En medio de por lo menos 50 reclusas atentas a la presentación de sus ocho compañeras que participaron en un sketch teatral que buscaba mostrar cómo a pesar del hacinamiento y los problemas de la cárcel ellas sacan valentía para seguir adelante, sobresalía el rostro inconforme de Mireya, una de las internas que fue seleccionada entre las más de 2.000 mujeres que hay en el centro penitenciario, para la asistir a la entrega del teatro restaurado y el centro holístico a la cárcel. Mireya fue una de las pocas que lograría tener contacto con los medios de comunicación. Ella lleva dos años detenida en la Cárcel El Buen Pastor de Bogotá, y cumple una condena de cinco años y cuatro meses por tráfico de estupefacientes. Dice que está ahí por bruta, que se relacionó con las personas que no debía y que en una oportunidad la Policía la encontró con una cantidad considerable de droga en su poder. El evento artístico que acompañó la entrega fue una iniciativa de las fundaciones Acción Interna dirigida por Johana Bahamón y Mujeres Éxito, que buscan generar mayor inclusión social en la población privada de la libertad. El lugar fue restaurado durante un año y ahora le servirá a las reclusas a tener un lugar digno para su expresión cultural. La entrega fue un éxito. Al ritmo de la canción 'bonita' del artista Cabas, que por cierto, mencionó que fue una canción hecha para Johana, su ex, las presas tuvieron un día distinto a los demás. [caption id="attachment_997782" align="alignnone" width="1500"] Foto: Jose Vargas Esguerra / Kienyke.com[/caption] Sin embargo, la expresión de Mireya llamaba la atención. Ella no estuvo atenta ni al sketch ni a la presentación del artista. Como un tigre cazador que mira a su presa, estaba pendiente de los periodistas. Esperó a que finalizara el protocolo, que se cortara la cinta verde de inauguración del teatro y fue su momento. Junto a una compañera abordó a los medios. [single-related post_id="984740"] Pero no eran las únicas en ese plan, la mismísima ministra de Justicia, Gloria María Borrero, invitada especial al evento, escuchó las quejas de mujeres que pasan sus días entre rejas. La ministra le dijo luego a KienyKe.com que ellas le manifestaron cosas como que los jueces en algunas ocasiones imponían penas más fuertes a las mujeres que a los hombres, simplemente por su condición de ser mujer.  También dijeron que la educación que recibían era pésima, y que en algunas ocasiones ellas mismas tenían que fungir como maestras por falta de personal para este fin. Diana Muñoz, directora de la correccional, recibió un jalón de orejas por parte de la ministra quien ante las denuncias de las mujeres, dijo antes de marcharse "esto hay que cambiarlo".  No muy lejos estuvieron las confesiones de Mireya y su compañera. Las mujeres hablaban rápido y en voz baja. Hablaron, entre otras cosas, de la comida, los baños, falta de medicamentos, la lista de críticas fue amplia. El hacinamiento, del que hablan las noticias sobre otras cárceles, aquí no es ajeno. Según las internas en una celda que mide aproximadamente 1.50 por 2 metros conviven seis mujeres. "Una en el planchón de arriba, otra abajo, otra en el piso del hueco y las tres en el resto de piso que queda", cuentan. [caption id="attachment_997786" align="alignnone" width="1500"] Foto: Jose Vargas Esguerra / Kienyke.com[/caption] Asimismo, denunciaron que no tienen baños hace seis meses, solo les abren los inodoros a las 8:30 p.m y vuelven a cerrar a las 9:00 p.m. "Por pasillo son como 70 mujeres, así que en media hora no alcanzamos a ir todas. Hay mujeres que se enferman al aguantarse y como no todas esperan hasta las 8:30 p.m. hacen sus necesidades en baldes", dice Mireya con un gesto que implora ayuda, y dice que tener a los medios de comunicación cerca es una oportunidad para dar a conocer sus problemas. [single-related post_id="964705"] También denunciaron que las tienen ubicadas arbitrariamente, sin importar la gravedad del delito que cometieron, es decir una mujer que está allí por homicidio puede convivir con una presa psiquiátrica. Aseguran que no hay atención médica. "hay mujeres que tienen cáncer y no reciben atención". De los alimentos, aseguraron que en varias ocasiones están podridos, y que si les dan proteínas, si no están a punto de perderse, se las dan casi crudas. El tiempo para los periodistas en la cárcel acababa, mientras las dos mujeres no paraban de contar los flagelos que viven a diario.

Un maquillaje evidente 

Aunque fue un día importante para la cárcel, ya que todos los medios de comunicación entrarían al lugar, eran evidentes los problemas. Al ingresar se veían los rostros con ausencia de felicidad de las mujeres mayores con su uniforme beige y lineas naranja a los lados. Era inusual el silencio entre los pasillos en los que no se veía a ninguna interna por ellos. Lo que sí habla en la cárcel son las rejas de cada piso, en las que cuelga de todo. Cobijas, pantalones, traperos, escobas, recogedores, entre otros.     [caption id="attachment_997787" align="alignnone" width="1500"] Foto: Jose Vargas Esguerra / Kienyke.com[/caption] El show terminó, las luces se apagaron, y las dragoniantes del Inpec con voz fuerte le pedían a los periodistas salir. Fue allí cuando los gritos de las presas se escuchaban, con más fuerza. "No nos olviden", gritaban en coro, con esta y otras frases, las mujeres daban a entender con desespero que necesitan visibilización y que hay temas que requieren ser revisados con urgencia.