Las montañas que se elevan al sur de Bogotá y que iluminan con gran fuerza en las noches citadinas representan más que una zona olvidada y entregada a la violencia. Ciudad Bolívar, conocida por muchos como una de las zonas que más personas desplazadas del conflicto armado recibió durante las últimas décadas, hoy parece estar resistiendo al estigma social y plantando banderas de que son una comunidad lista para florecer en medio de su riqueza más profunda, la multicultura colombiana.
Las artes, siempre latentes, hoy cobran una importancia dentro de los miles de niños y jóvenes que crecen en la localidad número 19 de la capital del país. Los bloques, latas y tejas que se resbalan de los techos con cada ventarrón, forjaron un complejo habitad donde las oportunidades están destinadas para pertenecer a pocos. Sin embargo, existen personas dispuestas a aumentar estas oportunidades, abrir los horizontes, a expandir los sueños y dejarlos crecer.
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En este espacio de sueños y pesadillas, nació el Festival de Cine Ojo al Sancocho, una iniciativa cultural que propuso hace 11 años un grupo de profesionales que no solo sentían un gusto particular por el cine, sino que creían firmemente en que había que democratizar lo audiovisual en lugares como Ciudad Bolívar. Un evento que le entrega a la comunidad de esta localidad un espacio lleno de muestras audiovisuales que en esta versión logró proyectar más de 90 películas desde el 6 hasta hoy 13 de octubre.
Con el ánimo de comprender el por qué de este proyecto, KienyKe.com dialogó con una de las fundadoras de Ojo al Sancocho y quien actualmente dirige el festival, Yaneth Gallego.
Yaneth es una profesional en pedagogía infantil con énfasis en el audiovisual, que en el camino se fue encontrando con el cine y terminó aprendiendo de él de manera empírica. Durante diez años fue la productora general del Festival Ojo al Sancocho y afirmó que fortalecer el tema de escuela era la puerta que ella quería abrir para la gente, y de allí surgió el proyecto llamado 'Escuela popular de cine ojo al sancocho'.
[caption id="attachment_961543" align="aligncenter" width="1024"] Cortesía: Ojo al Sancocho[/caption]
Y es que ella no inició con este proyecto sola, como cofundadores también están Alexander Llosa y Daniel Bejarano, y afirmó que detrás de la idea habían muchas más personas que apoyaron, pero quienes estaban al mando y siguieron guerreando el tema son ellos tres.
"Nosotros nos conocimos en Ciudad Bolívar en otro proceso de formación audiovisual, y pues obviamente luego quisimos hacer una propuesta que hoy se convirtió en 'Ojo al Sancocho', justo así como lo soñamos", manifestó Gallego.
Una parte fundamental de este proceso fue el recorrido previo que ellos hicieron por la localidad con el fin de mirar y analizar todas las experiencias que habían sobre educación, medio ambiente, procesos sociales, culturales y artísticos. "Encontramos un punto de diversidad social y política, donde había mucha gente de todas las regiones del país, entonces claro hay toda esa riqueza cultural, social concentrada aquí en Ciudad Bolívar", explicó la productora.
También explicó el objetivo máximo del proyecto, que además de democratizar la cultura audiovisual, es crear la posibilidad de que otras comunidades que tenían procesos sociales adelantados tuvieran una producción audiovisual que los representara, porque según Gallego, de alguna forma los medios masivos de comunicación vienen haciendo un registro abusivo y testimonios a conveniencia de temas coyunturales, entonces la gente en este territorio está muy reacia a esto, ya que se crea una falsa ilusión de lo que se quiere mostrar y luego finalmente todo es frustración.
Ciudad Bolívar, los ojos puestos en la gran pantalla
¿Por qué Ciudad Bolívar? Porque no, en uno de los rincones tan únicos de Colombia, con un contexto único, gente única e historia única. Ciudad Bolívar, simplemente se convirtió en ese taller de experimentos artísticos donde el resultados era amado y agradecido por toda la comunidad. Para la directora del festival 'Ojo al Sancocho' es un sitio que tiene muchas necesidades educativas y "lo que buscábamos era eso, que otras comunidades tuviesen acceso a estas propuestas audiovisuales y así hacer procesos de formación totalmente gratuitos, eso es clave porque estas comunidades son importantes solo que no son mostradas de la forma en que quisieran". El cine tiene un concepto que habla de una realidad propia y local que es capaz de volverse internacional, según relató Gallego, son las historias de la gente del barrio que tienden a ser globales. Es una forma de auto reconocernos como seres humanos, de mostrar nuestras vivencias, nuestro pasado y también eso implica, mostrar hasta las raíces nuestras problemáticas sociales. [caption id="attachment_961544" align="aligncenter" width="1024"] Cortesía: Ojo al Sancocho[/caption] Pero Ojo al Sancocho, de igual manera en que trata de presentar diversos proyectos audiovisuales independientes, ha reunido la experiencia para empezar a crear cine. Así lo comentó Yaneth, quien participó en la realización de una película que titularon “Ella” y que estuvo dirigida por Libia Estela Gómez. Una cinta donde lograron evidenciar que el territorio de Ciudad Bolívar es más de lo que muchos imaginan. "Hubo un acontecimiento que es relevante, y es que cuando teníamos que grabar una escena en el palo del ahorcado (un árbol en la cima de una montaña, conocido por la comunidad porque muchas personas presuntamente se han suicidado allí), llegaron como 15 patrullas de la policía porque la historia en un punto muestra que a un señor que no tenía donde enterrar a su esposa y va y la entierra en este lugar, y los policías llegaron porque les dijeron que estábamos enterrando a alguien allí de verdad", recordó con cierta gracia Gallego."Cuando empecé a hacer esto, de una u otra forma hacía cine participativo y una labor social, y ahora yo siento que el cine comunitario es en lo que trabajo, lo que me ha permitido crecer, lo que me ha permitido ser la mujer que soy ahora", Yaneth GallegoEs así como un espacio estigmatizado empieza a limpiar un poco su imagen, con el cine y la compañía de la misma comunidad entrelazando cada historia que de allá sale. Para Yaneth, Ciudad Bolívar se convierte en un lugar inspirador, donde te encuentras relatos fantásticos, unas hermosas narrativas que detallan la superación personal, pero también unas tan crueles como las que encierran los pobladores del conflicto armado, que finalmente se convierten en procesos de memoria necesarios para tejer paz.