“El primer día me tocó ver 16 peleas, una tras otra. Estos hombres se daban puños y patadas sin parar. Fue muy duro verlos sangrar. Al final unos lloraban de alegría y otros de tristeza”, de esta forma Isabela Amado recuerda su primer día en el Ultimate Fighting Championship (UFC), el campeonato de artes marciales mixtas más visto en el mundo. Lea también: Elizabeth Loaiza, la mejor cola estudió economía y pilotea helicópteros
La modelo santandereana es una de las octagon girl de la UFC, una de las pocas personas del planeta que se sube al ring y desciende de él sin un rasguño. Su misión es anunciar el inicio de un nuevo round. Vestida con diminutas prendas convierte un escenario de pelea, sudor, sangre y lágrimas en una pasarela. También le puede interesar Las modelos más raras del mundo
“No necesitas tener un diploma para levantar una ring card”, dice Isabela. Sin embargo ella tiene uno, el que dejó de utilizar para dedicarse a lo que hace actualmente; se graduó de administración y negocios internacionales de la Universidad de la Sabana en el 2010 pero, “por cosas del destino terminé inscrita en señorita Bogotá, un reality de City Tv en 2011”. Lea también: ‘Miss Hitler 2014′, el concurso que busca a la nazi más sexy
En ese programa de televisión Isabela descubrió que le gustaban los medios, el modelaje y la actuación. “Uno cree que tiene todas las respuestas para la vida pero de repente cambiaron las preguntas”. Su vida tomó otro camino.
Aunque reconoce que no fue fácil decirles a sus padres que había decidido ser modelo y no ejecutiva, dice que con el paso del tiempo la apoyaron. “Se dieron cuenta que esto era lo que me gustaba y que tenía talento”.
“Fue duro empezar porque no tenía experiencia en nada, pero por medio de una amiga me contacté con una agencia de modelaje en México y me fui a vivir allá en el año 2013”.
En el Distrito Federal, Isabela no estuvo de vacaciones, vivir en una de las ciudades más convulsionadas de América Latina no le resultó fácil. “No me sentía equilibrada espiritualmente”.
“Fue complicado porque era la primera vez que vivía fuera del país y en un mostruo de ciudad como el DF no fue fácil, pero fue una experiencia muy linda porque crecí mucho como mujer, además adquirí experiencia porque hacía castings todo el tiempo, hasta tres al día”.
En esta primera experiencia Isabela no tuvo suerte. Le tocó hacer maletas y regresar a Bogotá.
“Pensé irme a Singapur, Tokio o Barcelona, pero decidí empezar en Estados Unidos porque era más cerca y tenía amigos”. Con el sueño americano en la maleta, Amado aterrizó en Miami. Mientras hacía castings, trabajaba en otras cosas para poder sostener su estadía en Estados Unidos.
“Trabajé como hostess (anfitriona) en un restaurante griego y como vendedora en el almacén de un amigo”, recuerda Isabela, que aunque, para ese momento no le salían las cosas como deseaba, recuperó la tranquilidad que había perdido en su paso por México.
“Me sentía más libre, contenta, equilibrada, la ciudad me encantó y de repente llegó el casting de UFC, me lo gané y me fui a vivir a Las Vegas”.
En el casting de la UFC, Isabela, que dice ser una muy buena cocinera, ‘noqueó’ a cerca de mil competidoras. “Cuando me dijeron que había ganado fue una sorpresa muy linda”.
Dice que gracias a esa victoria tomó un segundo aire. “Había llegado a pensar que me había equivocado de decisión y me llegué a asustar por haber dejado a un lado mi carrera, pero había una voz interior, (Dios) me mostró el camino. Eso es lo que me tiene aquí y eso es lo que me va a seguir llevando a lograr las cosas que quiero”.
Ganar el casting le dio la entrada al reality de la UFC, un show de televisión que ven cerca de 30 millones de televidentes.
“El primer día nos llevaron a las ocho niñas ganadoras al estudio de televisión donde estaban 32 luchadores, de esos, después de unos combates durísimos, solo clasificaron 16, que dividían en dos equipos integrados por ocho peleadores cada uno”. Isabela conoció entonces a Anderson Silva (quien fue uno de los mejores luchadores libra por libra de la UFC) y a Mauricio ‘Shogun’ Rúa, dos de los peleadores más importantes de la historia. “Son como gladiadores. Es increíble la energía que pueden transmitir en el ring. Una cosa es ver las peleas por televisión y otra es verlas ahí, en vivo y en directo”.
¿Qué sensaciones se viven en una pelea?
“Se le paran a uno los pelos, le dan ganas de llorar, sufres. Con el tiempo no sufres tanto sino que lo empiezas a admirar como un deporte, como una disciplina que engloba cuerpo, corazón y mente. Ya no sufro porque se dan en la mula”, bromea.
Isabela siente admiración. “Son jóvenes, la mayoría de ellos pobres, que están luchando por un sueño. He pensado que los luchadores ven en su contrincante a ellos mismos, es como un espejo porque saben lo que cuesta, el esfuerzo, dejar a su familia y darse puños y patadas por perseguir un sueño”.
¿Entiende las peleas?
"No somos expertas. Pero si entramos a analizar ciertas técnicas de pelea que hace que uno disfrute un show".
¿Cómo es el ambiente cuando están apagadas las cámaras?
"Muy profesional. Nos tratan como princesas. Somos como esa parte linda, como niñas consentidas. Pero los luchadores son los verdaderos héroes. Es una producción gigante y perfecta".
¿Qué la sorprendió?
"No me imaginé que fuera tan grande. Nunca había presenciado peleas en vivo y es impresionante cómo se toman esto con tanta seriedad. Las artes marciales mixtas son un deporte increíble. Los veo como gladiadores, con mucha, mucha admiración".
¿Esa admiración trascendió? ¿Hubo romance con algún peleador?
No. Para nada. Ha sido una admiración muy profesional. Nos limitamos a estar con ellos y acompañarlos en los retos y en las peleas. Compartíamos cosas con ellos y se podía prestar para algo, pero por mi parte solo fue netamente profesional. Son deportistas 100 % comprometidos.
Cuando la llaman ‘bomba sexy’, se sonroja pero admite que le “alegra” que la llamen así. “Solo puedo decir gracias”.
El día de esta entrevista Isabela se pintó las uñas de vino tinto. “Las uñas dicen mucho de las personas y con este color me siento sexy”.
Mientras cumple la otra parte de su sueño, “protagonizar una película de Hollywood y ser tan importante como Sofía Vergara”, Isabela seguirá viendo películas a blanco y negro que tanto le gustan.
“Me encantan las películas de Marilyn Monroe, Marlon Brando, Franck Sinatra”.
Entre tanto, y mientras la llaman para alguna película, seguirá escuchando música: “Desde Chopin, pasando por Diomedes Díaz, hip hop hasta llegar una buena salsa. Me gusta bailar, soy una bailarina frustrada, si no hubiera sido modelo hubiera sido como Isadora Duncan”.
Una bomba sexy en el ring
Dom, 07/06/2015 - 02:33
“El primer día me tocó ver 16 peleas, una tras otra. Estos hombres se daban puños y patadas sin parar. Fue muy duro verlos sangrar. Al final unos lloraban de alegría y otros de tristeza”, de e