“…Seguimos siendo un país de poetas, narradores y prosistas de una calidad consistente y una continuada devoción literaria…” Lo dijo el Maestro Mutis y no lo dudo, él y los grandes de la literatura colombiana son una fiel muestra de que eso es así… y esa grandeza literaria la reconocieron países como España, México y toda América que se conmovieron ante la muerte, hace ya casi un mes, de uno de los más importantes escritores de nuestro tiempo: Álvaro Mutis, un hijo de esta patria mía… Patria mía cuya intelectualidad y altura periodística me dejan siempre más que perpleja…
Un amigo que quiero mucho me decía hace unos días: “Cuando murió Sábato, Argentina se paralizó”, y yo pensaba: pero ¿de qué te quejas? El día que murió Mutis Colombia también se paralizó, pero no precisamente por los “múltiples” documentales que aparecieron en los medios de comunicación sobre la vida y obra del padre de Maqroll el Gaviero, sino por la iluminada prosa de un adalit de nuestra intelectualidad, de un impoluto que llenó los titulares de la prensa nacional ese mismo día con la exquisitez y refinamiento de sus 140 caracteres tallados magistralmente en su cuenta de twitter de la siguiente manera: “#bellaquería @jcpastrana Ud y su hermano son unos grandísimos bellacos. Su vida es sinónimo de mentira. NO es mi foto”. O este otro trino cuya riqueza literaria merecía, por supuesto, más despliegue noticioso que la muerte de un tal Mutis: "@jcpastrana ¿Quién me lo pregunta? ¿El violador, el castrado, el consueta de un hermano q es un homúnculo intelectual? ¡Cambio y fuera!” he ahí la devoción literaria, la grandeza intelectual de nuestras prensa colombiana que no merece siquiera que el maestro Mutis se revuelque en su tumba.
Eso sí créanme y perdón que suene repetitiva, pero yo no estoy criticando en ningún momento que mientras en otros países las agencias de noticias se volcaban hacia la vida y obra de un escritor colombiano llamado Álvaro Mutis; en Colombia muchos periodistas se volcaban hacia la digna pelea de unos “rufianes de barrio”, hacia los elocuentes twitter de José Obdulio Gaviria y Juan Carlos Pastrana en donde se sacaban “elegantemente”, como ya lo leímos, los trapitos al sol. La verdad estimados lectores, es que yo quiero justificar esta acción porque verdaderamente la entiendo. Es que en este país que brilla por los “altos” índices de lectura, es más ilustrativo, más educativo, mas enriquecedor, especialmente para los bolsillos de algunos grandes medios de comunicación una frase como esta: “¿Quién me ataca? el comunista? el mafioso? el liberal? el paramilitar? el uribista? ¿o el aspirante a congresista?”… ¿Publicar algo más sublime que eso? ¡Imposible!.. Que del perfil y las letras de Mutis se encarguen otros que es que aquí lo que queremos ver en las pantallas son esas quitadas de camisa, ese acto espléndido en el que se escupe el palillo de la boca, ese tronar de los machetes, y ese maravilloso: “¡que corra la sangre carajo!” que eso es lo que vende como bien lo dice nuestro sabio y nunca bien ponderado rating.
Yo como sí estoy loca, en cambio, quiero cerrar este artículo con una frase que jamás podría compararse con las que escribe en su twitter José Obdulio Gaviria o Pachito Santos o el mismo ex presidente Uribe… con una frase que si representa esa parte de Colombia que se invisibiliza por muchos de mis colegas que olvidan en el trajín de sus comités editoriales y de redacción que Colombia es más que “Tetas, drogas y ´políticos´ de pandilla peleando en twitter”, que Colombia tiene en la riqueza de su patrimonio, de su música, de sus letras historias de verdadera lucha, que merecen ser contadas… yo quiero cerrar entonces este artículo con una frase de uno de los más grandes escritores del mundo que parió este país: Álvaro Mutis
“Todo lo que he escrito está destinado a celebrar, a perpetuar ese rincón de la tierra caliente del que emana la substancia misma de mis sueños, mis nostalgias, mis temores y mis dichas. No hay una sola línea de mi obra que no esté referida, en forma secreta o explicita, al mundo sin límites que es para mí ese rincón de la región de Tolima, en Colombia”.
@weneardi