Como Coach de Vida, Logoterapeuta y gestor de emociones, he practicado desde hace muchos años las técnicas de relajación y meditación que me ayudan a mantener mi mente atenta, lúcida y receptiva, con el fin de estar presente al escuchar las consultas de mis asesorados sobre muchos de sus conflictos y bloqueos personales. Además, los analizamos juntos para desarrollar estrategias y soluciones eficaces, buscando a través de la inteligencia emocional y el sentido común, nuevas opciones que resinifiquen y mejoren su proyecto de vida.
Con el tiempo me he dado cuenta que para tener éxito en la intervención de coaching, debemos concientizarnos de que es nuestra actitud mental ante la vida, aquella que nos puede enfermar y también sanar.
Recordemos que el cerebro humano es un verdadero universo conectado con diferentes niveles de energía, las cuales activan la sinapsis de más de cien mil millones de neuronas, permitiéndonos desarrollar el aprendizaje, la memoria, el habla y la interpretación de la realidad interior y exterior, al igual que realizar múltiples funciones. Es sorprendente que el desarrollo de toda esta fuerza mental dependa muchas veces de nuestras decisiones y hábitos.
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Somos energía en constante interacción. Por medio de la física cuántica se ha demostrado que incluso estamos formados de vibraciones y ondas que, de manera codificada, permiten organizar nuestras ideas y generar estrategias de sobrevivencia ante entornos naturales, muchas veces agresivos.
[caption id="attachment_1245534" align="aligncenter" width="429"] PET Cerebral
Cortesía Dr. Alejandro Martí, médico nuclear.[/caption] En resumen, el órgano más misterioso del ser humano es el cerebro. Precisamente lo que más me sorprende, es que, así como existe una huella digital propia, ningún cerebro puede pensar, racionalizar, elaborar o reaccionar emocionalmente de la misma manera que otro. Lo mismo sucede con el alma que en cada persona es única, irrepetible y maravillosamente libre y creativa, pues esta energía tiene un plan propio que nos impulsa al mejoramiento continuo más allá del pesimismo, el autosabotaje y el extraño gusto por los pensamientos negativos que a veces nos poseen y causan diversas enfermedades de origen psicosomático. El sistema inmunológico se ve afectado por estados emocionales relacionados con la liberación de endorfinas y hormonas, que al ser secretadas en situaciones de angustia, ira, miedo, resentimiento y confusión desequilibran el organismo, pues el pensamiento transforma el cuerpo. Sin embargo, tenemos la posibilidad de cambiar nuestro cerebro a través de un entrenamiento consciente para mejorar la salud integral. Conversando, escuchando y enseñando a gestionar las emociones desbordadas con la aplicación de técnicas de meditación y reflexión logoterapeúticas, he podido observar el efecto curativo de muchas de las enfermedades crónicas, bloqueos y trastornos nerviosos padecidos por algunos de mis consultantes. Gracias a su compromiso e interés por superar los problemas, en pocas sesiones han aprendido a controlar su presión arterial, la ansiedad de la cotidianidad, el insoportable insomnio, algunos tipos de depresión, adicciones y dependencias afectivas con el propósito de reforzar su autoestima, tranquilidad y fortaleza interior, para cuidar de sí mismos cambiando actitudes y comportamientos que afectan de forma adversa su calidad de vida. Algunas investigaciones científicas realizadas en el Centro de Reducción del Estrés de la Universidad de Massachusetts comprobaron que la meditación reduce el dolor crónico en un 50% de media, pues las ondas cerebrales se sincronizan de forma más armónica. [caption id="attachment_1245536" align="aligncenter" width="440"] PET Cerebral
Cortesía Dr. Alejandro Martí, médico nuclear.[/caption] Este estudio realizado a través de escáneres cerebrales, resonancia magnética funcional (IRMF) y tomografías por emisión de positrones demostraron que: “durante la meditación, se producen cambios regionales en el flujo sanguíneo y el metabolismo de varias partes del cerebro, algunas se vuelven más activas desde el punto de vista metabólico, como la corteza prefrontal izquierda (región asociada a la felicidad y a los pensamientos positivos) y el sistema límbico (la parte del cerebro que genera respuesta emocionales, ubicado en la sub corteza cerebral)”. Así lo asegura el Dr. Gabriel S. Wese graduado en medicina de Stanford University, especialista en medicina interna, experto en meditación y autor del libro “Meditaciones terapéuticas” (RBA Integral).
Cortesía Dr. Alejandro Martí, médico nuclear.[/caption] En resumen, el órgano más misterioso del ser humano es el cerebro. Precisamente lo que más me sorprende, es que, así como existe una huella digital propia, ningún cerebro puede pensar, racionalizar, elaborar o reaccionar emocionalmente de la misma manera que otro. Lo mismo sucede con el alma que en cada persona es única, irrepetible y maravillosamente libre y creativa, pues esta energía tiene un plan propio que nos impulsa al mejoramiento continuo más allá del pesimismo, el autosabotaje y el extraño gusto por los pensamientos negativos que a veces nos poseen y causan diversas enfermedades de origen psicosomático. El sistema inmunológico se ve afectado por estados emocionales relacionados con la liberación de endorfinas y hormonas, que al ser secretadas en situaciones de angustia, ira, miedo, resentimiento y confusión desequilibran el organismo, pues el pensamiento transforma el cuerpo. Sin embargo, tenemos la posibilidad de cambiar nuestro cerebro a través de un entrenamiento consciente para mejorar la salud integral. Conversando, escuchando y enseñando a gestionar las emociones desbordadas con la aplicación de técnicas de meditación y reflexión logoterapeúticas, he podido observar el efecto curativo de muchas de las enfermedades crónicas, bloqueos y trastornos nerviosos padecidos por algunos de mis consultantes. Gracias a su compromiso e interés por superar los problemas, en pocas sesiones han aprendido a controlar su presión arterial, la ansiedad de la cotidianidad, el insoportable insomnio, algunos tipos de depresión, adicciones y dependencias afectivas con el propósito de reforzar su autoestima, tranquilidad y fortaleza interior, para cuidar de sí mismos cambiando actitudes y comportamientos que afectan de forma adversa su calidad de vida. Algunas investigaciones científicas realizadas en el Centro de Reducción del Estrés de la Universidad de Massachusetts comprobaron que la meditación reduce el dolor crónico en un 50% de media, pues las ondas cerebrales se sincronizan de forma más armónica. [caption id="attachment_1245536" align="aligncenter" width="440"] PET Cerebral
Cortesía Dr. Alejandro Martí, médico nuclear.[/caption] Este estudio realizado a través de escáneres cerebrales, resonancia magnética funcional (IRMF) y tomografías por emisión de positrones demostraron que: “durante la meditación, se producen cambios regionales en el flujo sanguíneo y el metabolismo de varias partes del cerebro, algunas se vuelven más activas desde el punto de vista metabólico, como la corteza prefrontal izquierda (región asociada a la felicidad y a los pensamientos positivos) y el sistema límbico (la parte del cerebro que genera respuesta emocionales, ubicado en la sub corteza cerebral)”. Así lo asegura el Dr. Gabriel S. Wese graduado en medicina de Stanford University, especialista en medicina interna, experto en meditación y autor del libro “Meditaciones terapéuticas” (RBA Integral).