Ronda Rousey lleva un año por fuera del octágono de UFC y a pesar de haber presentado controles antidopaje con la Usada (la Agencia Antidopaje de Estados Unidos) no logró regresar en 2017. Al parecer esto habría acabado con las esperanzas de la peleadora para volver a las artes marciarles mixtas y darle el sí a la empresa de lucha libre más importante del mundo, WWE.
La excampeona de UFC se alejó de la acción tras perder en 48 segundos con Amanda Nunes, que la noqueó sin ningún problema para retener la presea femenina de la empresa. Desde ese momento Rousey decidió darse un descanso que le abriera el panorama en el circuito del combate.
Dana White, presidente de la industria de artes marciales mixtas, señaló que la atleta no pensaba en terminar su carrera por más obstáculos que se presentarán. Sin embargo, aceptó que los caminos de la industria y la peleadora podrían ser diferentes.
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"Ella se rehúsa a retirarse. Por algún motivo, no está lista para poner el punto final. Ella no es como todos los demás. La veo bien pero no ha logrado volver", dijo White.
La seducción de WWE
Ronda está más lejos que cerca de UFC y eso lo saben los fanáticos de la atleta y los directivos de la industria de WWE. Triple H, uno de los altos mandos de la organización de lucha, ha tenido varias conversaciones con la atleta para sellar el vínculo entre ambas partes para que inicie a partir de 2018.
Royal Rumble será el primer evento grande de la empresa norteamericana y Ronda Rousey podría ser una de las figuras más importantes en la cartelera. En el show de enero los guionistas suelen presentar por sorpresa a las contrataciones más importantes del momento.
Con 30 años y lejos de querer retirarse, la peleadora podría aceptar una propuesta para estar en lucha libre y lograr una popularidad tan alta como la ganada dentro del octágono.
