¿Por qué es tan provocadora Flavia Dos Santos?

Jue, 14/08/2014 - 14:25
A Flavia Dos Santos, la sexóloga más famosa de la televisión colombiana, le divierte intimidar y provocar a los hombres. Se considera sexy y un buen ‘polvo’. Ríe a carcajadas y no tiene pudor.
A Flavia Dos Santos, la sexóloga más famosa de la televisión colombiana, le divierte intimidar y provocar a los hombres. Se considera sexy y un buen ‘polvo’. Ríe a carcajadas y no tiene pudor. Dice las típicas groserías colombianas con un español que aún no domina a la perfección. Pero habla portugués, italiano, inglés y se defiende con el francés. Por un golpe de suerte estudió sexología y por casualidad llegó a los medios de comunicación. Aunque tiene éxito y reconocimiento como profesional, en realidad, le habría gustado ser una vedette para cantar, bailar y actuar sobre un escenario. –Mis amigas me dicen que canto y bailo mal. Pero yo no les creo –asegura. Flavia no tiene problemas de autoestima. Solo la avergüenzan un poco los dedos “gorditos” de sus pies. Las partes favoritas de su cuerpo son los hombros y la espalda, donde pronto se hará su tercer tatuaje. Sobre su sensualidad –evidente a la vista– dice que es algo que va de adentro hacia afuera. “Si yo me lo creo, el mundo va a creerlo”. Argumenta que es un buen ‘polvo’ porque eso no se trata de una receta mágica: “Es gustar del sexo y saber entregarse en el momento. Entonces sí me considero”. Acaba de llegar de vacaciones de Grecia y tiene la piel bronceada. Lleva puesto un vestido corto de color amarillo limón que resalta las pecas de su pecho. Tiene la cintura pequeña y la cadera proporcional a su cuerpo delgado. No lleva medias veladas y tiene zapatos de tacón de animal print. Sus piernas son torneadas y fuertes. En su pie derecho tiene un tatuaje con la palabra amor que esconde un ave fénix y en la nuca tres estrellas. Flavia se acomoda, toma café y comienza a hablar sin tapujos de su vida. Flavia Dos Santos Flavia cuando tenía 16 años en Río de Janeiro y en la playa de Copacabana durante en Mundial. Confiesa que su formación en sexología le ha aportado mucho a su vida personal. Por ejemplo, para ella lo más valioso es el autoconocimiento y facilidad del manejo corporal. “Como sexóloga fui perdiendo la dificultad con el cuerpo. No me asusta un toque en el brazo ni la proximidad”. Aunque no le da miedo mostrar su cuerpo y en ocasiones sus hijos le reprochan su exhibicionismo casero, Flavia rechazó una propuesta de posar para la revista 'Soho'. En una ocasión Daniel Samper, director de la publicación dedicada a los hombres, la llamó para conversar. Flavia se emocionó porque creía que Samper le iba a pedir una columna de sexo. Sin embargo, la propuesta era para que posara desnuda sin un peso a cambio. Cuando se enteró de que no le iban a pagar rechazó la oferta. “Que me paguen, que no sea gratis. Ellos ganando plata con este cuerpito. Le dije que muchas gracias. Además, quién va a pagar la terapia de los muchachos después. Van a ganar plata con mi cuerpito, no mi amor”, dice mientras se pone las manos en la cintura. Para el Mundial de fútbol, Flavia hizo una promesa atrevida que le costó angustias y matoneo en las redes sociales. Frente a las cámaras de KienyKe.com dijo: “Tengo sangre brasilera y corazón colombiano. Pero la sangre es más fuerte y por supuesto que ‘hincharé’ a Brasil. Hago la apuesta más grande: Si Colombia elimina a Brasil, desfilo ‘empelota’ en la Plaza de Bolívar. Estoy segura de que eso no va a pasar”. (Vea aquí el video) Flavia Dos SantosEsta pintura se la hizo un artista italiano luego de tomarle más de 200 fotografías.  Flavia confiesa que estaba segura de que Colombia y Brasil no se iban a encontrar en el Mundial. Pero con el paso de los partidos y cuando se confirmó que los equipos jugarían, sus colegas comenzaron a recordarle la promesa. Sus fanáticos hicieron lo mismo en las redes sociales y en la playa de Copacabana le gritaban: ¡Que se empelote! “Sufrí mucho durante ese partido. Pero ya tenía pensado en hacer un montaje en una calle de Río de Janeiro que se llama Bolívar. Me matoneaban por radio y televisión. Cuando terminó ese partido descansé. Aprendí a no ser tan 'chicanera'”. Según Flavia, la palabra que mejor la define es: provocar. “Yo era mal hablada de niña porque me gustaba impactar a las personas. En la adolescencia hacía cosas transgresoras porque me gustaba llamar la atención. Provocar me divierte”. Pero estos comportamientos no le trajeron nada bueno. Cuando era pequeña su mamá la castigaba por la cantidad de groserías que era capaz de decir en cinco minutos. La rebeldía marcó su adolescencia. Fue pésima estudiante y decía todo tipo de mentiras para seguir el ritmo a Río de Janeiro (Brasil), ciudad donde nació y creció. Mentía para poder ir a las fiestas y no faltar ningún fin de semana a la playa. “No fui fácil. Hoy pago con mi hijos lo que hice”. Flavia Dos SantosJunto a Cicciolina  su 'hija' preferida.   Se enamoró muchas veces, tuvo varios novios y sufrió por amor. Fue hija única hasta los 20 años, luego sus papás se separaron y cada uno tuvo otro hijo. Hoy tiene dos hermanos menores que parecen sus hijos. A su mamá la define como intensa y a su papá como loco. “Mi mamá es intensa. Me regañaba porque no comía en Brasil durante el Mundial. Me quería enchutar comida en la boca y eso me estaba estresando. Mi papá es un poco loco. Es médico con un doctorado en filosofía. La vida de él es estudiar. De vez en cuando sale con unas situaciones… En el Mundial me decía: 'No hay que mostrar esas bobadas, hay un tipo que acaba de escribir una tesis sobre Platón’”. Flavia dejó a un lado la indisciplina cuando comenzó a estudiar psicología en la Universidad de Río. Era más independiente y tenía más responsabilidades como trabajar y conducir. Viajó a Londres a continuar con la carrera y allí conoció a su esposo, Julio César Dos Santos, un diplomático brasileño. Todo fue fugaz. Una buena conversación la enamoró, se fue a vivir con él y a los pocos meses se casaron. Llevan más de 20 años juntos y tiene dos hijos, Leticia (15 años) y Guillermo (17 años), quienes están aburridos de sus charlas sobre sexo. Pero la hija consentida de la casa es una perra de raza galgo italiana que se llama 'Cicciolina', como la famosa actriz de porno. Flavia Dos Santos Flavia se graduó en la Universidad de Brasilia y se fue a vivir a Roma por el trabajo de su esposo. Allí aprovechó para estudiar sexología en el Instituto Sessuologia Clinica Di Roma. Ella siempre quiso hacer terapia familiar pero la formación académica duraba seis años y el tiempo máximo de un diplomático en un país son cinco años. Un profesor le aconsejó que se decidiera por la sexología porque eran solo cuatro años de estudio. Tiempo después hizo un análisis de su familia y entendió que siempre tuvo fascinación por el tema de la seducción. En su libro '¿Qué hago con el sexo?' Cuenta que sus dos abuelas fueron muy femeninas y seductoras. “Lo que tenía mi mamá de ‘morronga’ lo tenían mis abuelas de lanzadas para su época. Mi abuela materna fue una de las primeras mujeres brasileras en usar un vestido de baño de dos piezas”. El principal secreto de vanidad de Flavia es el tratamiento de keratina para su pelo. “¡Viva la Keratina!”, grita y levanta sus brazos. Cada seis meses viaja a Brasil para que su peluquero de confianza desparezca sus crespos. Para mantener su cuerpo trota dos veces a la semana –de esta manera también tiene bajo control su ansiedad–, se ejercita con su entrenador personal otros dos días y todo lo complementa con una rutina de Yoga. Confiesa que sufre de una clase de lupus que le quita el hierro y por esto debe tener hábitos alimenticios saludables. Descubrió que tenía esta enfermedad después de una crisis de artritis crónica. “Es importante aprender a convivir con ella. Es una enfermedad de mierda pero creo que tengo un buen médico y un estilo de vida saludable. Hago deporte y no fumo”. Flavia debe tomar medicamentos, evitar el sol –aunque le encanta broncearse– y no estresarse. Flavia Dos SantosFlavia a los 17 años junto a su novio de ese entonces.  Una vez a la semana come hígado y en sus comidas siempre está la espinaca. Pero los chocolates le hacen perder el control. Es capaz de quitar una comida solo para comerlos. Otras de sus debilidades son el vino, el vodka y los martinis. Flavia llegó a Colombia hace ocho años cuando designaron a su esposo como embajador. Al final de su periodo diplomático la familia Dos Santos decidió quedarse en el país. En dos meses consiguieron casa y él recibió una oferta para dictar clases en la Universidad del Rosario. Ella comenzó a participar en congresos médicos y su llegada a la televisión fue otra casualidad. Por esos días se destapó el escándalo sexual del gobernador de Nueva York Eliot Spitzer. Flavia fue recomendada por un amigo médico a Noticias Caracol para que hablara del tema. Fue al canal y Hernán Orjuela, quien era director de Día a día para esa época, la escuchó hablar. La invitó al programa cuatro veces consecutivas y luego le pidió que se quedara. Flavia lleva seis años en la televisión y dos en Blu Radio en el programa Agenda en tacones. “¡Hablando de sexo todos los días! ¿No sé cómo aguanto?”, ríe a carcajadas.
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