
En una jornada marcada por la exigencia de la montaña y la ambición de los favoritos, el colombiano Egan Bernal volvió a demostrar que su regreso al más alto nivel del ciclismo va en serio. En la novena etapa del Giro de Italia 2025, Bernal fue protagonista desde los primeros kilómetros, lanzando ataques que agitaron el pelotón y confirmaron que el campeón del Tour de Francia 2019 sigue con hambre de gloria.
La etapa, disputada entre Avezzano y el exigente final en Campo Imperatore, fue conquistada por el belga Wout Van Aert, quien sorprendió en los últimos metros para arrebatarle la victoria al joven Isaac del Toro, quien pese a la derrota parcial se convirtió en el nuevo líder de la clasificación general.
Pero todos los ojos, especialmente en Colombia, estuvieron puestos en Bernal. Desde el inicio del ascenso final, el corredor del Ineos Grenadiers se mostró ofensivo, arropado por un sólido trabajo de su compatriota y compañero de equipo, Brandon Rivera, quien fue clave en los kilómetros decisivos para mantener a Egan bien posicionado frente a los ataques rivales.
Cuando los favoritos al título comenzaron a mover la carrera, Bernal respondió con firmeza. Si bien no logró seguir el ritmo del sprint final que definió la etapa, cruzó la meta en la novena posición, a solo 1 minuto y 10 segundos del vencedor. Este resultado le permitió escalar posiciones importantes en la general, donde ahora se ubica séptimo a 1:57 del líder Del Toro.
Lo más destacable fue la actitud de Bernal. No corrió a la defensiva, como lo haría un ciclista que solo busca llegar a Roma sin perder tiempo. Por el contrario, buscó la victoria, incomodó a los favoritos y, sobre todo, mostró señales claras de recuperación total tras su grave accidente en 2022. Hoy, con 27 años, su rendimiento vuelve a ilusionar a Colombia con un posible podio en una de las grandes.
El Giro está lejos de definirse, y si algo ha quedado claro es que Egan Bernal ha vuelto para ser protagonista. Quedan muchas etapas de montaña, donde su experiencia y fortaleza podrían marcar la diferencia. Con el respaldo de un equipo comprometido y su propio espíritu combativo, el sueño rosado está más vivo que nunca.