Una gata sin reposo

Sáb, 07/05/2011 - 05:00
Las siete vidas de 'La Gata'  por Alfredo Serrano Zabala.

La gata y el ratón

Cualquier día, como por arte de magia, en las cuentas del ex alcalde de Magangu
Las siete vidas de 'La Gata'  por Alfredo Serrano Zabala. La gata y el ratón Cualquier día, como por arte de magia, en las cuentas del ex alcalde de Magangué, Jorge Luis Alfonso López, el hijo mayor de Enilce López, alias “la Gata”, aparecieron miles de millones de pesos que los investigadores judiciales creen que fueron desviados de su destino real: la salud de los pobres. Jorge Luis Alfonso es un hombre de tez morena, ojos apagados, nariz ancha, temido por propios y extraños. Se ha hecho célebre, entre otros asuntos, por haber expresado la frase: “No me gustó ser alcalde”, y por haber presentado desde niño un comportamiento violento. No hay persona en Magangué, amigo o enemigo de Jorge Luis Alfonso, que no coincida en aceptar que el primogénito de “la Gata” es un hombre supremamente peligroso. Los pocos habitantes que aceptan hablar en secreto y en recintos cerrados del tema de “la Gata” sostienen que, aparte de Enilce López, la persona que maneja actualmente la alcaldía del municipio es Jorge Luis Alfonso. El alcalde actual, Arcesio Pérez Bello, es solo una figura decorativa, ya que todas las decisiones trascendentales que toma en su administración deben ser consultadas con Jorge Luis Alfonso. En el primer trimestre de 2006 las autoridades encontraron que durante la administración de Jorge Luis Alfonso López como alcalde de Magangué, el hijo mayor de “la Gata” tenía a su nombre diecinueve CDT por 380 millones de pesos y que aparecía como titular de nueve cuentas corrientes y como dueño de 56 cuentas de ahorro en diferentes bancos. Además, era el apoderado de 91 cuentas del municipio y había movido más de cinco mil millones de pesos en efectivo en los últimos dos años. La desaparecida revista Cambio, en su ejemplar del 24 de abril de 2006, destacó en un artículo que tituló “Las uñas del gato” que las investigaciones sobre la procedencia del dinero  insinuaban una posible apropiación indebida de 4.600 millones de pesos del municipio, desviados a siete empresas de salud, aseo y publicidad, representadas por dos antiguos empleados de “la Gata”: Omarys Bertel Pérez y Miguel Benítez Villalobos. La revista Cambio pudo establecer que entre los años 2004 y 2005 la alcaldía de Magangué les hizo sendos giros a dos cooperativas con el mismo nombre pero con diferente NIT. Entre agosto y diciembre de 2004 la administración municipal autorizó al hospital San Juan de Dios a girar cheques de gerencia por 2.480 millones de pesos a favor de la Cooperativa de Trabajo Asociado de Servicios Profesionales Caribe Salud, cuya sede es el mismo centro asistencial. Miguel Benítez, el representante legal, cobró los cheques por ventanilla. Otro movimiento bancario de características similares se registró el 16 de agosto de 2005. La alcaldía de Jorge Luis Alfonso autorizó al mismo hospital a girar un par de cheques por valor de 2.755 millones de pesos a la misma cooperativa con NIT diferente. Tres días después, Benítez cobró por ventanilla 1.210 millones de pesos. Llama la atención que la cuenta corriente 204510622 del Banco de Bogotá, a nombre de dicha Cooperativa, fue abierta el mismo día que fueron girados los cheques. La cuenta fue cancelada veintisiete días después: el dinero fue retirado en su totalidad. Según la revista Cambio, buena parte del dinero retirado por Benítez fue a parar al bolsillo del alcalde Jorge Luis Alfonso López, el hijo mayor de alias “la Gata”. En el marco de la investigación, la Fiscalía llamó a indagatoria a Magally Aponte Jiménez, proveedora de medicamentos del hospital, quien declaró que “un señor de apellido Benítez le decía: vayan al Chance y busquen a la señora Enilce que ella les paga. Uno tenía que enviar un papelito diciendo de qué empresa iba para que lo atendieran. Ella me pagó como hasta agosto del año pasado. Ella parecía la dueña de la entidad”, diría Aponte Jiménez. Héctor Julio Alfonso, hijo de "La Gata" ha estado en el ojo de la justicia. Otra empresa, la IPS Salud del Caribe Ltda., también tuvo contratos con la alcaldía de Magangué, y entre los años 2004 y 2005, un ex empleado de “la Gata”, de nombre José Nicolás Alvarino, recibió más de 500 millones de pesos. De la misma forma, la empresa Unión Temporal Asear s. a. recibió pagos por 487 millones de pesos en el año 2004, 387 de ellos fueron cobrados por ventanilla por Omarys Bertel Pérez y los otros 100 cobrados por el mismo Benítez, quien no era empleado, representante legal o accionista de la empresa. El alcalde de Magangué abrió dos de las cuentas presentando dos cédulas diferentes; en la primera nace el 18 de noviembre de 1971 y en la otra el 18 de noviembre de 1973. Cambio supo que Omaryz Bertel Pérez trabajó en el año 2003 como directora de la Asociación de Apuestas de Sucre y al año siguiente fue gerente de la Unión Temporal Asear S.A. Miguel Benítez era un contador que fue gerente de Apuestas Ochoa y representante legal de la Cooperativa de Trabajo Asociado de Servicio Profesional Caribe Salud. Benítez, según la revista Cambio, formaba parte de una compleja red que desviaba millonarias sumas de dinero a entidades que prestaban los servicios de salud y aseo en Magangué. Otro aspecto para resaltar es que alias “el Ratón”, Miguel Ramón Vega –antiguo jefe de escoltas de “la Gata”, y de quien se dice es la ficha clave para poder hablar con ella–, pasó de ser el jefe de escoltas a ser receptor de millonarios giros que Enilce López y su hermano Arquímedes, alias “Quimo”, pretendían ocultar de las autoridades. El 12 de mayo de 2005 “el Ratón” recibió 610 millones de pesos en cinco cheques de la cuenta del banco BBVA número 5309000000, cuyo titular era Romero, el medio hermano de Enilce López. Al día siguiente “la Gata” le giró “el Ratón” 300 millones de pesos. Un investigador le dijo a la revista Cambio que Vega, que tenía orden de captura por lavado de activos, le prestaba el nombre a Enilce López para legalizar los dineros mal habidos. “El ratón”, Miguel Ramón Vega, es reconocido porque viste siempre de blanco, con la camisa desabotonada para dejar lucir las costosas cadenas de oro que cuelgan de su cuello; también luce sus dedos llenos de anillos de oro, al mejor estilo de Mario Baracus. Es tal la ostentación del escolta preferido de “la Gata” que incluso la foto de su cédula número 77.018.111 luce el ramillete de lazos de oro de 24 quilates. “El Ratón” pasó a convertirse, según habitantes de Magangué, en el actual marido de Enilce López, y en el verdadero poder detrás del poder. Cuando “el Ratón” es visto en el puerto sobre el río Magdalena es porque Enilce López está en su casa. Pero Vega se las trae. En las pasadas elecciones en Colombia para elegir el nuevo Congreso de la República, apareció como candidato a la Cámara de Representantes, haciendo pareja con el electo senador Antonio Correa. Miguel Vega, con el eslogan “La esperanza de un pueblo”, llevó el número 101 y el respaldo del controvertido partido político pin. Los antecedentes en votación para la Cámara de Representantes señalan que el hijo menor de “la Gata”, Héctor Julio, había obtenido la mayor votación del país cuatro años atrás. Miguel Ramón Vega, conocido en Bolívar como “el Ratón”, encabezó la lista a la Cámara por el pin, a pesar de que en el expediente de la banda “Los 40” aparece reseñado un proceso que se le sigue por hurto de mayor cuantía y falsedad en documento público. El grupo de “Los 40” surgió poco después de la desmovilización del jefe paramilitar Rodrigo Tovar Pupo, alias “Jorge 40”. Actividades como narcotráfico, extorsión, boleteo y cobro de cuentas eran las principales actividades de este grupo delincuencial que azotó varias zonas de la costa atlántica. La lista del pin para la Cámara en Bolívar estuvo conformada por Miguel Vega, con el 101; Javier Vásquez, con el 102; Héctor Pérez, con el 104; Aldo Lora, con el 105; y Javid Benavides, con el 106. Cuando salió a la palestra pública el nombre de “el Ratón” como candidato a la Cámara por el departamento de Bolívar, no faltaron voces valientes que se levantaron a denunciar los íntimos nexos de Vega con Enilce López. El coordinador distrital del PIN, Jimmy Rivera Díaz, aclaró que el candidato era un comerciante que llevaba más de treinta años trabajando en Magangué y conservando una conducta intachable, y añadió que nadie estaba exento de ser vinculado a un proceso penal y que Miguel Vega había probado y demostrado a la justicia su inocencia sobre algo basado en patrañas y calumnias en su contra. El coordinador distrital agregó que la hoja de vida del candidato Vega estaba expuesta al escrutinio público, después de haber pasado por los filtros con que cuentan el partido y los organismos de control del Estado para que pudiera ser candidato. Sobre la relación de alias “el Ratón” con Enilce López, Jimmy Rivera acotó que Miguel Vega sí estaba vinculado a la organización de López Romero como coordinador de sus esquemas de seguridad y por intereses comerciales. Con respecto a lo anterior, el periódico El Universal.com publicó el 24 de diciembre de 2009 una columna titulada “No es un partido que nace de cero”, donde se hacía la presentación de los candidatos del emergente partido político PIN. Por su parte, la revista Semana, en publicación del 30 de enero de 2010, en un artículo titulado: “Políticamente incorrectos”, se queja a propósito de las elecciones al Congreso de marzo de 2010, por la “poca renovación y reciclaje de los mismos clanes y barones electorales que se han valido de las clientelas para mantener su influencia política. Como si no hubiera pasado nada, los para-políticos que están en la cárcel; algunos congresistas que están investigados, y los mayores exponentes de la política tradicional tienen en las listas para Senado y Cámara verdaderos comodines”. De Miguel Vega, alias “el Ratón”, dice la revista Semana que encabeza la lista del pin a pesar de que “en el expediente de la banda de Los 40 aparece reseñado un proceso que se le sigue por hurto de mayor cuantía, falsedad en documento, en la Fiscalía de Bucaramanga”.
El texto de Alfredo Serrano desnuda la vida turbia de la reina del chance.
Años atrás, el 23 de noviembre de 2005, los medios de comunicación del país registraron que el hijo de “la Gata”, Jorge Luis Alfonso López, alcalde para la época de Magangué, solicitó que se revocara la decisión del Gobierno de cancelarle sus 35 escoltas personales y más de cien al servicio de las cuatro empresas de su madre: Unicat, Uniapuestas, Aposmar y Aposucre. “Si bien la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada tomó la medida con base en la facultad discrecional que le otorga la ley, la entidad expuso como argumento una indagación que la Fiscalía le sigue a López por el asesinato de Renato Pardo, socio de Uniapuestas”, publicó el periódico El Tiempo de la fecha. “Hoy hasta los paras nos tienen amenazados”, diría Jorge Luis Alfonso. “¿Para qué necesita 35 escoltas personales? No son sólo para mí. También cuidan a varios miembros de mi familia. Mi madre ha sufrido siete atracos y mis tíos fueron asesinados. Hemos sido hostigados por las Farc, el Eln y ahora un jefe “para” me pide 350 millones para poder ir a mi finca... Los otros escoltas son para los socios: sólo en Uniapuestas hay 81 y mi madre no es la accionista mayoritaria”, publicaría El Tiempo. La Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada le canceló los escoltas a los Alfonso López porque el propio alcalde de Magangué, Jorge Luis Alfonso López, estaba vinculado al homicidio de uno de sus socios, Renato Pardo. Jorge Luis argumentó que esa investigación había sido cerrada a su favor y añadió que Renato Pardo reconocía que tenía problemas, y la gente decía que era el jefe de una banda y lugarteniente de ese señor alias “el Caracol”. Además, desconoció los antecedentes de esa clase de socio. El 2 de febrero de 2011, la columnista y periodista colomboespañola Salud Hernández-Mora escribió una columna de opinión que resume la vida y obra de “la Reina del Chance”, Enilce del Rosario López Romero. En ella dice: Enilce López, más conocida como “La Gata”, inconfundible con sus grandes gafas de sol y su sobredosis de bótox, fue íntima de comandantes paramilitares; logró hacer a un hijo alcalde de su pueblo y a otro congresista, pese a las sospechas de sus vínculos con el hampa y sus negocios oscuros; siempre apoyó con generosidad a políticos bajo manga y por encima de la mesa, Álvaro Uribe incluido; y repartió a manos llenas dinero entre las gentes pobres de su región mediante su Fundación, bautizada con el nombre de su única hija, Wendy Vanessa. […] El Juzgado Séptimo Penal del Circuito Especializado de Bogotá dice en su fallo, entre otras consideraciones: “No existe duda alguna de la militancia de Enilce de Rosario López Romero, alias “La Gata”, en el grupo ilegal de las Autodefensas Unidas de Colombia para los años 2000 y siguientes, y se ha podido demostrar su trato cercano con los jefes máximos de la agrupación paramilitar, colaborando con sus pretensiones ilícitas. Eso sí, no irá a prisión. “La Gata” cumplirá su condena en un hospital de Barranquilla, capital del Atlántico, por “su grave enfermedad”, dijeron fuentes oficiales, sin precisar el mal que padece y que le permite, conforme a testimonios de pobladores locales, moverse en carros blindados y potente escolta por distintas ciudades y por Magangué, el pueblo tórrido de Bolívar, a orillas del Magdalena, del que hizo su verdadero hogar. Así como lo indican las palabras de la periodista Salud Hernández, el múltiple y severo cuadro clínico que registra Enilce López, según los dictámenes médicos de Medicina Legal, no impiden a “la Señora” recibir a decenas de personas en sus cuarteles de Magangué, Sincelejo o Barranquilla. La mujer siempre está acompañada de no menos de quince hombres fuertemente armados que se hacen matar por ella. Luego de la pena de nueve años que le impuso una juez de Bogotá por los nexos con los paramilitares, se pondrán a prueba sus argucias para recibir a cientos de seguidores que llegan para recibir sus instrucciones precisas. Los aparentes quebrantos de salud no le impidieron a “la Gata” estar en plena campaña para la elección del Congreso de la República en el año 2010, ni “acomodar” a su hijo menor, Héctor Julio, nuevamente entre los padres de la patria como representante a la Cámara por el departamento de Bolívar. Igual, bien hubiera podido ser el representante por el departamento de Sucre o Atlántico; hasta allá llega el poder de esta mujer. Desde hace un semestre la Fiscalía General de la Nación revisa los libros contables de las empresas de Enilce López, ya que varias personas han declarado sobre presunto lavado de dinero a través de su emporio económico. La Fiscalía ya le abrió un expediente en la Unidad de Lavado de Activos y Extinción de Dominio, y se averigua por sus bienes y cuentas en otros países del mundo. La sonada masacre perpetrada en el corregimiento de El Salado tuvo una fatal coincidencia: el robo de varias decenas de reses de la propiedad de “la Gata”. La Fiscalía investiga los posibles nexos de su propio hijo, el ex alcalde de Magangué, Jorge Luis Alfonso López, con el grupo emergente de los Urabeños, así como con la gente armada que trabaja para el clan de “Los gatos”. En las calles de Magangué no hay día en el que sus habitantes no invoquen al clan de “la Gata” y a su hijo Jorge Luis. Se dice que normalmente toma dos mil millones de pesos en efectivo y sale a prestarlos a alcaldes de la zona, con abogado a bordo, quien levanta documentos, firma contratos y compromete los recursos públicos. Aseguran que le devuelven el dinero mediante contratos con múltiples ganancias. Si alguien pretende quedarle mal se echa de enemigo a todo un peligroso ejército compuesto por hombres de perfil de bloque paramilitar dispuestos a todo. Personas anónimas cuentan que en plena campaña para la alcaldía que ganó Jorge Luis en Magangué, llegaban camiones fletados de regalos y víveres para repartir entre la población a nombre del candidato, enviados por el ex jefe de las AUC, Salvatore Mancuso. Jorge Luis es un sicópata, dijo un hombre humilde. Es el jefe de las Águilas Negras y de los Urabeños de la región, comentó mirando hacia los lados en una banca del parque principal, esperando que nadie lo escuchara porque si así pasara sería fatal. Y esto lo saben todos los pobladores del puerto sobre el río Magdalena. Comentarios sobre acciones horripilantes cometidas por Jorge Luis Alfonso son el pan de cada día en Magangué. Algunos cuentan que un día mató a un hombre con sus propias manos y lo depositó en una cava. Otros narran cómo en 2006 violó a una mujer rubia, joven y bonita que trabajaba en algún lugar del comercio del pueblo, sin que su familia pudiera hacer nada por temor a las represalias. La joven aún vive en Magangué, con su dolor reprimido. Luego de que el primogénito de “la Gata”, Jorge Luis, le pegara un tiro en la cabeza a un ladrón que cualquier día pretendió robar la residencia de los López, su madre les decía a sus amigos más cercanos que un municipio como Magangué necesitaba un hombre de temple y carácter como su hijo mayor. De Jorge Luis también se especula en su pueblo natal que acostumbra a filmar a las decenas de jovencitas que acuden con frecuencia a realizar orgías en Barranquilla y Cartagena. El vástago de “la Gata” es amante del fútbol, acostumbra a intimidar a la gente por medio de sus guardaespaldas, con quienes viaja aun en avión. A donde se desplace les paga el mismo hotel donde él se aloja y comen de la misma comida que él ordena en los exclusivos lugares que frecuenta. Jorge Luis Alfonso López es dueño de un carro antiguo convertible, que ganó recientemente un concurso en Medellín como el mejor auto equipado con sonido. El carro tiene un equipo de sonido que vale cerca de 120 millones de pesos. Magangué, un bonito puerto sobre el río Magdalena y cruce de caminos, es en realidad un paraíso de la delincuencia.
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