Pereira vivió la edición número 40 de la Exposición Nacional Equina, Fedequinas, un evento que reunió a más de 650 ejemplares de los mejores criaderos de todo el país, procedentes de 19 departamentos de Colombia y también de otros lugares del mundo.
KienyKe.com conversó con Héctor José Vergara, presidente de Fedequinas sobre el impacto de la industria equina en las economías populares y la importancia de seguir impulsando y promoviendo al caballo criollo de paso fino colombiano, una raza única en el mundo, que se ha convertido en un emblema nacional.
Lo que distingue al caballo de paso fino colombiano es su andar característico, conocido como "paso fino". Este movimiento se caracteriza por ser suave, armonioso y cadencioso, con un ritmo de cuatro tiempos que le da al jinete una experiencia de conducción incomparable.
“Nuestra genética es conocida también porque gracias al Congreso en el 2017 se decretó que el paso fino colombiano fuera patrimonio genético nacional. Desde la Federación radicamos a través de representantes de diferentes partidos un proyecto de ley para reconocer también las razas de los diagonales, dada el número de exportaciones”, explicó Vergara quien comenzó su camino al frente de la Federación hace algunos años asumiendo varios retos logísticos y tecnológicos que ha sabido sacar adelante.
“Yo venía del sector agropecuario, no estaba muy ligado al equino y cuando tuve la oportunidad gracias a un proceso de preselección encontré un gremio muy interesante con muchísimos retos que fueron lo que más me motivó, lo retos de formación, retos tecnológicos, de mercado, de investigación de una industria que se desconoce y que está activa durante los 12 meses del año, generando más de 480 mil empleos directos e indirectos a familias que dependen de su sustento mínimo vital”, dijo.
El reto de seguir engrandeciendo el caballo criollo de paso fino colombiano
Cabe destacar que este evento hace parte del calendario de exposiciones de esa federación que en promedio realiza cerca de 150 eventos equinos de enero a diciembre en todo el país, trabajando con las comunidades y aportando a la construcción de país:
“Nosotros calculamos que partiendo de estas exposiciones y de esos 87 mil propietarios que generan cada uno de estos empleos directos o indirectos se mueven alrededor de 6 billones de pesos anuales, en un año con condiciones normales donde se puedan desarrollar las ferias, pero lo más importante aquí es resaltar que se impactan economías populares.
De esos 87 mil propietarios el 85% tienen entre uno y cinco caballos, lo que se podría considerar un pequeño criador de caballo, lo que quiere decir que nuestro gremio está lleno de pequeños productores, de gente pujante, trabajadora y luchadora que tiene una afición infinita por esto en lo que invierte sus recursos para poder disfrutar de esa pasión”.
Es así como Héctor José Vergara, presidente de Fedequinas dice con orgullo como representa a un gremio que está construyendo para mejorar la calidad de vida de muchos colombianos que trabajan en esta industria popular:
“El caballo es realmente el caballo del pueblo, es el sentimiento cultural que ha acompañado la evolución de este país, de cada una de las regiones de Colombia en donde gracias a esa afición el gremio ha crecido y se ha fortalecido… El caballo es muy popular en este país y por eso queremos seguir aplicando políticas que nos permitan seguir engrandeciendo el caballo criollo de paso fino colombiano”.
De Colombia para el mundo: caballos únicos
Es así como Colombia deja de ser un país reconocido solo por productos como el café, las flores, o el cacao; a ser un referente en el mundo para encontrar los mejores ejemplares del caballo de paso fino colombiano que no solo es una raza equina excepcional, sino también un símbolo de la cultura colombiana. Su presencia en ferias y eventos nacionales es un motivo de orgullo para el país, y su belleza y elegancia han cautivado a personas de todo el mundo.
En la actualidad, existen asociaciones de criadores de caballos de paso fino colombiano en todo el país que trabajan para preservar la pureza de la raza y promover su desarrollo. Gracias a estos esfuerzos, el caballo de paso fino colombiano continúa siendo un símbolo de la riqueza cultural y natural de Colombia.