Lo que nació como una iniciativa del Gobierno Nacional para honrar la memoria de los cientos de compatriotas víctimas del conflicto armando que ha vivido el país, se convirtió en una esperanza de vida para sus familiares para la no repetición, la reparación y el perdón.
Esto es posible gracias a Bosques de Paz, una estrategia que vincula a las víctimas y sus familias a un programa de conservación ambiental, donde además reciben capacitación en temas ambientales.
Esta iniciativa es un modelo que integra cuatro componentes: la recuperación ambiental de los ecosistemas, el desarrollo de las comunidades asentadas en el territorio a través de proyectos productivos, la educación ambiental y la construcción de un monumento vivo de paz como memoria histórica del conflicto armado en la zona de influencia, además de reparar a las víctimas en sus propios territorios.
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Luis Gilberto Murillo, ministro de Ambiente, le contó a Kienyke.com la importancia que tiene declarar el cerro Quitasol, en Bello, como un Bosque de Paz. Aseguró que más allá de ser un espacio para las víctimas, se busca conservar un gran pulmón verde para todo el departamento de Antioquia.
"El concepto de Bosque de Paz es clave para nosotros, porque además de conservar un activo ambiental, incorpora a víctimas de la violencia en Colombia, convirtiéndose en un monumento vivo a la memoria, la reconciliación y la paz", señaló Murillo.Y es por eso que esta estrategia llegó a uno de los sitios más representativos del municipio de Bello, al norte de Medellín.
Cerro Quitasol: Bosque de Paz
En Bello está ubicado uno de los cerros tutelares que pertenecen al Valle de Aburrá, llamado Quitasol, un lugar donde convive la naturaleza y la urbe, un sitio que encierra un sinnúmero de historias, todas fantásticas sobre los primeros pobladores de la región norte del área metropolitana. Este mágico lugar esconde en sus entrañas el camino en piedras por el que alguna vez transitaron indígenas de la comunidad Cacique Niquía. En sus laderas se encuentran las huellas de una antigua civilización que poseía conocimientos de ingeniería, pero que más allá de eso, tenían la paz y la armonía como una filosofía de vida. [single-related post_id="798955"] Es por esa forma armónica de vivir de aquellos antepasados que este importante cerro se convierte en un símbolo para las personas que han sufrido, vivido y llorado el conflicto armado en Colombia. Gracias a la iniciativa del Gobierno Nacional, con el apoyo de Área Metropolitana, este sitio fue declarado como un Bosque de Paz. Y son precisamente las familias de las víctimas del conflicto, que por años ha desangrado al país, las encargadas de hacer de este territorio una memoria viva de aquellos que ya no están y de encargarse de que con este nuevo espacio para la memoria, los ciudadanos conozcan un poco como es la vida de una víctima después del conflicto. Reina Luz Euse es una de las tantas mujeres colombianas víctimas del conflicto armado, en conversación con este medio contó cómo la violencia llegó a su hogar, tanto así que tuvo que desplazarse por temor a que las amenazas que por tanto tiempo recibía se convirtieran en un hecho. [caption id="attachment_799648" align="alignnone" width="1024"] Foto: Área Metropolitana[/caption]"Este nuevo espacio para nosotras las víctimas significa la esperanza, porque a nosotros ya no nos van a volver a cometer estos mismos hechos atroces que marcaron nuestras vidas, aunque a veces queramos olvidar eso, siempre llevaremos el dolor en nuestro corazones y lo más bonito es que cada árbol sembrado, representa una víctima del conflicto", indicó EuseElla con la voz quebrada, pero con firmeza, narró cómo la violencia llegó a la puerta de su casa. A su vivienda, ubicada en La Caucana, en el Bajo Cauca antioqueño, llegó un grupo paramilitares que asesinó a su nieto por el simple hecho de negarse a hacer parte de esa organización.
Pero no solamente Reina Luz será beneficiada con esta iniciativa. En Bello, según cifras de la mesa de víctimas, hay cerca de 64.000 personas que han padecido la guerra en Colombia y de ellas 60 ya están vinculadas a la estrategia.Dora Elsy Muñoz, víctima de abuso sexual por parte de la guerrilla del ELN, encontró en Bosques de Paz una nueva oportunidad de vida. Contó que ya ha recibido capacitación relacionada con la conservación de bosques por parte de la Secretaría de Ambiente de Bello y del Área Metropolitana. [single-related post_id="799224"] "Para mi esto significa el renacer no solo de todas las víctimas, también del mismo cerro, que ha sufrido por la insensatez del hombre al no cuidarlo y, por el contrario, degradarlo, afectando así no solo a los árboles, sino a muchos animalitos que habitan en este espacio", indicó Muñoz. Esta mujer de cabello castaño, ojos verdes y estatura mediada, vivió la atrocidad de la violencia cuando fue víctima de abuso sexual por parte de hombres pertenecientes al ELN en el municipio de Santo Domingo, nordeste del departamento de Antioquia. "Yo fui desplazada dos veces, la primera por el ELN me fui de Santo Domingo hasta Porce, pero en ese momento no sabía que yo era una víctima. Y la segunda fue por grupos paramilitares, por lo que me tocó emigrar a la ciudad y desde entonces hago parte de un colectivo que lucha por el derecho de las víctimas en Colombia", manifestó Muñoz. Y enfatizó que con este programa espera que todas las personas afectadas por la violencia, tengan por medio de los proyectos productivos que se van a desarrollar en el Cerro Quitasol, unos ingresos que les permitan mejorar su calidad de vida. Con este, ya son cinco Bosques de Paz los que se ha declarado en el país, siendo el cerro Quitasol el primero en una área urbana. Se espera contar en total con 50 de estos espacios para la vida y la memoria en todo el país.