Escribirle a los jazmines, al rojo apasionante y desdichoso del amor, al olvido en retahílas y a "cierta esquina" para ser 30 años ya en descanso eterno reconocido por la "alcurnia letrada" con un Nobel de Literatura simbólico que detenga la espera pronunciaba cada vez que salía nominado. Jorge Luis Borges fue la revelación y es aún permanencia a través de sus letras.
Porqué premiar la narración del instante de un abrazo, del sol tímido de la mañana o del firmamento silencioso en noches de olvido y no disfrutarlo tal como siempre invitaba el escritor. Para Borges, "sí pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera y seguiría descalzo hasta concluir el otoño" y continuaría esperando, sentado en una silla cualquiera con un bolígrafo en mano, el llamado a tan aclamado y caprichoso Nobel de Literatura aplazado en el 2018 por los escándalos sexuales que afronta la institución.
"Bienaventurados los misericordiosos porque su dicha está en la misericordia y no en la esperanza de un premio"De ahí que, el recuerdo del viejo cuentístico, poeta y ensayista invadió al Comité Internacional de Escritores reunidos en la inauguración de la Feria del Libro Argentina (FILBA) del presente año. Entre los presagios e intrigas que dejó el autor nacido en Buenos Aires, conmemoraron la entrega del Nobel en medio de una recreación irónica de Esteban Feune de Colombi, actor que posaba de dama honorifica de la Academia Sueca. Se declaró en la FILBA con visitantes ansiosos de lectura, que “la literatura actual es inconcebible sin Borges" pero “¿para qué molestarlo con elogios que se parecen tanto a la parodia y tan poco a la comprensión?”. Para García Márquez, quien se consideraba un "lector insaciable" del argentino y que deseaba el fin de la "penitencia injusta" impuesta por la participación del autor a un evento del dictador Augusto Pinochet, "es inevitable: Borges es el escritor de más altos méritos artísticos en lengua castellana, y no pueden pretender que le excluyan, sólo por piedad, de los pronósticos anuales", replicó el 8 de octubre de 1980 en "El Fantasma del Premio Nobel" publicado en el diario El País.