De la Iglesia, la política y otros demonios

Lun, 27/01/2014 - 05:58
He escuchado desde pequeña que no es de buena educación hablar de religión porque siempre se puede ofender a alguien. Además, he aprendido por observación que no es sencillo confrontar las creenc
He escuchado desde pequeña que no es de buena educación hablar de religión porque siempre se puede ofender a alguien. Además, he aprendido por observación que no es sencillo confrontar las creencias propias y mucho menos las ajenas. Sin embargo, haré está excepción con motivo de la tendencia indignante de ésta semana: las declaraciones de la Señora María Luisa Piraquive, excluyendo del púlpito de su Iglesia a las personas discapacitadas o con una condición física especial. Rechazo tajantemente esas afirmaciones y acciones que faltan el respeto a la dignidad humana, pero también uno de los temas que más me preocupa es que tantas Iglesias (católicas y evangélicas) anden inmiscuidas en política.  La religión y la política no son dos cuestiones aparte, son líneas trasversales del ser humano y los ciudadanos. Las dos comparten la misma ética, otra línea que nos atraviesa; pero que cada vez está más lejos de la política y la religión. Para no enredarme en estos planteamientos expondré en puntos mis reflexiones de estos días, por supuesto, sujetas al debate: La Iglesia, concebida desde los principios de amor al prójimo, justicia y respeto debe ser un espacio de reflexión crítica sobre la realidad en la que vivimos y su responsabilidad brindar herramientas para que sus fieles ejerzan libremente sus derechos políticos, entre otros. El miedo moviliza masas y despoja a las personas de su sentido común. Por eso a las Iglesias como la “Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional” entre otras bastante reconocidas, les ha quedado fácil que obtener miles de votos en las urnas convenciendo (incluso amenazando, diría yo) a sus fieles para que evadan el fuego eterno del infierno eligiendo al candidato avalado por la Iglesia. Pero no siendo esto suficiente, ni siquiera los candidatos escogidos por sus propias Iglesias son personas que tengan la integridad para hacer un buen trabajo en cargos públicos ¿Ejemplos? Las prácticas clientelistas del concejal del MIRA Juan Carlos Baena que aseguró en 2006 ante las elecciones: “El diablo quiere acabar con el MIRA y ese gusto no se lo vamos a dar. Quiero ser muy sincero con ustedes: llevo tres años en el Concejo de Bogotá y me he dado cuenta de cómo trabajan ellos (los concejales). Son implacables y compran votos y sólo van por los votos. Nos toca hacer igual, ser astutos. Me adelanto: el próximo año, cuando abran elecciones, voy por la gente y la inscribo. Permítanme la sinceridad. Y el día de marzo del 2006 voy y los recojo y los llevo a la urna y me cercioro si (sic) mis votos aparecen. No hay otra opción”. ¿Alguna otra Iglesia o movimiento político? Hay otra congregación que por años me ha llamado la atención por sus prácticas que yo considero deshonestas y manipuladoras: la Misión Carismática Internacional. César Castellanos y Claudia Rodríguez de Castellanos no han sido ajenos a la política. Ella fue embajadora en Brasil y senadora de la república; en su momento la revista Cambio la catalogó como la reina del ausentismo en el Congreso de la República e fue investigada por presunto enriquecimiento ilícito[i] ¿cómo una mujer que ni suena ni truena en el panorama político consigue llegar al Senado? Creo que se relaciona con los 200.000 asistentes a su Iglesia, sólo en Bogotá. Pero esta Iglesia va más allá. Se contradice en sus propios valores: el entonces Presidente Uribe Vélez asistió en enero de 2009 a la Convención Anual de la Misión Carismática Internacional Linaje Real. Ahora, la misma ex senadora Claudia Rodríguez de Castellanos se lanza nuevamente al Congreso en el segundo lugar de la lista cerrada de, nada más ni nada menos, el (Uribe) Centro Democrático. Desde mi humanidad y creencias no me cabe en la cabeza la alianza de una Iglesia que promulga el respeto a la vida con uno de los hombres que más sangre inocente tiene en sus manos: Uribe Vélez, acusado por cientos de personas, víctimas y organizaciones sociales cómo el fomentador del paramilitarismo en el país y gestor de los “falsos positivos”. Pero tras estos decepcionantes ejemplos de manipulación del corazón, las necesidades y sueños de los colombianos que acuden en busca de consuelo a estos espacios religiosos; debo decir con total convicción (y fe) que existen en Colombia algunas Iglesias o grupos religiosos, escasos por supuesto, que son más progresistas y se basan en la práctica de esos principios de amor, justicia y vida digna que vienen del mismo Dios. Equidad cómo la que enseñó Jesús a sus discípulos hace más de 2000 años cuando aseguró que el único mandamiento es “amarnos unos a los otros”, sin excepciones, sin discriminaciones. Amarnos para exigir el respeto de todos nuestros derechos. Amarnos desde nuestras diferencias de pensamiento, sexo, tendencia sexual, raza, religión, culto, preferencias, estado físico, enfermedades, riquezas o pobrezas. Y ese creo que es valor de la misma vida cristiana: respetarnos unos a los otros.  
 
[i] La iglesia que recoge diezmos con datafono. Por Kien&Ke - http://www.kienyke.com/historias/la-iglesia-que-recoge-diezmos-con-datafono/
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