La Corte Constitucional ordenó a la Dirección de Reclutamiento y Control de Reservas del Ejército y al Distrito Militar 34 de Barrancabermeja retirar del servicio militar obligatorio a Jhonatan David Becerra, de 19 años, quien desde el momento en el que fue reclutado se declaró objetor de conciencia, alegando razones religiosas.
Vargas Becerra, quien permaneció 13 días privado de la libertad en las instalaciones del Batallón Nueva Granada de Barrancabermeja por el presunto delito de deserción, recuperó su libertad por orden del alto tribunal.
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La decisión, explicó la corte, se debió al respeto por los derechos fundamentales a la libertad de conciencia y a la libertad de cultos y de religión, teniendo en cuenta que desde que fue reclutado el joven afirmó que su formación religiosa rechazaba a portar un arma y recibir adiestramiento para el manejo de la misma.
El fallo, además, ordena al Ejército expedir la libreta militar al joven lo más pronto posible y sin impedimento alguno.
Lo reclutaron
El historia de Jhonatan David Vargas Becerra se remonta el 16 de marzo de 2013, cuando el joven, quien para la fecha cursaba estudios de Ingeniería Mecánica en la Universidad Industrial de Santander, sede Barrancabermeja, se presentó en las instalaciones del Batallón 34 con el propósito de definir su situación militar. No creyó que fuera a ser reclutado, pues según la ley, el hecho de cursar estudios implica tener aplazamiento.
Sin embargo, Vargas fue reclutado y ese mismo día trasladado hasta el Batallón 28 Bochica de Puerto Carreño, en Vichada.
“Desde que llegó a ese batallón, mi hijo manifestó que por razones de conciencia y de formación religiosa no portaría armas ni aprendería a utilizarlas”, dijo María Becerra, mamá del joven a Vanguardia Liberal.
Vargas recibió un llamado de atención de sus superiores militares, quienes a su vez lo amenazaron con abrirle procesos penales por insubordinación y desobediencia.
No quiso volver
Ante el reclutamiento, la familia del joven inició una batalla judicial para hacer prevalecer su derecho como objetor de conciencia. Luego de entablar una tutela, se firmó un acto, en presencia del defensor del Defensor del Pueblo de Vichada en el que que se decidió que Vargas Becerra no asistiría al acto de juramento de bandera. Ese mismo día salió de permiso, debiendo regresar el 30 de junio.
“Él salió de permiso el 16 de junio de 2013 y llegó a Barrancabermeja donde estaba la familia. Ahí fue cuando decidimos que no regresara, por lo que volvió a retomar sus estudios, pero igual seguimos en el proceso penal”, explicó la mamá del Jhonatan.
La captura
El pasado 30 de abril un juzgado de instrucción militar expidió una orden de captura por el delito de deserción. A su vez los familiares de Vargas interpusieron una acción de tutela en el Consejo Superior de la Judicatura, que en principio la negó, pero fue revisada por la Corte Constitucional que reconoció la vulneración a los derechos fundamentales del estudiante universitario.
“El 4 de septiembre de este año, la Policía estaba haciendo un puesto de control. Mi hijo salía de la universidad y le pidieron la cédula. Cómo le figuraba la orden de captura por deserción pues lo arrestaron y se lo llevaron para el Batallón Nueva Granada”, relató la mamá del joven.
Trece días después de su captura, la Corte Constitucional se pronunció y ordenó desincorporar a Vargas Becerra del Ejército, haciendo valer su derecho de objeción de conciencia.
“Finalmente se dieron cuenta y reconocieron los derechos constituciones por la libertad de cultos. Somos cristianos y asistimos a la Iglesia Cristiana Cuadrangular Central de Barrancabermeja, de allí las convicciones de mi hijo que le impiden usar armas. Ahora estamos a la espera de que le entreguen la libreta militar porque así lo ordenó la Corte en su fallo”, añadió la mamá de Jhonatan David al diario local.
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