En estos últimos tiempos todo se mueve a través de internet, los negocios, los contactos y hasta las relaciones y amistades se mantienen a través de las redes sociales y los programas de mensajería instantánea de los Smartphone. Esto ofrece muchas ventajas, pues antes no estábamos a un solo “clic” de personas que estaban a miles de kilómetros de distancia. Es un hecho: la tecnología nos ha unido.
Pero como todo lo bueno tiene su lado malo, ahora también se puso de moda el popular “bloqueo” que viene siendo el “chusma, chusma puff” de la época moderna. Algo que considero un poco inmaduro. Es la típica actitud adolescente 2.0, que peleó con la amiga, termino con el novio y los bloquea. Luego pasa el tiempo y se lo encuentra en la calle y ahí si no tiene la valentía de darle la espalda o no responder el saludo. Nos queda más fácil ocultarnos a través de la tecnología porque no somos capaces de hablar o de enfrentar. Mientras que en persona nos guste o no, la educación no pelea con nadie.
La tecnología nos ayudó a no enfrentar las situaciones y ahora nos queda más fácil bloquear. Pasa en twitter, pasa en Facebook, pasa en whatsapp, pasa en el blackberry Messenger, en Viber, en Line, pasa en las películas y pasa en la vida real.
No me refiero a bloquear a gente que ni conocemos en las redes sociales que se apasiona por la política, religión, deportes y no sabe expresar sus opiniones con respeto y lo toma todo a modo personal y a veces por medio de insultos trata de mostrar su posición, ahí si nadie se va a dejar faltar al respeto y bienvenido sea el “Bloqueo”.
Me refiero a las relaciones personales, profesionales o familiares que tenemos diariamente y que se han visto empañadas por malentendidos y que nos ha llevado a presionar el botón de “bloquear”.
Pensaríamos que esto solo se resumiría en que no queremos tener contacto con dichas personas. ¿Pero la vida es así de radical como para eliminar a alguien de por vida?
Yo bloqueé a alguien y me arrepentí, no porque quisiera volver a tener contacto con esa persona ni mucho menos, pero tengo la certeza que la hice sentir mal al bloquearla. Me hubiera quedado más fácil hablar, explicarle mis puntos de vista y ya. Pero opte por esconder la cabeza a través de la tecnología.
Pero como la tierra es redonda, si hoy nos perdemos, mañana nos encontramos, me lo volví a encontrar y supe que lo había hecho sentir mal con mi actitud. Como la vida siempre da segundas oportunidades pude explicar, más no justificar, por qué lo hice y aunque no volvimos a ser amigos entendí que en la vida uno no puede ser tan extremista. Casualmente me escribe por whatsapp en las fechas especiales y así uno termina manteniendo buenas relaciones con todo el mundo, lo que yo llamaría, un karma menos.
Creo que en medio de estos avances tecnológicos hemos perdido el sentido delicado de tratar a las personas con respeto, de vernos como lo que somos, seres humanos con virtudes, cualidades y defectos. Que tenemos errores y aciertos. En la vida no todo es blanco o negro.
Así que si considera bloquear a alguien tenga la certeza que lo va a hacer sentir mal. Piénselo dos veces, siempre hay una mejor forma de enfrentar las cosas.