Carlos Salas

Arquitecto de la Universidad de los Andes. Estudio Arte en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París.

Carlos Salas Silva

La hora del depredador

No se puede evitar la ambivalencia de la expresión “le llegó la hora”. Puede leerse como el enfrentamiento a un destino inevitable, la caída, el castigo e incluso la muerte; pero también puede interpretarse en sentido contrario: le llegó su momento de triunfo, cuando puede actuar con claridad y fuerza porque la suerte lo acompaña. Esto nos llena de inquietud debido a nuestro temor atávico a ser atacados por depredadores.

Ante esto, que un candidato se haga llamar “El Tigre” podría calificarse como una estrategia electoral equivocada, pero hay indicios claros de que ha sido todo lo contrario: muchos colombianos lo han recibido con satisfacción e incluso orgullo. Cuando Milei habló de la “motosierra”, el efecto fue similar. Según parece, llegó la hora de los depredadores como efecto de un cambio de roles: pasar de ser presas a ser cazadores.

Dediqué parte del domingo pasado al libro La hora de los depredadores, del sociólogo y ensayista político Giuliano Da Empoli. La aparición de líderes como Trump, Putin, Milei y Bukele, junto con los magnates tecnológicos, “ha desdibujado todas las reglas”, aplicando una manera —en apariencia despiadada— de tomar decisiones apoyadas por la IA, lo que podría significar una amenaza para la democracia. Pareciera, sin serlo por completo, una crítica a formas de gobierno menos racionales y más simbólicas, con la adopción totémica de un animal depredador que puede “destripar” al adversario, que no duda, que se muestra fuerte, domina el territorio y genera temor, pero también fascinación. Da Empoli presenta sus ejemplos sin una sentencia moralizante que radicalice su postura.

La asociación con uno de los personajes más sui generis de la batalla campal que se libra actualmente en la selección de candidatos en Colombia, Abelardo de la Espriella, es inevitable. Esta original forma de abordar la discusión política, con la introducción de “los depredadores” a quienes les llegó su hora —en el buen sentido—, además de ser muy atractiva, puede llegar a ser un aporte importante a la manera como entendemos el poder en sus nuevas manifestaciones. Que “El Tigre” comience a mostrar su cercanía con Trump, Bukele y Milei no es de extrañar; no es tanto lo que tienen en común, sino lo que cada uno puede aportar a nuevas maneras de gobernar muy arriesgadas, que se presentan como opción de cambio ante un estado de cosas que en sus respectivos países se volvió insoportable.

Las nuevas formas de poder que aportan “los depredadores” son directas y disruptivas, llegando incluso a dejar de lado los derechos tradicionales. Con ellos, los cambios culturales se perciben más como imágenes que como conceptos, de modo que las ideologías no tienen mucha cabida, habiéndose mostrado totalmente dañinas en los gobiernos comunistas.

Me pregunto si la aparición de “los depredadores” es la respuesta al predominio de “las ratas”, cuyo ejercicio del poder ha sido destructivo, como el kirchnerismo en Argentina, el desgobierno de Biden y el desastre de Petro y su camarilla. El depredador se presenta como una fuerza que impone orden: rápida, directa, instintiva, que restaura el equilibrio cuando el ecosistema se desborda. Su acción es clara, frontal, violenta pero medida. Es una figura temida, respetada, arquetípica, en un entorno donde la rata prolifera, el del abandono, la basura y la corrupción.

P. S.

Le he pedido a la IA una cronología de los hechos del caso que puede convertirse en la gota que rebose el vaso —ya lleno de podredumbre— del actual gobierno y que podría llevarlo a su caída:

Cronología de los hechos

23 de julio de 2024
– Se produjo un retén militar en Anorí, Antioquia, en el cual fue detenida una caravana con siete jefes de las disidencias de alias Calarcá.
– En esa caravana se transportaban armas, dinero y también un menor de edad.
– Durante el operativo se incautaron computadores, memorias USB y celulares con información delicada.

Tras el retén (julio de 2024)
– A pesar de la detención, la fiscal general Luz Adriana Camargo ordenó la liberación de la mayoría de los capturados, incluidos alias Calarcá, su compañera “Érika” y otros jefes de frente. La justificación fue que “eran gestores de paz” y que, aun en situaciones de flagrancia, no podían ser capturados.
– Los dispositivos incautados quedaron en manos de la Fiscalía.

Febrero de 2024 (antes del retén)
– En los archivos analizados (correos, documentos, chats) hay una comunicación del 8 de febrero de 2024 en la que alias Calarcá da instrucciones para reunirse con un oficial identificado por la investigación como el general Juan Miguel Huertas.
– Según los documentos, el general habría propuesto crear una empresa de seguridad fachada que permitiría a los disidentes moverse en vehículos blindados y portar armamento legalmente.

Investigaciones posteriores (2024–2025)
– Medios como Caracol han reportado que los archivos incautados muestran vínculos estrechos entre las disidencias de Calarcá y altos funcionarios del Estado, no solo Huertas (Ejército), sino también un funcionario de la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), Wilmar Mejía.
– En los documentos también habría menciones a Francia Márquez, vicepresidenta, como supuesta intermediaria en financiamiento de campaña, según la investigación de Caracol.
– Se menciona a un “empresario chino” vinculado con inversiones, tráfico de armas o intereses económicos en zonas controladas por las disidencias.

Reacción institucional y política (finales de 2025)
– Tras las revelaciones del noticiero Caracol, el Ministerio de Defensa anunció una investigación por posible infiltración de las disidencias en instituciones del Estado.
– Se sabe que la Fiscalía tenía en su poder esos dispositivos desde julio de 2024, pero no habría avanzado públicamente en una investigación formal.
– Se denuncian “contenidos delicados”: correos, chats y cartas que comprometen a altos mandos y muestran una posible relación estructurada entre la disidencia y parte del Estado.

Otros hechos relacionados
– En abril de 2025, el Ejército responsabilizó a las disidencias de Calarcá por un ataque en Guaviare que dejó seis soldados muertos.
– Posteriormente, se reportó la reactivación de operaciones militares contra esta disidencia.
– Según varios medios, la disidencia ha manifestado interés en retomar negociaciones de paz, aunque las tensiones se mantienen.

Interpretación y conclusiones


– El retén de Anorí en julio de 2024 fue clave porque permitió la incautación de evidencia digital muy sensible que, según Caracol, pone en tela de juicio la relación entre la disidencia de Calarcá y altas esferas del Estado.
– Las revelaciones sugieren un posible entramado de corrupción o connivencia entre disidentes y miembros del Ejército y la inteligencia nacional, algo gravísimo si se confirma.
– La falta de avances públicos de la Fiscalía aumenta la percepción de escándalo.
– Todo se entrecruza con el proceso de “Paz Total”, lo que agrava su impacto político y cuestiona la legitimidad del Estado.

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Carlos Salas Silva
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