Después de doce años de administraciones que tomaron decisiones equivocadas y en especial de la actual, que se especializó en tener un problema para cada solución, llegó la hora de redireccionar a Bogotá. Hoy los ocho millones de personas que habitamos esta ciudad estamos atrapados por el caos y la indolencia de una administración, que de tumbo en tumbo lleva la ciudad a una sin salida.
La seguridad en franco deterioro, la movilidad hecha un completo caos y el retroceso en temas de vivienda, salud y educación hacen imperioso y necesario, tomar conciencia y saber elegir.
Bogotá no necesita mas promesas de culebrero, ni un recital de cuentero del Chorro de Quevedo, de eso ya estamos cansados, la ciudad necesita un gerente, un planificador serio; que establezca políticas públicas claras y de largo aliento, que redirijan la cuidad para sacarla del atraso en el que hoy está y además, que la lleva a convertirse en el eje del desarrollo del país como debe ser.
Una ciudad que genera 2.5 millones de empleos no puede darse el lujo de perder empresas y empresarios que migran a otras ciudades o zonas, simplemente porque alguien convirtió la alcaldía y las decisiones que allí se toman en un fortín ideológico. Las cargas impositivas y las trabas administrativas están haciendo que cientos de empresas se estén yendo de Bogotá y con ellas los empleos que generan.
Construir la A.L.O., dar viabilidad al Viaducto de Soacha o al túnel de La Calera no es un tema de tendencias políticas, a la ciudad y en especial a los ciudadanos no les interesa si lo hace la izquierda o la derecha, simplemente piden que se haga, para desatar el nudo que tiene taponada la ciudad por sus cuatro extremos. En 20 años no se ha construido una vía nueva y el número de vehículos se ha duplicado.
Pasa igual con el Metro si se hace subterráneo o elevado no importa, hay que hacerlo y no seguir con estudios y promesas porque con eso ya tenemos 50 años perdidos. Es increíble que Petro se preocupe mas por el titular de prensa donde diga que él fue quien lo adjudicó y no piense en los cientos de ciudadanos que viajan como sardinas en los buses articulados o como racimos en los buses chimeneas, que aún sigue circulando por la ciudad pese a todos sus anuncios de que la integración del SITP ya es una realidad. El tranvía por la séptima y la troncal de Transmilenio por la Boyacá es una deuda con la ciudad que dejará esta administración.
Bogotá no puede entrar en el juego político de dejarse polarizar por candidatos de izquierda o de derecha y menos de los que dicen ser de centro, Aquí no se necesitan trapos azules, rojos o multicolores, la ciudad requiere y con urgencia es un gran gerente, con conocimiento de ciudad, coherente con el discurso político, estadistas y serio.
Veintiocho días como alcalde encargado le bastaron a Rafael Pardo para demostrar que él puede con la ciudad, que es capaz de gobernarla y dirigirla. Así las cosas son los ciudadanos los que deberán decidir si #QuiereMasDeEsto o redirigimos el rumbo hacia una #BogotaConCalidadDeVida
@javiermpalacio
#BogotaConCalidadDeVida
Jue, 14/05/2015 - 03:46
Después de doce años de administraciones que tomaron decisiones equivocadas y en especial de la actual, que se especializó en tener un problema para cada solución, llegó la hora de redirecciona