Guy Kawasaki, uno de los expertos en desarrollo empresarial más reconocidos del mundo, cumplió el American dream, eso con que los estadounidenses se han referido al sueño de un profesional que se abre un camino exitoso en la primera economía del mundo. Algo complicado de alcanzar en estos tiempos de crisis económica que agobia a Estados Unidos.
Nacido en Honolulu, Hawai, en 1954, en el seno de una familia que sobrevivió con muchos sacrificios económicos, Guy viene forjando su exitosa carrera desde abajo. Vivió en una parte difícil de Honolulu llamada Kalihi Valley. Esto jamás lo incomodó. Su madre era ama de casa y su padre un bombero, aunque después trabajó como agente de bienes raíces.
En 1976 se licenció en psicología en Stanford. Luego asistió a la escuela de leyes en U.C. Davis, ya que sus padres, estadounidenses pero de origen asiático, querían que fuera un médico, abogado o dentista. Allí solo duró una semana, ya que no pudo soportar a los maestros que lo señalaban como "inservible".
Al año siguiente ingresó al programa de MBA de la UCLA. Un plan de estudios con el que se sintió cómodo. Después aterrizó en su primer trabajo en Nova Stylings, un fabricante de joyería donde su labor consistía en contar diamantes. En Nova duró varios años. De este trabajo aprendió el arte de vender, bajo la tutela de sus colegas y del CEO de la joyería, Marty Gruber. Algo que fue esencial para su carrera.
Luego fue a parar a una compañía de software educativo denominada EduWare Service, que después fue comprada por Peachtree Software, y en la que le propusieron mudarse a Atlanta. Una opción que desechó, ya que como él asegura "no podría vivir en una ciudad donde la gente llama cebo al sushi".
Por suerte su compañero de cuarto en Stanford le consiguió trabajo en Apple- de 1983 a 1987-, cuatro años que no fueron los mejores para la compañía de la manzana, pero en los que Kawasaki ejecutó con entusiasmo su tarea como responsable de marketing de Macintosh. "Hay que ser positivo por defecto", recalca.
Luego de su salida de Apple se dedicó a crear una empresa de base de datos llamada ACIUS Macintosh y publicó un producto llamado 4th Dimension, una base de datos. Pasaron dos años después de la creación de ACIUS y se encaminó a perseguir su dicha en la escritura y la consultoría. Escribió para McUser, McWorld y Forbes, en un período que él denominó "los años maravillosos".
Después siguió creando otras empresas de software para finalmente volver a Apple en 1995 cuando la firma era vista por los expertos como una empresa prácticamente muerta. Lo curioso es que diez veces se le ha considerado de esta forma en los últimos veinte años. Su trabajo en Apple fue una experiencia extraordinaria, como él mismo señala, para esta segunda ocasión era el de evangelizador, que puntualmente se dirigía a atraer y preservar el culto a Macintosh haciendo lo que tuviera que hacer.
De su gestión en Apple, Kawasaki sacó las mejores experiencias para explicar muchas de sus ideas en los libros que ha escrito. Títulos como "El arte del encantamiento" "Cómo volver locos a tus competidores" "El arte de empezar" y "Reglas para revolucionarios", llevan inmerso un discurso positivo, cargado de conceptos como "perseguir un sueño" o "confiar en los demás", que contrasta con el escenario de crisis económica mundial, y que es un ejemplo de emprendimiento que sobresale en medio del panorama negativo.
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El evangelista de Apple
Mié, 03/04/2013 - 13:20
Guy Kawasaki, uno de los expertos en desarrollo empresarial más reconocidos del mundo, cumplió el American dream, eso con que los estadounidenses se han referido al sueño de un profesional que s