Jairo Clopatofsky quiere robarse el espíritu de Nelson Mandela. Lleva 16 meses intentándolo. El mismo tiempo que tiene como director de Coldeportes. Cuando inició su trabajo allí, el presidente Juan Manuel Santos le recomendó que leyera todo lo relacionado con Mandela y Sudáfrica para implementarlo en el país. Clopatofsky lo hizo con la misma disciplina que se ejercita a diario. Leyó en dos ocasiones el libro ‘El factor humano’ y vio cinco veces la película ‘Invictus’. Ahora Jairo está convencido de apoderarse de Mandela.
En pocos meses, Clopatofsky logró transmitir su pasión a Coldeportes. Por primera vez en la historia, esta institución triplicó su presupuesto y se convirtió en departamento administrativo, es decir, que está casi a nivel de cualquier ministerio. Fueron destinados 30 mil millones de pesos para las 59 federaciones que participarán en los Olímpicos de Londres, donde se tiene la meta de obtener 5 medallas olímpicas. También se rompió el record en los juegos Panamericanos de Guadalajara, se esperaban 18 medallas, pero se lograron 84 en general, 14 de estas en oro. Hoy en la institución donde se trabaja para movilizar y unir a un pueblo a través del deporte está prohibido, por orden suya, usar el ascensor.
Jairo Clopatofsky llegó a Coldeportes por petición del presidente Juan Manuel Santos en 2010.
Los triunfos ajenos es lo único que hace llorar a Jairo. El día en que el ciclista antioqueño Marlon Pérez ganó la medalla de oro en la prueba contrarreloj que se disputaba en los juegos Panamericanos de Guadalajara, México, los ojos de Jairo Clopatofsky se inundaron de lágrimas. El deportista había pedaleado 40 kilómetros durante 49 minutos. Clopatofsky lo esperaba ansioso para abrazarlo, tomarse una foto con él y felicitarlo por el dorado que ahora colgaba en su pecho. Aunque Clopatofsky lleva la mayor parte de su vida en una silla de ruedas, sabe lo que es competir y ejercitarse. El día que no lo hace comienza a sentirse gordo.
La rutina de Jairo comienza a las 4.00 a.m., luego de cinco horas de sueño y un vaso de agua que siempre bebe antes de acostarse. A esa misma hora ve la repetición de su programa fravorito, ‘También Caerás’. Confiesa que ver las bromas es lo que más lo hace reír en la vida. Clopatofsky comienza su jordana en el gimnasio de su edificio, hace 40 minutos de bicicleta estática, abdominales y levantamiento de pesas. Quienes lo conocen aseguran que sus brazos son la parte del cuerpo que tiene más definida por sus músculos. Luego de desayunar con Mario, su hijo, y su esposa Rosario, llega a Coldeportes casi a las 8.00 a.m.
Clopatofsky es amante del deporte. Durante el año participó en varios torneos de tenis y en una competencia de automovilismo.
Jairo no para de hablar. Está sentado en una pequeña sala de juntas con algunas personas. Lleva puesto un traje de paño gris, una corbata verde y en su mano derecha lleva un reloj de marca Armani. Sobre la mesa hay un par de papeles que luego le servirán para dibujar su historia y unas gafas de marca Oakley que compró en los Panamericanos de México.
Luego de esperar por un algo más de una hora nos hace seguir. Con ayuda de sus brazos se acomoda una de sus piernas. El hombre que tiene escondido su cuerpo de 74 kilos de peso y 1.72 centímetros de estatura en una silla de ruedas hace 29 años comienza a contar su historia con entusiasmo. Primero habla de Coldeportes y luego momento en qué perdió la movilidad.
Dice que antes del accidente automovilístico que le corrió dos vértebras de su columna vertebral y lo dejó sin movilidad en sus piernas, ya era deportista. A los 9 años comenzó a practicar vela en las aguas que rodean Cartagena, ciudad donde nació hace 50 años. Con el paso del tiempo se convirtió en un devoto del tenis y el squash. Aunque su deportista favorito es ‘Kid Pambelé’. También practica buceo y recientemente monta Karts. Ya no recuerda el número de competencias en las que ha participado, pero sí que el año pasado fue campeón de tenis a nivel nacional de dobles en silla de ruedas y que en la actualidad ocupa el octavo puesto en la competencia de Karts. Asegura no tener ninguna frustración deportiva.
Jairo Clopatofsky felicitando al ciclista antioqueño Marlon Pérez en los Panamericanos de México.
El ejercicio obligado de Jairo es durante una hora, unas botas y un caminador con los que camina a diario para estimular sus piernas, músculos y huesos. Jairo cuenta detalles de su accidente como si se tratara de un asunto simple. Lo resume diciendo que a los 21 años de edad se accidentó en uno de esos paseos de juventud. Duró en una especie de luto por la pérdida de la movilidad de sus piernas durante dos meses. Tiempo suficiente para trabajar en el acondicionamiento de su carro, hacer tres horas diarias en un gimnasio, regresar a la universidad y tener novia. Con algo de humor confiesa que se estrelló en dos ocasiones más porque no sabía frenar con el nuevo mecanismo.
En 2005, Jairo se sometió a un trasplante en la médula espinal de células madre extraídas de la mucosa olfatoria. A continuación Clopatofsky toma una hoja y un esfero, dibuja las vértebras y cuenta detalles de la cirugía de ocho horas que fue noticia en los medios de comunicación. Dice con propiedad que le sacaron unas “celulitas” para implantárselas en las vertebras luego de que estas fueran fracturadas con una especie alicate. La cirugía le dejó en su espalda tiene una cicatriz de 15 centímetros, un video y un 5 por ciento más de sensibilidad. Jairo finaliza la historia diciendo que fue un ratón de laboratorio.
De repente ve que el fotógrafo comienza a retratarlo, le pregunta qué cámara tiene y le cuenta que hace poco compró una marca Canon. Minutos después se pone las gafas y posa para la cámara mientras que confiesa que es fanático de los artículos deportivos y que nunca le falta un protector solar. Clopatofsky suele comprar los últimos diseños en ropa deportiva y gafas. Para practicar buceo tiene un pequeño submarino que le ayuda a movilizarse bajo el agua.
El director de Coldeportes asegura que su deportista preferido es el boxeador ‘Kid Pambelé’.
En su casa de Chía donde construyó una chancha de tenis –lugar en el que organiza pequeños torneos con sus amigos más cercanos– tiene un robot lanza bolas y dos mesas de ping pong. Allí también hace karaokes y baila una de sus canciones favoritas, ‘El polvorete’. Otra de sus obsesiones son los gadgets de tecnología, tiene el último Black Berry y Iphone.
Este administrador de empresas con maestrías en Harvard y otra en la Universidad Javeriana dudó cuando el presidente Santos lo invitó a que dirigiera Coldeportes. Pero finalmente aceptó la propuesta, una semana antes de viajar a España, donde tenía planeado estudiar. Clopatofsky cuenta que su relación con el presidente ha sido abierta y le ha colaborado en sus decisiones. Mientras que Santos está convencido de la inversión en el deporte, Jairo poco a poco se apodera del rol de Mandela. Clopatofsky recita con frecuencia la última frase del poema que hizo famoso el político africano: "Soy el dueño de mi destino, soy el capitán de mi alma".