Manizales es una ciudad impredecible. En pocos minutos, un día soleado puede oscurecerse, llueve, escampa y vuelve a salir el sol. Sucede como si las nubes se dedicaran a jugar con el clima, y es que si algo quedó guardado en mi mente después de la visita a esta ciudad, fueron precisamente las nubes, que pude casi tocar en el mirador del Corredor Polaco.
La Catedral Basílica de Manizales, ofrece la posibilidad de acceder a una visita guiada* hasta el punto más alto de la torre central de la construcción. Es un mirador de 360º en el que se observa una panorámica de la ciudad entre las nubes, el paisaje montañoso que la rodea e incluso algunos municipios aledaños.
[caption id="attachment_876205" align="aligncenter" width="1024"] Catedral Basílica de Maizales - Foto: @carloswario[/caption]
La Notre Dame colombiana ha sabido renovarse y actualizarse para ser funcional en los nuevos tiempos, hoy en día, la construcción combina la arquitectura patrimonial con elementos contemporáneos que la hacen ser única en su especie. El comienzo del recorrido se hace en ascensor hasta el segundo nivel, allí comienza la cuenta: 462 escalones para llegar al cielo.
Los primeros tramos se hacen desde la parte exterior, en este punto la cuenta estará por los veinticinco y cincuenta escalones. El soplido del viento será la clave para tomar una respiración profunda y preparar los pulmones para lo que viene en adelante.
[caption id="attachment_876206" align="aligncenter" width="1024"] Corredor Polaco - Foto: @carloswario[/caption]
La vista de las torres en contrapicado es impresionante, y hace casi imposible considerar la posibilidad de llegar a la cima, entonces, llega el primer descanso, atravesar un corredor para acceder a la parte central de la torre principal, (este paso lo sentí como si estuviese cruzando por un puente colgante).
El interior de la torre central, es el corazón de la catedral, y la prueba de que se ha superado al menos la mitad de la cuesta. Un lugar con dos vistas fascinantes, en el suelo, un pequeño skywalk con vista al interior del templo, y hacia arriba, un fascinante contraste entre modernidad y tradición, un caracol de escaleras de metal naranja que resalta sobre los grises de la piedra y el concreto y marcan el camino para llegar a la cima.
[caption id="attachment_876207" align="aligncenter" width="1024"] Corredor Polaco - Foto: @carloswario[/caption]
Entre ciento veinte y doscientos escalones el camino continúa en un recorrido espiralado que se va haciendo cada vez más angosto. Ocasionalmente la visita de las palomas, las pequeñas ventanas y la mirada hacia abajo para ver el recorrido, serán una disculpa para tomar pequeños descansos y recuperar la respiración.
Cuando la cuenta va por cuatrocientos escalones el espacio se reduce, hay que agacharse un poco y los latidos del corazón aumentan, esa será la señal de la proximidad de la meta… cuatrocientos sesenta, cuatrocientos sesenta y uno y cuatrocientos sesenta dos. Al final, una puerta de madera se abre y allí está, la parte más alta de la torre, el mirador.
[caption id="attachment_876209" align="aligncenter" width="1024"] Vista desde el mirador - Foto: @carloswario[/caption]
El premio por llegar hasta el final hace que todo el recorrido haya valido la pena, la vista es impresionante y en verdad las nubes pasan muy cerca, se siente la humedad del ambiente, de nimbos que se funden entre los grises de la piedra y el concreto de la catedral, que difuminan los colores del paisaje y se ubican como capas para permitir y restringir la vista de los barrios de Manizales, de las montañas cafeteras y los municipios cercanos.
[caption id="attachment_876208" align="aligncenter" width="1024"] Vista de Manizales - Foto: @carloswario[/caption]
[caption id="attachment_876213" align="aligncenter" width="1024"] Paleta de color inspirada en el Corredor Polaco - Foto: @carloswario[/caption]
En la cima pensé que tal vez haciendo cuentas se llega al cielo, contando escalones, contando años, experiencias, personas… contando historias.
462 escalones para tocar las nubes de Manizales
Lun, 21/05/2018 - 07:26
Manizales es una ciudad impredecible. En pocos minutos, un día soleado puede oscurecerse, llueve, escampa y vuelve a salir el sol. Sucede como si las nubes se dedicaran a jugar con el clima, y es que