Óscar Pantoja comenzó a leer libros de segunda desde los 12 años. Los relatos de Dostoyevski, Kafka, Tolstoi, Poe y Hemingway marcaron su inicio en la lectura y en el 2013 presentó la novela gráfica: Gabo, memorias de una vida mágica, una apuesta de Rey Naranjo editores para acercar a los lectores más jóvenes a la vida y obra del Nobel colombiano a través del comic.
Guionista e ilustradores se dieron a la tarea de rastrear la vida de García Márquez en novelas, videos y testimonios para contar un universo colorido que abarca la infancia del nobel en Aracataca, su consolidación como novelista, la escritura de Cien años de soledad y el máximo galardón literario obtenido por un colombiano.
En un artículo para la Revista Carrusel el autor recuerda su primer acercamiento con el Nobel: “La primera vez que supe de él fue en la escuela. Estaba en cuarto de primaria. La profesora llegó con un libro pequeño. Nos dijo que teníamos que leerlo. Mi mamá me compró una edición de segunda, vieja, pero muy hermosa. Empecé a leer el libro y ahí cambió todo. El coronel no tiene quien le escriba me inició en la lectura y en mi deseo de ser escritor.”
Oscar ha experimentado con los formatos: el cine, la literatura y los cómics han sido su medio para contar historias. Su primer libro: El Hijo fue Premio de Novela Alejo Carpentier en el 2011 y por su cortometraje El último cuento de Edgar Allan Poe recibió el Premio Nacional de Cinematografía.
El autor dialogará con los lectores de Kienyke el próximo jueves 21 de noviembre a las 4 pm en un Hangout organizado por el Festival Cuarto de Hora Audiovisual.
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"El editor, John Naranjo, le hizo llegar el libro a todos sus familiares, su esposa Mercedes, sus hijos. Sus familiares recibieron el libro y nos contaron que les gustó mucho."
¿Cómo fue ese proceso de pasar de un formato clásico de novela a un cómic? Escribir una historia es lo mismo en cualquier formato o género, cine, narrativa, gráfica. La historia no distingue de género o formato, es la historia por encima de todo. Y yo trabajo en contar historias. En ese sentido, no he dado ningún paso hacia otro lado. Antes de Gabo, memorias de una vida mágica, uno de sus primeros experimentos fue el cortometraje El último cuento de Edgar Allan Poe, ¿cómo surge la idea? Por la pura necesidad de empezar a contar algo, de crear algo de ficción. No tenía de dónde contar una historia, no había vivido lo suficiente como para conocer al mundo y a la gente, no sabía nada. Mi mundo eran los libros, entonces escribí una historia sacada de los libros: el último cuento que escribió Poe y que estaba en Bogotá. El cine me gusta mucho, pero cada vez me gusta menos su cotorreo. La gente que está haciendo cine se cree la más importante del mundo y no es así. Son unos latosos. ¿Cómo fue la acogida de Gabo, memorias de una vida mágica? Mágica. La historia le gustó a los lectores, jóvenes y adultos. Se reseñó muy bien en el país. Y después, fuera del país, en Europa, América Latina. Ha sido un libro que nos ha puesto en el mapa de los que cuentan historias y en el mapa de los medios. ¿Gabriel García Márquez les pidió una copia del libro? Ojalá García Márquez lo hubiera pedido. És un hombre ocupado. Pero el editor, John Naranjo, le hizo llegar el libro a todos sus familiares, su esposa Mercedes, sus hijos. Sus familiares recibieron el libro y nos contaron que les gustó mucho. Yo pienso que sí lo ha visto, y mi deseo es que viéndolo se le salga una sonrisa viéndose en cómic. Eso sería tremendo. ¿A qué tipo de público llegó más esta obra? A todos los públicos. Lo que traté de hacer fue contar una historia bien contada. Luego vinieron mis amigos y la dibujaron, y volvieron a contar bien la historia. Hicimos las cosas bien. ¿Este tipo de propuestas tienen sólo acogida en editoriales independientes? Las editoriales independientes van a ser grandes y cuando sean grandes, ya no mirarán a los escritores que empiezan, para qué, es arriesgado. Entonces salen otra vez los independientes y vuelve el círculo. El albur del escritor no está en la editorial sino en sus propias manos, en su cabeza y en la capacidad de contar algo que atraiga a lectores. Entonces las editoriales vendrán, lo llamarán, grandes o pequeñas. ¿En qué nuevo proyectos trabaja? Juan Rulfo, un gran escritor con una vida tormentosa que logró escribir algo inmortal. ¿Qué ha sido lo más difícil para usted en el tema de la novela gráfica? La dificultad es la misma: ¿cómo cuento bien esta historia? Esa es mi máxima preocupación y vaya si es difícil. Construir algo, un nuevo mundo, es complicado. ¿Dónde lo han invitado a raíz de su libro Gabo, memorias de una vida mágica, que reconocimientos ha recibido? Fuimos a lanzar el libro al Hay Festival, fue una experiencia muy valiosa. He ido a varias ferias del libro, Bogotá, Cúcuta, y varias charlas por Colombia. ¿Va a morir el libro de papel? No sé, la literatura seguirá siendo literatura, el soporte no importa. Lo que sí sé es que las historias nunca van a morir. El hombre necesita de las historias para vivir, el cerebro está diseñado para crecer con historias. @fcuartodehora @ReyNaranjo @Lauquiceno