Hace poco estaba terminando de verme una de las películas de la franquicia de La Purga y, aunque no recuerdo cuál exactamente, no deja de generarme resonancia en mi cabeza. Siento que varias de las cosas que vienen pasando en la actualidad y cierta actitud que como sociedad estamos tomando no se alejan mucho de lo que muestran estas películas: está reinando la intolerancia y la indiferencia.
Recientemente, un estudio publicado por El Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), se preguntó por el tipo de elecciones que hacemos los seres humanos. Aunque las respuestas fueron variadas, hay una en la que se presentó uniformidad entre los diferentes encuestados. Uno de los grandes hallazgos, como lo pública la revista Semana, es que “la gente prefiere salvar a un bebé en un coche, una embarazada y un niño y sacrificar a los delincuentes, los ancianos y los habitantes de calle.” (Revista Semana, 2018).
No juzgo las elecciones personales; siendo madre entiendo la tendencia a querer salvar a bebes, niños y mujeres embarazadas. Asimismo, claramente tendemos a brindar protección a quien creemos que la necesita más. Pero creo que estas respuestas hablan de ciertas actitudes que reproducimos en nuestro día a día. Estamos en un país en donde el adulto mayor no es cuidado, respetado ni protegido. Por otro lado, los habitantes de calle debemos in-visibilizarlos para que no nos estorben o incomoden.
Además, no olvidemos mencionar los linchamientos que ocurren con los ladrones o demás delincuentes, tomando la “justicia” en nuestras propias manos. ¿Es que acaso estas personas no tienen los mismos derechos que todos? ¿Creemos que la ausencia de un habitante de calle o su sufrimiento físico o mental no nos afecta como comunidad? Al contrario, pareciera que el pensamiento común indicara que, por encima de los Derechos Humanos, estas personas (delincuentes, habitantes de calle y ancianos) son una carga social y son desechables.
Nosotros, como ciudadanos, no nos damos cuenta que debemos exigir que la inversión social se enfoque en nuestros adultos mayores, en los delincuentes (no solo en atraparlos, sino en reintegrarlos a la sociedad) y en los habitantes de calle. Por ejemplo, muchos de nosotros puede que lleguemos a viejos y vamos a necesitar del cuidado y el cariño que nos puede brindar nuestras familias y nuestra comunidad; todos tenemos cerca a alguien que queremos que es adulto mayor o llegaremos a serlo nosotros mismos.
En esta medida, no podemos ver a nuestros mayores como elementos que ya no le sirven a la sociedad y que pueden descartarse, les debemos más que eso. Por otro lado, los delincuentes no son en la mayoría de los casos resultados de la poca inversión social que como sociedad hacemos; del poco tiempo que dedicamos a los jóvenes, la falta de oportunidades y la falta de tejido social fuerte.
Ojo, cuando hablo de inversión no significa únicamente los recursos monetarios que invertimos en programas sociales, sino el tiempo que les disponemos, las actitudes y los espacios que les damos a los jóvenes de este país y a las personas que tienen necesidades económicas, es decir que no se concentran recursos suficientes para acceder a educación, deporte, eventos culturales, entretenimiento, etc. Igualmente, podríamos decir de los habitantes de calle, sin olvidar mencionar que no podemos catalogar a otro humano como indigno de la vida únicamente porque no vive como nosotros o porque pareciera que no aportara a nuestracomunidad.
Entonces, creo firmemente que una decisión ética va más allá del hecho de decidir quién muere o vive, así sea un simple ejercicio imaginativo o una investigación teórica. Una decisión ética significa pensar en el otro, lograr un poco de empatía, ser capaz de dar algo en el día a día y de reconocernos como semejantes, reconocernos como sujetos de derechos. Puede que suene muy bonito todo, pero vaya usted a ponerlo en práctica.
Referencia: Revista Semana. (2018). ¿A quién salvaría? Recuperado el Octubre de 2018, de Semana: https://www.semana.com/vida-moderna/articulo/a-quien-salvaria/588476 S. B. (2018).
MIT surveys driver-less car ethics, and learns three things. Recuperado el Octubre de 2018, de www.electronicsweekly.com:
https://www.electronicsweekly.com/news/research-news/mit-surveys-driver-less-car-ethics-learns-three-things-2018-10/
