Leyva habría intentado atacarla con un cuchillo. Indicó que ese momento fue decisivo: “O hablo, o me matan”.

 

El choque entre el ícono y el hombre

La figura del empresario —el que gritaba “¡Abran las puertas!” entre cables y luces— quedó enfrentada a una narrativa completamente distinta: la de una mujer que asegura haber vivido años silenciada por miedo, aislamiento y amenazas.

El país quedó dividido entre quienes recuerdan al pionero de los conciertos y quienes escucharon, con estupor, el testimonio de Santos.

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Un final abierto

Hoy, la historia de Ricardo Leyva ya no se cuenta solo desde el escenario. También se narra en despachos judiciales, en titulares y en conversaciones públicas sobre violencia doméstica.

Su legado musical, construido durante cuatro décadas, convive con un capítulo oscuro que aún está por esclarecerse. Y mientras la justicia avanza, queda la imagen de dos versiones irreconciliables: el empresario que llenaba estadios… y la mujer que asegura haber tenido que huir para salvar su vida.

Una historia que, como la salsa que él defendió, mezcla luz y sombra, euforia y tragedia.

 

Creado Por
Valerie Michelle Skinner Parra
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