
Su melena rubia y sus senos redondos y grandes la han hecho la más popular. Es el prototipo de europea que muchos considerarían perfecta; de mediana altura (1,65 centímetros), ojos azules, labios gruesos, curvas imponentes. Sus brazos y piernas se pueden mover como se desee y su piel es tersa, muy bien cuidada. Aunque su esqueleto, o mejor, su chasis, es de aluminio y su tez es en realidad una cubierta de silicona, Nikky se asemeja a una mujer de carne y hueso. Es una de las cinco prostitutas de Lumidolls, el primer burdel de muñecas hiperrealistas de España y de América.
El lugar pasa desapercibido. No hay música estridente ni luces de neón que llamen la atención de los transeúntes del centro de Barcelona, donde está ubicado. Tampoco hay avisos ni mujeres con escotes o faldas que dejen poco a la imaginación. Solo quien ha pedido cita con al menos una hora de anticipación sabe lo que esconde la residencia.
Al cruzar la primera puerta, el cliente ávido de lujuria se pregunta con qué se encontrará. Primero, la recepción. Una mujer joven se encarga de recibirlo, es la única persona que los visitantes ven a su paso.
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Unos metros más allá están las habitaciones. En este caso el hombre ha pedido a Lili, la muñeca de rasgos africanos. Solicitó que estuviera vestida de colegiala, con las piernas abiertas sobre la cama. Entra y halla lo que exigió, entonces comienza su aventura, una experiencia sexual de una hora, por la que pagó 80 euros (unos 246.000 pesos colombianos).
Una singular y para muchos, extravagante idea de negocio, eso es el burdel Lumidolls. Aunque lleva un poco más de un año en funcionamiento, sus propietarios dicen en diálogo con Kienyke.com que hasta ahora ha sido un éxito, producto de la creatividad de cuatro socios que decidieron incursionar en un mercado poco explorado.
"En Japón hay lugares similares pero no estamos seguros de que sea el mismo modelo de negocio. Hay sitios en los que las alquilan y las llevan hasta la casa del cliente, pero no es prostíbulo", explica Sergi Prieto, CEO de la compañía.
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Foto: Lumidolls[/caption]
Aunque pueda parecer descabellado para los más recatados, la idea de Lumidolls es brindar un servicio lo más personalizado posible, que saque de la rutina a quien lo adquiere y lo lleve a obtener placer inimaginado. No escatiman a la hora de hacer "felices" a sus clientes. Si no tienen algo, lo consiguen.


Lumidolls, rompiendo las barreras morales del sexo
El servicio puede incluir desde disfraces de policía, ejecutiva y 'chica fitness' hasta camisetas de Lionel Messi o Cristiano Ronaldo. Aunque cada muñeca es diferente, es posible pedir por ejemplo, un cambio de tono de pelo, además de otros accesorios y complementos. Lo que más piden es un arnés con un dildo."Nos centramos en cumplir todas las fantasías. Hay cosas que los hombres no se atreven hacer con la novia, con la esposa ni con una prostituta. En este caso, evidentemente las muñecas no le van a decir 'no' a nada; es una experiencia totalmente nueva, única y placentera porque están diseñadas para producir el mayor placer posible", añade Prieto, el primero en verificar estos juguetes. Él probó a Lili, la del perfil asiático.[single-related post_id="565363"] Es por eso que Katy, Kanda, Niky, Lily y Aki tienen tres orificios para los actos sexuales: boca, vagina y ano. De acuerdo con Lumidolls, cada uno de estos tiene 17 centímetros de profundidad y por dentro tienen una serie de rugosidades que puedan simular al máximo el cuerpo de la mujer. Como sucede con cualquier idea nueva, las reacciones han sido diversas. Mientras que unos la aplauden, otros polemizan.
"Cuestionan que si somos machistas, que si queremos eliminar las relaciones entre personas, cosas que para mí no tienen ningún sentido. También hay clientes que han venido dos días seguidos y otros que salen y dicen que no les gusta la experiencia. Estamos en un país libre y no obligamos a nadie a venir, no vamos a entrar en debate por eso", indica el dueño del burdel.
Así son las muñecas hiperrealistas
Lo que sí es cierto es que la curiosidad y el morbo son el día a día en este prostíbulo. Pese al corto tiempo en funcionamiento, a sus dueños ya no les sorprenden las peculiares ocurrencias y peticiones. "Aunque muchos vienen solo a buscar algo nuevo, a probar novedad, otros vienen a cumplir sus deseos", confirma Sergi Pietro."Un cliente nos preguntó que si había algún problema con que él se vistiera de mujer para estar con la muñeca. Claramente le dijimos que no lo había".[single-related post_id="568421"] Incluso, más allá de ser considerado como fetiche o aberración, hay parejas que lo ven como un escape de la rutina. Hay mujeres que piden citas para regalarles a sus novios o esposos un rato de distracción u otras que adquieren un encuentro con la muñeca y su pareja. "Entendemos que al final las muñecas no dejan de ser un juguete sexual. Hay mujeres que dicen que por nada del mundo dejarían que su pareja se acueste con otra mujer, por eso llegan a preferir este servicio", apunta el dueño de Lumidolls.
