Polémico proyecto que amenazaría reserva natural en Cundinamarca

Mar, 01/11/2022 - 12:04
Los habitantes del municipio de Tabio y el Grupo de Energía de Bogotá llevan una gran disputa sobre la seguridad energética de la zona y la protección del medio ambiente.

Los estudios científicos que se han llevado a cabo en los últimos años han demostrado, de manera casi irrefutable, que del cuidado de los ecosistemas y el medioambiente depende el futuro de la humanidad. El cambio climático y demás problemáticas que surgen de la explotación desmedida de los recursos naturales han cobrado factura en nuestro diario vivir y han causado graves catástrofes. 

Sin embargo, la energía eléctrica es un recurso indispensable no solo en los hogares de los ciudadanos, sino que también da abasto a hospitales, escuelas, establecimientos comerciales y demás lugares que son el núcleo social y económico de la civilización. 

Adicionalmente, la demanda energética es cada vez mayor en las ciudades y municipios de Colombia, puesto que los territorios se han expandido exponencialmente. Para suplir la cobertura que se requiere, es necesaria la construcción de torres de energía de alta tensión en diferentes zonas y, en algunos casos, estas torres deben estar ubicadas en reservas naturales y lugares nunca antes habitados. 

Esto es exactamente lo que está sucediendo en el municipio de Tabio, Cundinamarca, donde los habitantes y varios activistas ambientalistas han luchado porque no se construyan las torres de energía en la reserva natural del sector, donde corre una quebrada completamente virgen y habitan miles de especies muy importantes para los ecosistemas andinos. 

Esta disputa se ha llevado por más de ocho años entre los ciudadanos que desean proteger la reserva y el Grupo de Energía de Bogotá (GEB), junto con la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) y el Ministerio de Medioambiente.

Todo este asunto gira entorno al proyecto UPME 03- 2010 Subestación Chivor II y Norte 230 KV, mediante el cual se ha venido realizando el plan de construcción de 292 torres de energía eléctrica que estarán ubicadas en los municipios cundinamarqueses de Chocontá, Cogua, Gachancipá, Machetá, Madrid, Nemocón, Sesquilé, Subachoque, Suesca, Tabio, Tenjo, Tibirita y Zipaquirá; y en jurisdicción de Boyacá, concretamente en los municipios de Garagoa, Guateque, Macanal, San Luis de Gaceno, Santa María, Sutatenza y Tenza. 

Trece de estas torres son el gran motivo de polémica, puesto que estarán ubicadas en varios puntos del municipio de Tabio y atravesarán una reserva natural donde se encuentra el nacimiento de agua de la quebrada Oya Montosa y donde habitan especies como el tigrillo, el cusumbo, el frailejón, entre otras. 

La mayor preocupación de la población es que con las obras que requiere este proyecto se generen daños irreparables en el ecosistema, entre ellos la migración forzada y/o extinción de las especies que allí se encuentran; la tala masiva de árboles o la afectación en la red hídrica de la zona. 

Según contó la activista Birna Ávila en una entrevista con KienyKe.com, la construcción de las torres podría generar un desvío de la quebrada, ya que el agua siempre va a buscar seguir su curso. Estas afectaciones podrían causar inundaciones y fuertes precipitaciones que impactarían negativamente en las zonas urbanas de Tabio. 

Por otra parte, tal como explicó Ávila, la energía que producen estas torres generaría fuertes descargas de radiación que podrían causar graves daños tanto en la salud de los habitantes como en las diferentes especies de flora y fauna que allí habitan.  

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Suministrada

Debido a la gran preocupación por los recursos naturales y la preservación de la reserva, las comunidades ambientalistas se han negado a la elaboración del proyecto, puesto que aseguran que no se han llevado las respectivas investigaciones ni se han tenido los controles ambientales necesarios para la protección del medioambiente. 

En vista de que no se les ha dado una respuesta satisfactoria, los habitantes de Tabio y las organizaciones ambientalistas han realizado varias protestas y plantones, además de comunicarse con medios de comunicación y compañías, entre ellas Change.org, para darle visibilidad a la problemática y que la reserva pueda ser protegida. 

La principal petición de la comunidad es que las torres sean construidas en otros puntos fuera de la reserva, argumentando que esto ya se ha hecho con otros proyectos y que ha funcionado perfectamente.

¿Qué dicen las organizaciones de energía? 

 

KienyKe.com se contactó también con el Grupo de Energía de Bogotá, la empresa que está liderando este proyecto, para que expusiera las importancia de implementar estas construcciones y por qué no tendrían afectaciones directas en el medioambiente. 

En primer lugar, la compañía señaló que las licencias de construcción cumplen con las especificaciones requeridas por el Gobierno Nacional y que no existe ni un solo proyecto del GEB que no cuente con los permisos requeridos. 

 

Según dicen, para verificar que el terreno sea apto para la edificación de las torres se han llevado a cabo rigurosas investigaciones para averiguar cómo conviven las especies de este ecosistema. En este análisis se implementaron cámaras trampa que confirmaron la presencia de tigrillos en la zona y, además, se realizaron cultivos en viveros que revelaron en qué condiciones pueden sobrevivir las plantas que allí se encuentran. 

Por otra parte, el GEB argumentó que el levantamiento de estas columnas requiere de una excavación igual o menor a cuatro metros, lo que solo afectaría una porción mínima de espacio total de toda la reserva y no irrumpiría con el curso de cuerpos hídricos. 

Debido a las exigencias de la comunidad, se han planteado seis rutas diferentes por las que podrían pasar las torres de energía. Este estudio se realizó con base en la red hídrica del municipio, las zonas urbanas donde más habitan personas, las condiciones topográficas, entre otros factores. 

El análisis demostró que el espacio donde se construiría la torre 81 es la opción que menos perjudica a la población y al ecosistema, representando todas las condiciones ambientales que exige el Gobierno por ley. 

Adicionalmente, los estudios revelaron que las emisiones de radiación de estas columnas no afectarían las especies de flora y fauna del municipio ni causarían daños en la salud de los ciudadanos. Según indicó Lina Coy, líder del proyecto, los niveles de radiación estarían incluso por debajo del nivel mínimo requerido por el Ministerio de Medioambiente, lo que representa incluso una cantidad menor a la que genera un secador de cabello.

De no llevarse a cabo la construcción de las torres, se podría generar un grave desabastecimiento en los municipios aledaños a Bogotá y otros departamentos muy importantes como Boyacá, Meta, Tolima y Cundinamarca. Es necesario que se lleve a cabo el proyecto para proteger la seguridad energética de esta parte del país y, tal como explica la empresa, se realizará bajo las reglamentaciones que se exigen por ley. 

 

Creado Por
María Fernanda Cuéllar
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