(¿Será posible renunciar al papado por alguna enfermedad?)
Benedicto XVI pasará a la historia no sólo por ser elegido en 2005 como el papa número 265 tras la muerte de Juan Pablo II, sino también porque después de 600 años renunció al cargo más importante de la Iglesia Católica. El pasado 11 de Febrero del 2013, anunció públicamente su decisión en un discurso en latín ante los cardenales en el consistorio ordinario donde dejaba claro que: `` después de examinar repetidamente mi conciencia ante Dios, yo he llegado a la certeza de que mis fuerzas debido a mi avanzada edad no son lo suficientemente adecuadas para ejercer el Ministerio de Petrino`` y continuó diciendo: ``con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el Cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice``. Ante estas declaraciones el mundo entero quedó estupefacto y todos se preguntaban ¿Cómo es posible la renuncia del Papa? Efectivamente, existe una breve mención dentro del código de derecho canónico de la Iglesia Católica en el Articulo 1 Can. 332 §2 que dice: ``Si llegara a suceder que el Pontífice Romano renuncia a su cargo, se requiere para su validez que la renuncia se haga libre y propiamente manifestada, pero sin ser aceptada por nadie``. Históricamente el último Papa en renunciar fue Gregorio XII en 1415, por un cisma es decir división de la iglesia. Las opiniones frente a este hecho están dividas, mientras unos piensan que la decisión del Papa Benedicto XVI fue lo más sensato por su estado de salud a sus 85 años, otros opinan que los escándalos sexuales por las violaciones a menores de edad por parte de miembros de la iglesia, así como también los ``vatileaks`` documentos secretos filtrados por el mayordomo Paolo Gabriele, la división y lucha de poder interna junto con la crisis financiera de los bancos del Vaticano, llevaron a una fractura dentro de la iglesia, que sin duda influenció en la renuncia, produciéndole a Benedicto XVI un agotamiento general causado en mi opinión por un síndrome de fatiga crónica (SFC), el cual hipotéticamente quisiera explicar a los lectores la génesis, síntomas y consecuencias de esta patología. Según la OMS el síndrome de fatiga crónica (SFC) es: ``una enfermedad compleja y crónica que se caracteriza por una fatiga profunda e insuperable, que no disminuye con el descanso y que puede empeorar con la actividad física y mental.`` Algunos factores que influencian el desarrollo de este padecimiento son: inflamación en el sistema nervioso como consecuencia de una falla en el sistema inmunologico, la edad, el estrés y factores ambientales. Así mismo, es posible que los viruses influencen en su aparición, pero a pesar de no tener estudios concretos tampoco se descarta que no sea contagiosa. La severidad de los síntomas varia de un paciente a otro y en muchos casos como el de Benedicto XVI, puede llegar a ser inhabilitante, pues no existe un tratamiento concreto para curar esta afección la cual es irreversible. El enfermo debe valorar cuales son sus propios límites, lo que explicaría el sentido común de la renuncia del pontífice debido a la incapacidad física y emocional de sus obligaciones papales. El mundo sigue asombrado con esta decisión y oscuros presagios aumentan el temor de los católicos, como por ejemplo: la caída de un gigantesco rayo en la cúpula de la basílica de San Pedro, tras el sorprendente anuncio de la renuncia de Joseph Ratzinger, fenómeno que proyecta la abrumadora y casi imposible responsabilidad de mantener la fe religiosa de los feligreses minada por los problemas de fondo y forma del Vaticano. Sin embargo existen voces de esperanza como la del famoso teólogo Terence Tilley ex presidente de la Sociedad Americana de Teología Católica quien declaró que: ``La renuncia de Benedicto ayuda a redefinir la noción del papado y a Dios gracias distingue la persona del oficio``. Igualmente el reverendo Joseph Komnchak un eminente historiador de la iglesia católica agrega que: ``Con este acto y con franca honestidad Benedicto XVI admitió que para llevar a cabo su tarea como líder del Ministerio de Petrino ciertas condiciones de salud mental y corporal son necesarios, logrando nuevamente vincular al papado con el futuro de la iglesia``. Por el momento algunos nombres de los posibles sucesores del Papa son: el italiano Angelo Scola, el norteamericano Timothy Dolan, el canadiense Marc Ouellet, el nigeriano Francis Arinze, el argentino Jorge Mario Bergoglio entre otros, los cuales deberán ser escogidos por los cardenales del conclave con la base de una salud y vitalidad integral entre el cuerpo físico, las emociones, la mente y la fuerza espiritual del espíritu santo, para no volver a exponerse a otra desconcertante dimisión como la protagonizada por el otrora llamado `` rottweiller de Dios`` convertido hoy en disidente de la Santa Sede. Finalmente pienso que el Papa es un símbolo de Dios en la tierra y al aceptar la responsabilidad de este legado, renunciar nunca podría ser una opción. El propio Juan Pablo II nos demostró con su ejemplo el estoicismo, la humildad y nobleza con que se debe cargar esta cruz día a día, con sus fuerzas minadas sin casi poder hablar y mucho menos moverse, entregó hasta el último gramo de su energía vital al servicio de su queridísima iglesia y necesitada congregación. Por esta razón en su agonía sus últimas palabras pronunciadas en polaco fueron: ``Dejadme ir a la Casa del Padre`` y muy seguramente allí habita en paz, después de haber cumplido a cabalidad con la misión encomendada a el por su creador en esta tierra. @armandomarti1 - Miembro de la SIP y Miembro de la ACP