
El Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (IDIGER) presentó un informe técnico sobre el escenario Vive Claro, tras sus primeras pruebas en julio y el concierto de inauguración de Green Day en agosto de 2025. El documento confirmó observaciones y hallazgos técnicos que ponen en duda la seguridad de las estructuras temporales, aunque aclaró que no hay amenazas que impidan la realización de eventos masivos.
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Primeras visitas e informes técnicos
El IDIGER realizó visitas al lugar el 18 y 29 de julio, antes y después del concierto de Jessi Uribe y Paola Jara. El primer concepto técnico fue radicado el 4 de agosto ante la promotora OCESA, y un segundo informe se emitió el 20 de agosto, en el que se incluyeron revisiones sobre graderías modulares, estabilidad estructural, estudios de suelos, cimentación, riesgos de encharcamiento, vibraciones y control de aglomeraciones.
En un comunicado, la entidad aclaró que circuló información incompleta que “no constituye un concepto oficial actualizado” y reiteró que el acompañamiento continúa.
Observaciones del IDIGER
El informe de 29 páginas detalla 13 observaciones sobre graderías, tarima, vías de acceso y documentación técnica del proyecto. Además, identificó 21 hallazgos adicionales relacionados con estudios geotécnicos e hidráulicos.
Uno de los puntos críticos es la instalación de las graderías, con capacidad para 18.500 personas. Estas estructuras, construidas con andamios multidireccionales, presentaron inconsistencias en el ensamblaje y deficiencias en las cuñas de seguridad, lo que podría generar riesgos de caídas o lesiones.
También se detectaron fallas de montaje como la colocación inadecuada de cuñas, falta de uniformidad en diagonales y deficiencias en pasos intermedios y cubiertas.
Capacidad y críticas
El escenario puede recibir hasta 40.000 asistentes, aunque el concierto de Green Day reunió a cerca de 20.000. Pese a ello, se registraron quejas en redes sociales sobre la estabilidad de las gradas y deficiencias en la logística, lo que avivó la polémica en el Distrito Cultural.
El IDIGER calificó los riesgos como bajos y medios, asociados principalmente al suelo y al manejo del agua. Entre las recomendaciones, sugirió ajustes en drenaje pluvial y control de desagüe para futuros eventos.
Respuesta de Ocesa y respaldo internacional
La constructora del proyecto es NUSSLI, firma suiza con más de 80 años de experiencia en estructuras temporales para eventos internacionales como la Fórmula 1 y festivales masivos.
El ingeniero Juan Carlos Merizales, responsable estructural, explicó que las graderías fueron diseñadas bajo la norma NSR-10 de sismorresistencia en Colombia, tomando como referencia estándares europeos. Añadió que la flexibilidad y el leve movimiento de la estructura forman parte del diseño intencional para distribuir la energía y mejorar la seguridad.
Ocesa subrayó que las graderías cumplen con normas internacionales como la EN 13200-6 (gradas desmontables), EN 1991-1 (cargas de multitudes y viento) y la ISO 2631-1 (confort vibratorio).
El IDIGER concluyó que, aunque no existen amenazas que impidan la realización de espectáculos, es imprescindible fortalecer la supervisión en el montaje, documentar cada proceso técnico y aplicar las recomendaciones de ingeniería para salvaguardar la seguridad de los asistentes.