Jairo Chaparro Naranjo es frío, distante, muy serio, casi déspota, tremendamente tímido. Nadie podría suponer –de primera vista– que sea el libretista de ‘La Luciérnaga’ de Caracol Radio, programa que hace reír a miles de colombianos todas las tardes. La verdad es que su buen genio sólo se le daña cada ocho días, cuando sistemáticamente pierde su equipo Santa Fe.
Boyacense, sociólogo de la Universidad Nacional y periodista del Inpahu. Chaparro no sabe qué se le ha pasado más rápido, si los 12 años como libretista del programa o lo 11 años que lleva casado con Marta Ruth. El matrimonio ha sido cuestión de cinco minutos….debajo del agua y sin oxígeno, dice –valiente– delante de su esposa.
El material para los libretos sale de las noticias del día y también de los chistes y chismes de las cervezas que los viernes comparte con sus colegas periodistas de todos los medios. Es decir que toma cerveza no porque le guste sino por puro trabajo.
Los buenos periodistas –considera Chaparro, como le dicen sus compañeros– no son los que se acuestan los viernes a la 9 de la noche luego de ver dos telenovelas. Los mejores son los que tienen fuentes de información en la Casa de Nariño y hasta en los amanecederos, es decir en Palacio y “donde aquéllas”.
El hijo de don Francisco y doña Herlinda salió de su natal Duitama, hace 20 años, en una flota con un mercado para dos meses, con cilindro de gas incluido para preparar sus alimentos, porque según doña Herlinda quién no cocina no come.
Lo suyo no es timidez absoluta sino estrategia. Hace callado el trabajo… Por su bien, y el de sus acreedores. Considera que ya cogió la costumbre de ganarse la vida honradamente y –por lo mismo- no se ve haciendo política.
Chaparro también fue argumentista del seriado juvenil “De pies a Cabeza” y de la primera etapa de “Los Reencauchados”. En sus épocas de universitario tenía un hermoso ritmo de vida: escribía para estos dos programas, estudiaba en la Nacional de día, y en Inpahu de noche. Los fines de semana le cocinaba a sus hermanos Guillermo y Hernando con quienes compartía apartamento.
La mejor demostración de fe por la vida es mantenerse como hincha del Santa Fe, aunque confiesa que va al estadio sólo por comer lechona y deditos de queso. A veces cuenta con la suerte de que el equipo se equivoca y gana.
En síntesis, Chaparro es el empleado más silencioso de Caracol pero el que hace más bulla, todos los días a partir de las cuatro de la tarde, como uno de los cerebros del programa más escuchado de la radio colombiana (a esa hora).