Carlos Cepeda, un pintor moderno y precolombino

Carlos Cepeda es un pintor bogotano con sello propio porque ha desarrollado una innovadora técnica con materiales sintéticos que le permiten diferenciarse de cualquiera de sus colegas, ya que plasma sus creaciones en superficies no tradicionales en el arte, en tanto que sus temáticas precolombinas parecen recrearse en un baile de colores tropicales que al tiempo imanan al observador desprevenido para ser uno con ellas.

KienyKe.com conversó con el maestro, antes de su viaje a México donde otra vez expondrá su obra, en una tierra que quizá por tanta congruencia cultural y afinidad artística por historia y por cosmovisión, ha sido muy bien tratado durante largo tiempo, tanto por expertos en pintura, como por coleccionistas y observadores que acuden a sus exposiciones para dejarse impactar por la vida que pareciera moverse con libertad en cada cuadro, al tiempo que desean conocer sobre la técnica desarrollada por el maestro.

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“Yo hago abstracciones con íconos precolombinos. Para mí todo el arte precolombino pasa por lo espiritual. El arte europeo pasa más por lo material, es un arte que va más pegado a lo intelectual. El arte precolombino tiene toda su simbología pegada a la naturaleza, al cosmos, unido al pensamiento del ser humano, a lo humano”, explica el pintor formado en bellas artes en Bucaramanga, en la institución de la dirección de cultura artística de Santander. 

Recorrido creativo

El maestro Cepeda, nacido en una familia con inclinaciones artísticas, especialmente en la música, empezó a experimentar sus primeros trazos, desde los 15 años, cuando en superficies como cartón o materiales de desecho, usaba acuarelas para dejar volar su imaginación, a lo cual le siguieron otras experiencias con óleo y pigmentos tradicionales y reconocidos.

Pero siempre pensó en desarrollar una técnica propia, por eso investigó diferentes técnicas, con diferentes pigmentos, diferentes soportes. Pintó sobre acrílico, postales, maderas, hasta cuando encontró una malla sintética. También quería probar con los fenómenos físicos de la luz. Al mezclar los dos temas logra el resultado de plasmar toda su creatividad sobre esa malla con acrílico, un aprendizaje por propia cuenta, como resultado de una investigación juiciosa, constante y persistente.

La técnica se desarrolla sobre dos mallas superpuestas, la primera se usa para color tonal, sin que allí haya pintado nada, y la segunda es donde está la creación artística. La idea es que la obra se mueva, no permanezca estática. Lo bien diferente es que cambió la tela por malla, una superficie que, al menos en lo que se puede verificar, no ha sido usada por otro genio creativo

La malla está construida con hilos microscópicos que a su vez están trenzados; es sintética y elástica, por lo cual quiso pintar con acrílico, también sintético, porque es un material veloz, que permite más líneas y superposición de colores, para expresar mejor lo que él siente cuando traslada la iluminación de su mente y su espíritu a ese material ilustrado con formas, ritmos, movimientos y mensajes expresados en su estilo y en su concepción del mundo.

“A la gente le gusta mucho mi trabajo porque nació en esta parte del mundo… la gente sabe que el concepto de mi obra tiene valía” afirma seguro el maestro.

Su obra viaja siempre

De Bucaramanga, Pamplona, Medellín y Bogotá, el maestro Carlos Cepeda ha ido con su obra a Buenos Aires, Montreal, Nueva York, Múnich, Velden, Lieja, Yucatán, Jalisco, Guadalajara y Chapala, entre muchos otros salones, ciudades y ambientes donde se ha podido deleitar viendo las expresiones de legos y conocedores frente a su propuesta artística innovadora en los materiales y enfática en su temática precolombina colmada de saberes, de mensajes y de incógnitas.

Tras ese ya largo recorrido, cada vez más purista, pero siempre estudioso, el maestro Carlos Cepeda está interesado en transmitir su conocimiento a nuevos talentos, de manera que quienes se acerquen al arte, también se atrevan a experimentar, a innovar y a crear a partir de su propia inspiración y con materiales no necesariamente convencionales para que puedan lograr un sello propio como él cree que lo ha logrado.

“Sí puedo vivir del arte, pero eso fue un camino muy escabroso… vender una obra en esta técnica es bien complicado porque la gente tiene sus prevenciones frente a lo novedoso… ahoritica puedo trabajar todos los días investigando la técnica y preparando nuevas exposiciones”, afirma entre orgulloso y nostálgico el pintor Cepeda, quien al tiempo que atenderá sus compromisos fuera del país, tendrá colgada su obra en una galería bogotana para que también aquí, quienes lo conocen puedan admirar su obra, y quienes no, se acerquen a ella para comprobar que todo no es igual.

Después de una tranquila conversación que también reproducimos en video para que ustedes, amables lectores, puedan conocerlo de cerca, el pintor Carlos Cepeda, deja a modo de reflexión e invitación, una frase que retrata su pensamiento frente a la cultura y el arte. Dice: “Un pueblo que tiene arte es un pueblo que progresa. El arte es la capilla donde el espíritu del ser humano ora”.